La Asociación de Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino -ENAC- realizó un relevamiento de más de 300 casos de todo el país durante el primer trimestre. Los números son contundentes y presentan una caída de las ventas, un aumento del endeudamiento en gran parte para hacer frente a gastos corrientes, y una disminución del uso de la capacidad instalada. Cada vez se produce menos en los rubros de empleo masivo, y el crecimiento sólo se observa en un pequeño grupo de empresas vinculadas con la construcción, que también se verán impactadas por el ajuste en la obra pública anunciado por el gobierno nacional. El informe cerró antes de la suba del dólar y las tasas, por lo que prevén un resultado todavía más desfavorable en el próximo trimestre. “El 2018 está perdido”, sentenció Leo Bilanski, titular de la institución. Paralelamente, el sistema financiero registra ganancias millonarias, pero no hay crédito para el sector productivo a tasas razonables. La AFIP sigue avanzando con embargos a los emprendedores que no cumplen con el pago de aportes, profundizando la asfixia.
Del estudio se desprende que seis de cada diez pymes tienen más deudas y menos ventas, y este resultado “lo venimos advirtiendo”, dijo Bilanski. “La Asociación de Empresarios Nacionales hace una encuesta trimestral entre pymes de todo el país. En esta ocasión relevamos la situación del primer trimestre de 2018 y se incluyeron más de 300 empresas, de Buenos Aires mayoritariamente, pero también participaron empresas de las 23 provincias, incluidas algunas de Tierra del Fuego. Lo que estamos transmitiendo es lo que ellos están respondiendo”, manifestó.
Las cifras arrojan que “el 42% de las empresas ha vendido menos y la caída en las ventas ha sido mayor al 10% con respecto al trimestre anterior. Hay un 40% de las pymes que está estable y solamente un 15% ha mostrado mejoras en sus ventas, pero no en plata”, aclaró.
“Los sectores que están bien son los vinculados a la cadena de valor de las corporaciones, por ejemplo las pymes que abastecen al sector de la construcción. El cemento y el asfalto tienen récord y, si bien las pymes no lo venden, son proveedores complementarios y tienen una excelente performance. Pero este sector al que le va bien solamente emplea a 150 mil trabajadores. El resto de los sectores industriales que están estables o en depresión, emplean un millón doscientos mil trabajadores”, comparó.
“No se trata solamente de la cantidad de empresas a las que le puede ir bien, sino que son las que menos emplean en la Argentina, y ahí es donde debe intervenir el Ministerio de la Producción e implementar políticas focalizadas”, reclamó Bilanski.
Consultado sobre la posibilidad de plantear esto al Ministro de la Producción, dijo que se lo cruzó a Francisco Cabrera “el año pasado en el avión, le expliqué que las pymes la están pasando mal, y él se basó en una ley pyme que se aprobó en 2016, que fue una ley paliativa, mediocre, que no resolvió nada para el sector, y no quiso reconocer lo que le estamos firmando de primera mano. Siempre busca desprestigiar la voz, por eso realizamos encuestas y no hay muchas encuestas en la Argentina que releven 300 casos de todo el país. Uno se encuentra a veces con una opinión empresarial y, cuando vamos a los números, resulta que se hacen solamente sobre 100 muestras. Acá ponemos los papeles sobre la mesa para que se sensibilicen y vean que este no es el camino”, expresó.
Respecto de la distribución por tipo de empresa en este estudio, dijo que “un 22% son autoempleados, un 77% son empresas de 5 a 500 trabajadores y un 0,65% tienen más de 500 trabajadores. Buscamos un universo amplio, que es muy representativo de la distribución en general de la economía real argentina. Hay 605.000 empresas, de las cuales 250 son las grandes, las que tienen más de 2.000 trabajadores; 600.000 son las pymes y 490.000 empresas de esas 600.000 tienen menos de 10 trabajadores. Luego están los monotributistas, los autoempleados, la economía popular, que hacen a la totalidad de las unidades productivas y es la representación que está en la encuesta”.
La timba, en alza
Mientras cae el sector productivo, “Argentina está transitando una grieta que es muy dañina, que es la grieta de la especulación financiera”, sostuvo Bilanski, dado que el sector no productivo más beneficiado se focaliza en los bancos. “Ganaron 7.900 millones de pesos en marzo, y es un 13% más que en febrero. A ellos les está yendo muy bien”, contrastó.
Observó que luego de este análisis del primer trimestre se profundizó la crisis con la corrida cambiaria y el aumento de tasas, que permite avizorar resultados mucho peores en el próximo relevamiento. Ya en la actualidad “el 52% de las pymes está endeudada y al que tiene tasa variable, esa deuda le aumentaron entre 10 y 20 puntos los intereses que está pagando. La empresa que está en una situación financiera de compromiso, cada mes que pasa se pone cada vez más en jaque. El 52% son las empresas endeudadas, pero de ese total, el 30% se endeuda para pagar salarios, tarifas y costos fijos, no para invertir. Ese 30% está en una situación muy comprometida y, si no bajan rápidamente las tasas del crédito, es posible que entren en una cesación de pagos”, advirtió.
