El ex convencional constituyente y ex ministro de Salud de la Provincia Carlos Pérez sentó posición frente al debate por la legalización del aborto y aseguró que “es la misma que hace 27 años”. Ya en la convención constituyente había objetado las presiones de la iglesia para incorporar al derecho a la vida desde la gestación, que se terminó imponiendo. Luego de un nuevo aniversario de la jura, recordó algunos aspectos de la discusión que siguen teniendo vigencia.
Río Grande.- El ex convencional constituyente y ex ministro de Salud Carlos Pérez, dialogó con Radio Universidad 93.5 tras cumplirse 27 años de la jura de la constitución de la provincia, y ratificó su posición frente a la legalización del aborto, que ha sostenido desde entonces.
Recordó que durante la convención “éramos dos” los que compartían la visión. “Yo fui uno de los que defendía el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo. Cuando se aplicaba la presión sobre el derecho a la vida desde la gestación, yo tenía mis objeciones y las sigo teniendo, porque sostengo que la mujer tiene derecho a hacer con su cuerpo lo que quiera. También estaba de acuerdo con esta posición Ricardo Furlan. No sé si habrá cambiado de posición, yo no cambié la mía, pero los dos teníamos esa posición y había adhesión de mucha gente”, dijo, si bien Furlan este año votó a favor el día de los derechos del niño por nacer, que reconoce el derecho a la vida desde la gestación.
Según Carlos Pérez, en aquel momento se dio “un anticipo del debate que se está llevando hoy en el Congreso, con la diferencia de que había una presión de la iglesia sobre todos los convencionales constituyentes sobre dos temas: uno era para que la iglesia fuera la precursora en la parte educativa y los conceptos históricos que de ella devenían; y la otra era la posibilidad de que en la provincia nunca se pudiera practicar un aborto legal”, sostuvo.
Advirtió que “si se llegara a sancionar una ley nacional, habría que ver cómo se adecua la constitución para que se combine con la legislación nacional. Es uno de los debates más importantes que se está dando en la Argentina, en términos éticos y espirituales. Soy muy escéptico de que pueda triunfar porque hay mucha presión todavía dando vueltas en nuestra sociedad y mucha influencia de los aparatos de la iglesia y las organizaciones para que esto resulte sencillo. Ya veremos qué ocurre cuando terminen las exposiciones y el debate en el recinto. Yo estoy a favor de que la mujer tenga la posibilidad de decidir qué hacer con su cuerpo y con su vida. Es la posición que tenía hace 27 años y la sigo teniendo hoy. No ha cambiado nada”, remarcó.
Con mayoría pero con debate
Un aspecto saliente de la labor en la convención fue el amplio debate que se abrió, aun cuando el MPF tenía 11 convencionales y amplia mayoría para imponer su proyecto.
“La ciudadanía nos dio la posibilidad de expresar lo que la mayoría sentía en ese momento, y con 11 a 8 tuvimos una mayoría absoluta, pero se hizo un trabajo excepcional, porque no se dictó una Constitución a libro cerrado, sino que debatimos varios días para que lo que saliera nos sirviera a todos”, destacó.
Consultado sobre el debate que hoy se está dando en la Legislatura sobre la reforma política, que incluye proyectos de reforma de la Constitución, consideró que “antes de modificar la Constitución deberíamos cumplirla en su espíritu y en su letra. En general los gobiernos tratan de estirar el texto para que se adecue a los deseos del Ejecutivo. Lo hemos hecho nosotros también y esa falta de sometimiento a las reglas nos hace pensar que hay que modificarlas, pero si las modificáramos cada vez que cambia el Ejecutivo, tendríamos una modificación a la Constitución cada cuatro años”, dijo.
“La Constitución es para cumplirla y no para satisfacer las apetencias de los Ejecutivos. Yo soy reacio a las modificaciones y hasta ahora hay artículos de la Constitución que ni siquiera se han usado, porque en 27 años algunos no se han reglamentado. Antes de modificar debiéramos darle toda la amplitud que tiene la Constitución, que fue ponderada prácticamente por todos los constitucionalistas del país. Pero siempre se hace lo posible para no reglamentar como se debiera o reglamentar de acuerdo a la conveniencia, y en esto incluyo a nuestros legisladores, porque hablo de todos. No estoy de acuerdo con la aplicación del sistema electoral y tengo algunas diferencias importantes, pero antes de modificar la Constitución hay que cumplirla y darle la oportunidad de servir como fue pensada”, insistió.
“Hay gente que puede tener una visión distinta y lo acepto. El tiempo y la edad me han dado la paciencia suficiente para entender que hay otras cosas que llevan a la gente a intentar modificarla. Pero si la modificamos cada vez que hay una necesidad del Ejecutivo, tenemos un problema”, reiteró.
Referentes para recordar
Dentro de los referentes del MPF que formaron parte de la convención, Carlos Pérez mencionó a los ya fallecidos Hernán López Fontana y Elena Rubio de Mingorance. “Son personas muy queridas y no porque ya no estén con nosotros. Eran muy buena gente y lo demostraron. Eran muy buenos vecinos y gente con la cual se podía debatir internamente. Se los extraña, por la visión que tenían, porque era gente distinta y muy valiosa que tuvo en su momento la provincia”, reconoció.
Para la anécdota
Si bien fue materia de discusión en la convención, ya quedó en el anecdotario el artículo vinculado con la nacionalidad del gobernador, dado que el MPF no se ponía de acuerdo en si debía permitirse a un extranjero nacionalizado acceder al Ejecutivo. “Teníamos una lucha interna -sostuvo Pérez-, porque teníamos dos de nuestros dirigentes más importantes que eran naturalizados, comoRuggero Preto y Juan Carlos Oyarzún”, dijo de los dos candidatos más fuertes para la gobernación que terminaron en el Senado.
