El licenciado Cruz Álvarez, director de la Licenciatura en Psicopedagogía y de la Licenciatura en Gestión de la Educación en Contexto de Encierro de la Universidad Blas Pascal, pasó por la provincia para dictar dos capacitaciones, una en la sede de Ushuaia y la otra en Río Grande. Luego de las mismas, dijo que ambas actividades tuvieron que ver con la decisión de acercar a los docentes de la Universidad a las diferentes sedes. Positivo balance de las mismas.
Río Grande.- En el caso de Ushuaia, mencionó que allí se presentaron “herramientas básicas para trabajar en el contexto de encierro, con una mirada desde la educación. Por ejemplo, se estuvo viendo un panorama general de la educación en contexto de encierro hoy en día en la Argentina, explicitando algunos casos prácticos sobre lo que sucede en determinados espacios”.
Además señaló que trabajaron “todas las cuestiones que están relacionadas con los efectos de la prisionalización de los internos y como la educación puede ir ayudando al desarrollo integral de la persona, dentro de la cárcel”. “El sentido era compartir esto y decir: ¿Qué herramientas puedo llegar a trabajar o mostrarle a la gente que está trabajando en las prisiones con los internos, porque tiene sus particularidades”, afirmó Álvarez.
El profesional señaló que “no es lo mismo dar clase para niños, que para el nivel secundario o el nivel superior. Y en este caso se está trabajando con una modalidad dentro de otra modalidad, porque se está trabajando con jóvenes y adultos dentro del contexto de encierro”, expresó.
Cruz Álvarez dijo que también hubo intercambios acerca de la realidad local y los métodos que se están utilizando. Mencionando que “lo único que pierde el privado de la libertad es su libertad ambulatoria, después tiene todos sus derechos inalienables. Es la única diferencia entre el afuera y el adentro”, remarcó.
Advirtiendo que también para quienes educan en contexto de encierro se impone analizar “cómo el docente tiene que ir modificando según sus percepciones, sus estrategias metodológicas y su forma de dar clase”.
Respecto de la actividad que se desarrolló en Río Grande, comentó que “la charla se refirió a la implementación del formato de unidad pedagógica, que surge por una Resolución del Consejo Federal de Educación en diciembre del año 2012 para implementarse en marzo de 2013. Con lo cual se tomaron algunas escuelas piloto donde se comenzó a implementar”.
Indicó que “la unidad pedagógica lo que hace es suplir el alto grado de repitencia en primero y segundo grado, entonces se trabaja en dos niveles consecutivos donde no hay repitencia”, aclaró. Aunque señalando que “esta unidad pedagógica no solo es para que no haya repitencia, sino también para que la misma docente acompañe en un periodo de dos años”.
Dijo que “en algunos lugares es así, pero falta una vuelta de tuerca porque todos hoy decimos: implementamos la unidad pedagógica en la escuela. Hacemos que el aula sea de los chicos. Permitimos que los alumnos puedan sentarse a trabajar en grupo. Pero en las actividades que lleva a cabo esa docente, lo único que está haciendo es replicando viejos modelos”, alertó Cruz Álvarez.
Planteando que “la implementación de la unidad pedagógica refiere a un cambio de metodología, un cambio de mirada de la educación. Donde la educación tiene que ser creativa, tiene que ser proactiva. Donde tenemos que revisar diferentes agrupamientos en el aula. Pero agrupamientos que realmente sean positivos, no agrupar porque sí”, remarcó.
Manifestando finalmente que también se deben “revisar los tiempos, porque muchas veces los tiempos están regidos por el timbre y esa también es una cuestión a revisar”, dijo al señalar que el docente debe permitirse “romper estructuras” y hacer “un cambio drástico para mostrar al alumno otra visión”.