La “mano” de la AFIP
Como si no bastara con la recesión y el aumento de costos fijos para complicar a las pymes, la AFIP está terminando de dar el golpe de gracia con embargos y cierre de cuentas. “Uno de los primeros ‘proveedores’ al que las pymes dejan de pagar es a la AFIP, y la AFIP hoy está embargando automáticamente a las empresas. Una empresa que viene mal, que está en una situación financiera complicada, se encuentra con que la AFIP le bloquea todas sus cuentas a partir del embargo. La empresa no puede salir de ese pozo y va a cerrar”, planteó Bilanski.
“Aparte, cierra la empresa y el empresario se va a la casa con una montaña de deudas. Eso degrada naturalmente la dinámica económica, porque el trabajador no cobra indemnización, el empresario queda con una montaña de deuda, la empresa no produce. Esto es lo que estamos advirtiendo a través de comunicados periódicos e informes trimestrales”, alertó, pidiendo a “cada gobernador, cada ministro, hacerse cargo de sus unidades productivas”.
Sin diálogo
Se le preguntó si alguien del gobierno escucha estos análisis, pero según Bilanski el diálogo no existe. “Nosotros no estamos desesperados para que nos reciba Francisco Cabrera. Estamos preocupados y ocupados para que Francisco Cabrera tome la decisión de corregir su propia política. Lo primero que hizo fue abrir indiscriminadamente las importaciones y queremos que corrija esto y administre inteligentemente el comercio exterior. Si recuerdan, dijo que con la apertura de importaciones iban a bajar los precios de los productos. La verdad, no conocemos ningún textil importado que haya bajado los precios en el shopping, porque están al mismo precio que el producto nacional. Lo que hicieron fue una estafa a la sociedad, y nos mintieron a todos en la cara porque ni siquiera él pudo verificar que bajaron los precios”, fustigó.
“Ahora está llamando a los empresarios, como hacía Moreno, para pedirles que no suban los precios y la verdad esta política es un fracaso. Nosotros no hacemos leña del árbol caído, lo que queremos es que se corrija. Y si el ministro no quiere corregir el rumbo de la política industrial, lo que tiene que hacer el presidente es tomar el toro por las astas y cambiar de ministro”, disparó.
La política “matapymes”
Así define la ENAC la política que está llevando adelante el Banco Central, que le cierra la posibilidad de un crédito a tasas razonables a los sectores productivos. “Hace un año fuimos a la puerta del Banco Central a decirle esto al presidente Federico Sturzenegger. Un año después pasó la debacle del 28 al 48%. El dólar aumentó de 20 a 25 pesos en un mes. Se fugaron 11 mil millones de dólares en divisas. Las pymes se están fundiendo. La verdad, era una obviedad lo que iba a pasar. Nosotros nos manejamos con las herramientas democráticas disponibles, no vamos a tomar el Banco Central por asalto ni vamos a prender fuego el ministerio. Lo que podemos hacer es destacar lo que va a suceder, pero vinieron a prometer el diálogo y la verdad que es un diálogo raro porque no hay escucha. Sturzenegger cometió un error de mala praxis cambiaria y el dólar pasó de 20 a 25 pesos. Todo esto se va a trasladar a precios y el consumidor lo va a pagar en junio de su bolsillo”, anticipó.
Descartó de plano que las pymes estén en condiciones de soportar más ajustes. “Ya en 2016 las pymes perdieron la capacidad de absorber más costos. Nosotros dijimos que, si recalculaban, podíamos salvar el año 2018, pero el 2018 ya prácticamente está perdido. Tiene que haber un cambio proactivo del ministerio y, sin embargo, yo lo escuché a Frigerio decir que van a seguir por el mismo rumbo”, dijo.
Sobre los pasos a seguir, advirtió que “nadie va a acompañar al presidente Macri adentro del cementerio. Hasta ahora tomamos la actitud de acompañar, diciendo qué no iba a ser efectivo de las políticas del gobierno. A partir de ahora lo que vamos a hacer es plantear, junto con los trabajadores organizados, un nuevo modelo económico de desarrollo para la Argentina”.
Hoy estarán tomando parte de los actos previstos por la fecha patria. “Vamos a estar en la calle con los trabajadores organizados cantando el Himno Nacional, para que esta grieta entre la especulación y la producción se profundice y quede claro quién produce para la Argentina y quién está saqueando el erario público, que son los CEOs, los bancos, las empresas eléctricas, un grupo minúsculo pero muy poderoso de empresarios que lamentablemente hoy tienen la birome”, subrayó.
“Nosotros somos profundamente democráticos y queremos tener la suficiente claridad para proponerle a la sociedad un plan de trabajo y producción para salir adelante, porque Argentina tiene todos los recursos necesarios para ser un gran país. De eso, no tenemos ninguna duda”, concluyó.