A días de concretarse un nuevo Ni Una Menos en todo el país, tres de las protagonistas de la ciudad de Río Grande, Gabriela Bersier, Florencia Basso y Paola Moreno, que fueron una parte activa de esa memorable convocatoria y movilización, cuentan sus perspectivas y vivencias, desde aquel 3 de junio del 2015, hasta la fecha. Ahora, la convocatoria es el domingo a las 17 horas, en la Torre de Agua.
Por Lorena Uribe).- En junio del 2015 se produjo una implosión del Feminismo en el país, una implosión con una onda expansiva que llegó en mayor o menor medida a cada rincón de Argentina.
Así, en Río Grande, nos vimos atravesadas por esa nueva oleada del feminismo, que se fue gestando a lo largo de cientos años, pero que, para tristeza de muchas y de muchos, llegó de la mano del dolor y de la impotencia.
Por ese entonces, bastaba observar cualquier canal de TV, abrir cualquier red social, y encontrarte con la cara de una piba que había desaparecido, una piba que había sido asesinada, mutilada, escondida, arrojada a un tacho de basura, sometida los más terribles vejámenes. Sí, ese el panorama por esos días.
Cada punzada en el corazón y en el alma después de ver que una joven había muerto en manos de un femicida, hizo que las argentinas despertáramos del letargo y tomemos las calles.
En Río Grande, muchas de nosotras y muchas otras personas, de manera aislada aportábamos y hacíamos nuestro trabajo, intentando paliar estas situaciones de “violencia familiar” y también, por esa fecha, sentíamos que la sociedad estaba convulsionada, que toda esa violencia que veíamos reflejada en los medios y que nos espantaba, tenía que terminar, y si no terminaba, había que dar lucha y buscar la manera de ser escuchadas.
Por esos días e inclusive en la actualidad, pocos medios denunciábamos los hechos de violencia hacia las mujeres. Los denominábamos hechos de “violencia familiar” y pocos nos metíamos, porque eran cuestiones que se dirimían en el ámbito “privado”.
También se habían registrado muertes de mujeres en manos de hombres, en manos de parejas, de ex parejas, de familiares, pero no se nos ocurría usar la palabra femicidio; eso llegó después, antes eran “crímenes pasionales” y todavía me sigo preguntando qué de apasionado podía tener el hecho que un sujeto te viole y te asesine. En fin, por suerte, como dije antes, salimos del letargo, comenzamos a informarnos y agruparnos. Buscamos afinidades, entre nosotras, también entre nosotros, y comenzamos, casi sin saberlo, a militar la cuestión de género, en los ámbitos en los que nos desempeñábamos.
Llegó mayo/junio de 2015, el clima social en el país seguía siendo de tristeza, de impotencia, y lo mismo vivíamos en Río Grande. Y como ya dije, comenzamos a agruparnos, a buscarnos y así, se encontraron Gabriela Bersier, Florencia Basso, Lorena Uribe -las tres periodistas- y Paola Moreno, una docente y artista de la ciudad. Entre ellas, comenzó a gestarse lo que finalmente fue una movilización masiva el 3 de junio en Río Grande.
Luego se sumaron muchas otras organizaciones, muchas otras mujeres que ayudaban a pares en situaciones de vulnerabilidad. No nos conocíamos, no sabíamos de la existencia, unas de otras, y no sabemos porque, sin embargo, podemos atribuirle este desconocimiento, a esta sociedad fueguina que podría decirse, con características particulares, por no decir cerrada.
Lo importante, es que finalmente, muchas mujeres y hombres que coincidíamos en que es necesario denunciar, exponer y terminar con la violencia en todos sus órdenes, nos encontramos.
El amor y la militancia
Tal como mencionamos, entre mayo y junio de 2015, se gestó Ni Una Menos a nivel nacional y también en muchos rincones del país, entre estos rincones, Río Grande. Si bien fueron muchas personas buscando un fin común, fueron cuatro las mujeres que más visibilizaron estas acciones: Florencia Basso, Gabriela Bersier, Lorena Uribe y Paola Moreno. A ellas, les pregunte como, a tres años de aquel memorable 3 de Junio, viven hoy, la próxima movilización.
