La ingeniera Jorgelina Pastoriza expuso la preocupación tanto de su familia como de los propietarios de Harberton por la falta de respuesta ante las propuestas alternativas a la traza original. La audiencia pública podría convocarse entre septiembre y octubre, pero no hay información oficial. Si se insiste con el camino pegado a la costa, sostuvo que el daño sobre el patrimonio provincial será muy grande e irrecuperable.
Río Grande.- La ingeniera Jorgelina Pastoriza, una de las propietarias de los establecimientos que piden participar en la elaboración de la traza de la ruta costera, junto con los propietarios de la estancia Harberton, planteó su preocupación por Radio Universidad 93.5 ante la falta de respuesta del Ministerio de Obras Públicas luego de elevar alternativas.
La ingeniera también es piloto de avión y destacó que “desde arriba se ve con más claridad el terreno, por eso hemos propuesto otras opciones al camino que propone el gobierno, que está muy pegado a la costa. Ese camino pone en problemas varias cosas, entre ellas los yacimientos arqueológicos que se encuentran sobre el canal de Beagle y han explicado los especialistas del CADIC. Con la constructora no hemos tenido ningún contacto. El gobierno nos dijo que nuestra propuesta la hagamos a través del Ministerio de Obras y Servicios Públicos, esto fue hecho y hace rato que pasamos una nota donde explicamos que la traza no debería pasar pegada a la costa, sino más arriba”, aseguró.
“Ellos están tan preocupados por el tema del turismo y justamente pensamos en eso, en no degradar la imagen que los turistas tienen desde la costa, y hacer que el camino no se vea, que quede oculto en el valle que está más hacia el norte. Además para hacer un camino van a tener que romper, dinamitar, tirar árboles de un bosque virgen, porque jamás ha sido tocado, y esto es un impacto negativo para el turismo”, subrayó.
Alertó el impacto sobre el turismo que hoy recorre “todo lo que es Túnel y Río Encajonado hasta Punta Segunda, donde ya empieza una zona más despojada de bosque. La gente que va a caminar, que sale a pasear por ese lugar los fines de semana, dejaría de tener la oportunidad de pasear por el sector si se hiciese el camino ahí abajo. Hoy lo hacen y tienen acceso libre a toda la costa. También se perdería esa parte de turismo”, dijo.
“Hay muchos ítems por los cuales nosotros solicitamos que el camino no se haga según el proyecto original, sino que se vea la alternativa de hacerlo más al norte. No hemos tenido respuesta y la única respuesta que tuvimos es que dos o tres semanas antes de la llamada a audiencia se va a presentar la documentación. Supuestamente la audiencia sería entre septiembre y octubre, pero todo es información verbal y no tengo nada escrito de esto”, indicó.
Reiteró que la propuesta alternativa de parte de la estancia “la hicimos al Ministerio de Obras Públicas y no tuvimos respuesta. El turismo es un potencial y tampoco hay una propuesta por parte del área de turismo. Dicen que hay muchos proyectos, hablan de las posibilidades de este camino, pero no se conocen los proyectos. Esto lleva a pensar cosas raras, porque hay mucho terreno que va a estar libre y se va a acceder por un camino a tan solo 15 minutos del a ciudad”, observó, deslizando el riesgo de un negocio inmobiliario.
“Julio Lovece ha hablado del tema de las salmonelas y no sabemos si esto viene asociado con este proyecto, porque sería terrible por el desastre ecológico. Todo lo que trae a futuro el camino es un problema del que nadie está hablando y no permiten que nadie hable. Deberían juntarse con todas las ONG que están viendo estos problemas, pero están muy apurados para hacer el camino, con el impacto tan alto que tiene para todos los fueguinos. Nosotros nos fuimos enterando de todo esto a través de los medios, porque jamás nadie llamó para decir lo que van a hacer”, cuestionó.
“Para nosotros son solamente diez kilómetros de tierras de los Pastoriza que unen desde Escarpados hasta Punta Segunda. Lo de Harberton es mucho más complicado, porque es más grande y además viven de eso. Allí hay muchos restos arqueológicos a la vera del camino y a nosotros nos preocupa mucho la destrucción que se va a hacer del paisaje, de recursos que son irreemplazables, como el bosque, la costa, y lo que se rompe no vuelve nunca más. Es muy doloroso, yo hace un tiempo no vivo en Ushuaia por temas laborales, pero la llevo en el corazón y que rompan todo eso me duele muchísimo”, concluyó.