“La oposición se divertía con nosotros porque, como teníamos un tema interno, aprovechó esa debilidad que tuvimos y lograron sancionar algo que los satisfacía a ellos y nos perjudicaba a nosotros”, recordó sobre una decisión que le despejó el camino a Estabillo.
“De todos modos, se convirtió en una anécdota y es una limitación que tenemos, como muchas cosas que han ocurrido en la provincia. Como provincia joven, tenemos limitaciones al desarrollo y nos cuesta aceptar ciertas concesiones.En muchas provincias se permite en los altos cargos ser naturalizado, y como senador uno puede mandar al país a la guerra porque el Congreso es el que decide. En nuestra provincia se puede ser senador siendo naturalizado, pero no administrador como Ejecutivo. Son tonterías, pero fue un debate que se dio en su momento y ya no importa, porque ni entra en debate en las posibles modificaciones de la Constitución”, observó.
“Yo tengo una visión más latinoamericana del concepto y estas cosas a veces son políticamente incorrectas. Nos tenemos que enfrentar con los residuales de la Armada, los residuales de la iglesia o de organizaciones no gubernamentales, y ya no estoy para esa discusión. El debate es muy superior a eso y creo que quedó en el tiempo”, dijo, deseando que lo mismo ocurra con la discusión sobre el aborto.
Recursos naturales
Por otra parte, se refirió al desaprovechamiento de los recursos naturales, aunque la Constitución generó todas las herramientas para el desarrollo: “Nos quedamos a mitad de camino. El único recurso natural que tiene la provincia que es duradero es la latitud. Mientras Tierra del Fuego siga siendo el fin del mundo, la gente la va a venir a visitar. Con el resto de los recursos naturales, se paga nada por extraer la cantidad de gas que se extrae; no se le pone valor agregado en la tierra, tenemos energía barata y no logramos fabricar urea o aluminio”, lamentó.
“Podemos tener el Carina con 40 ó 50 años de reserva y ser la segunda reserva de gas de la Argentina, pero si no hacemos nada para que ese gas salga a la superficie y nos beneficie a nosotros, a nuestros hijos, es inútil. Estamos sentados en una garrafa, y el gas tiene que salir y producir algo. Pero tenemos el cartelito desde el año ’87 en el puerto que no se terminó, donde iba a haber una planta petroquímica. El cartelito me produce fastidio, porque es una prueba clara de nuestra incapacidad de gestionar, a nivel provincial y a nivel nacional”, dijo.
“Además, el resto está siendo aprovechado por la planta de metanol en Chile, y es gas nuestro. Nosotros trasladamos nuestro gas a Chile, para que allí le incorporen valor agregado y genere fuentes de trabajo, y nos tendría que dar vergüenza que desde el año ’87 algún funcionario de Gas del Estado de esa época haya hecho lo imposible para que la empresa eligiera otra tierra para producir metanol, mientras nosotros le entregamos acá el gas para que lo hagan”, dijo en referencia al frustrado intento de Methanex de radicarse en suelo argentino.
“En el año ’87 nosotros no teníamos responsabilidad sobre estas decisiones y yo participé de un evento en la planta de Cerro Negro. Me dio vergüenza porque el presidente Frei (Ruiz Tagle) en la inauguración sugirió que alguien había intentado coimear a la empresa en la Argentina y, como en Chile no hay funcionarios coimeros dijo, la empresa decidió hacerlo a 150 kilómetros en otro país, con gas que salía de acá. Fueron cosas muy groseras”, sostuvo sobre una planta que “se prometió en el año ’87, en el gobierno de Alfonsín”.
“Tierra del Fuego se debe una planta para manejar la cantidad inmensa de gas que tenemos en la parte norte de la provincia. No somos una provincia petrolera, somos una provincia gasífera, y tenemos materia prima suficiente para haber hecho una planta de tratamiento como era HIFUSA, que por egoísmos políticos no se hizo. Hoy tendríamos un abastecimiento seguro de combustibles para la región, saliendo de Tierra del Fuego, para complementar el miserable 12% que nos paga la Nación por las regalías. Tendríamos una planta de gas que podría hacer urea, cuando hay una necesidad de fertilizante en el mundo, o una planta de aluminio como en Madryn, donde llevan la energía desde 600 kilómetros”, indicó.
Constitución municipalista
Finalmente Carlos Pérez se refirió al carácter municipalista de la Constitución fueguina y cuestionó que en 27 años no hubo discusión de roles por “egoísmos”, al no querer ceder presupuesto.
“Nosotros creíamos, y yo todavía creo, en la subsidiariedad del estado. Esto quiere decir que las cosas debe realizarla aquella organización jurídica que está más cerca de la gente. Los municipios tienen un rol muy importante en la provincia de Tierra del Fuego y ese concepto no ha cambiado. La provincia no debería competir con los municipios y ese debate no se ha dado. No se ha discutido si la educación o la salud deben pertenecer al ámbito provincial o municipal, y siempre hay una pelea presupuestaria donde nadie cede un peso sin pensar si es beneficioso o no que la educación en las ciudades esté a cargo de los municipios. Siempre que esto se esboza, alguien se opone y no se quieren discutir los roles de la provincia y los municipios. Esta discusión no se quiere dar porque hay un presupuesto detrás de la decisión, y presupuesto es poder. Nadie quiere ceder un peso de su presupuesto”, concluyó.