-El Ni Una Menos del 2015 fue un año que marcó un antes y un después en la vida de las argentinas y los argentinos, consideran que en Tierra del Fuego se avanzó en la implementación de la ley N° 26.485?
“Definitivamente se ha avanzado mucho desde el 2015 hasta la actualidad en lo que respecta a la visibilización de la violencia de género como una problemática social, del orden público. Se ha modificado la mirada de la sociedad sobre el tema y las demandas de la ciudadanía hacia el Estado han obligado que se den respuestas. La ley se implementa en la provincia, pero aún hay sectores de la población que no conocen sus derechos y allí hay que focalizar para que sea de cumplimiento efectivo. La ley debe estar respaldada por políticas públicas serias y efectivas para que realmente sea una realidad, eso es lo que venimos reclamando desde hace varios años”, dijo Flor Basso.
Por su parte, Gabriela Bersier indicó: “En el 2015 se generó el contexto para que definitivamente salgamos a las calles a reclamar la implementación de la ley, a partir de ahí el proceso de avance es inexorable. La manera de reclamar al Estado la implementación de políticas públicas efectivas también se amplió. En ese punto es en el que los diversos colectivos debemos seguir trabajando, porque hay sectores de la sociedad que no conocen la ley”.
Asimismo, Paola Moreno, refirió: “Considero que hay un avance en la concientización en la gente pero desde el estado quedan muchas cuestiones a solucionar. A mí parecer fue una moda en un momento y se implementaron «soluciones» temporarias”.
2-¿Cómo ven el avance de las distintas corrientes feministas en Río Grande?
“Celebro el crecimiento del movimiento de mujeres en la ciudad y en nuestro país. No se debe perder de vista que, a nivel mundial y regional, se van dando cambios en pos de la igualdad del género y que esta nueva ola feminista en Río Grande va en consonancia con esos procesos históricos. Por otro lado, resaltar que el feminismo no es homogéneo por lo cual no se lo debe encasillar en una determinada ideología”, destaco la activista Florencia Basso.
A su tiempo, Gabriela Bersier, sobre este tema, dijo: Hubo un crecimiento paulatino y con pasos firmes de las corrientes feministas en Río Grande, aunque no puedo olvidarme que en 2015, en la primer marcha de NIUnaMenos. En ese momento a plaza estuvo colmada de mujeres, de adolescentes, de familias enteras y de muchísimas personas que en estos tres años encontraron sus lugares de pertenencia y militancia, eso es maravilloso.
Luego, contestó la misma pregunta, Paola: Creo que nos hemos encontrado y hoy el movimiento está creciendo. En 2015 éramos varias pero aisladas, hoy estamos más unidas. Con mucho para hacer, aprender, es un camino largo para recorrer y crecer juntas.
3-Se puede militar en el feminismo, sin mezclar las cuestiones político-partidarias?
Cómo figuras que visibilizaron aquel NiUnaMenos, sintieron alguna vez que alguien intentó utilizarlas con ese fin?
“En primer lugar, no me siento una figura, creo que con mis compañeras en 2015 reaccionamos como muchas otras periodistas en el país que sentimos la necesidad de actuar y hubo una respuesta inmediata de la sociedad. Al Ni Una Menos no lo inventamos nosotras, no nació en las redes sociales, hubo generaciones de mujeres que lucharon y allanaron el camino para esa implosión de hace tres años. En lo que respecta a la militancia, en el feminismo decimos que lo personal es político, cada una de nosotras tenemos afinidades partidarias y en lo personal, considero que las diferencias son las que nos enriquecen como movimiento. La militancia que llevamos adelante es política, y eso es nuestra vida cotidiana. Lo partidario es inherente a las sociedades democráticas y aunque actualmente no formo parte de ningún espacio político lo tomo como parte del movimiento. Por último, no me he sentido usada bajo ningún concepto, he estado siempre donde he querido”, indicó Flor.
Luego, Gabi Bersier explicó: “La militancia es claramente política y es inherente a ella, aunque no necesariamente partidaria. Uno de los conceptos que nos une es que lo personal es político y aunque algunas corrientes puedan ser más aglutinantes que otras, todas tenemos claro el objetivo. Ese objetivo es el cumplimiento de las leyes y que la palabra de cada persona sea escuchada con respeto. No me sentí utilizada para tal o cual fin, hasta ahora no tuvieron éxito”.
Hizo lo propio, Pao Moreno: “Creo que hay muchas compañeras que están en el camino, opino lo mismo con el tema religión, a veces cuesta, pero creo que es parte del recorrido aprender a diferenciar y no mezclar. En cuestiones partidarias políticas no pero si sindicales. Tengo una posición política pero no mezclo y no me gusta que se mezclen ni alguien saque provecho de la lucha”
4-¿Es posible la sororidad en una comunidad como Río Grande?
“Es complicado somos una sociedad machista pero estamos encaminadas. Primero que nada creo que debemos estar unidas entre nosotras y que no exista diferencias a pesar de venir de diferentes ámbitos.
Que la lucha sea un fin común, debemos mantener la cabeza fría para que esto sea así. Hay que aprender a sumar y compartir creo que a veces somos demasiado cerradas pero como dije anteriormente es una construcción, aprenderemos de todo lo que encontremos en el camino. Estamos revolucionando y ese con lleva una revolución interior en cada una de nosotras, visibilizar esto y sumar voces son los ejes de estos cambios culturales”, detalló Pao Moreno.
Flor Basso, indicó: “Por supuesto que sí. Siempre es posible la sororidad, en eso se basa poder pensar una nueva sociedad más justa e igualitaria, en dejar de ver a otra mujer como competencia o enemiga y pensar un nuevo orden social que reemplace al patriarcado. Si no creyera que esto es posible, no estaría participando activamente. No es una tarea sencilla, y resulta un ejercicio diario poder construir colectivamente pero da muchas satisfacciones”.
Luego, sobre este mismo tema, Gabi Bersier resaltó: “Es el gran desafío, entender las diferencias, discutirlas, seguir adelante, lidiar con algunas mezquindades y con algunos brillos sobre otros, pero creo que se puede y es parte de esta militancia que nos involucra”.
5-Por último, ¿Cómo viven este proceso de deconstrucción, siendo además, una parte fundamental del arribo del feminismo y la perspectiva de género a los medios locales?
“Lo vivo con alegría. Me gusta ver a adolescentes comprometidas con el feminismo, ellas nos enseñan mucho. En lo que respecta a los medios de comunicación fueguinos, aún resta un largo camino porque las prácticas machistas están a la orden del día y demasiado naturalizadas pero siento esperanza cuando veo que la perspectiva de género está presente en comunicadoras y comunicadores más jóvenes”, explicó la periodista Flor Basso.
Pao Moreno, dijo: “Considero que los medios locales son ultra machistas. Es en donde menos veo los efectos de la revolución Feminista. Hay mucha estructura cultural. Todos los «Ni Una Menos» tenemos cobertura periodística pero realmente muchas veces deja mucho que desear”.
Gabi Bersier, por su parte, refirió: Los medios de comunicación en Tierra del Fuego tienen prácticas que necesitan una actualización, no sólo en relación al feminismo y el abordaje con perspectiva de género. Hay miradas machistas de las trabajadoras y trabajadores de los medios en general, pero resalto y agradezco que nos den espacios, que algunas/os pregunten, se informen y cuestionen desde el respeto. Hemos formado una Red de Comunicadoras Fueguinas y entre todos vamos aprendiendo en consonancia con los nuevos desafíos”.