El encuentro está previsto para este martes a las 17, donde el Gobierno busca cerrar rápidamente el acuerdo por el Presupuesto 2019 con los gobernadores, a los que recibirá en la Casa Rosada en busca de un gesto político y un acuerdo para presentar la iniciativa esta misma semana. Sin embargo, los mandatarios provinciales manifestaron sus diferencias con relación a la letra chica de la iniciativa, y previo al encuentro con el Presidente, se reunirán nuevamente en la sede del Consejo Federal de Inversiones (CFI), a las 10, para debatir la posición que llevarán al encuentro.
Río Grande.- Si bien el Gobierno busca una foto política, los mandatarios quieren más detalles de la iniciativa, donde en el día de ayer Rodríguez Saá planteó en radio La Red que “no nos dicen cómo será el Presupuesto, estamos hablando sin mirar las cartas, parece que ellos van a buscar una foto cuando nosotros en realidad vamos a informarnos por primera vez de qué se trata, yo no avalo nada hasta que no lo vea”.
Aunque la mayoría destaca la necesidad de que el Ejecutivo cuente con esta herramienta para afrontar la compleja situación financiera del país, tanto Alberto Rodríguez Saá (San Luis) y Miguel Lifschitz (Santa Fe), entre otros, se niegan a adelantar un respaldo al Gobierno.
Previo al encuentro convocado para las 17, los gobernadores se reunirán nuevamente en la sede del Consejo Federal de Inversiones (CFI), a las 10, para debatir la posición que llevarán al encuentro.
El Gobierno, que busca una señal política de los mandatarios provinciales, analiza dar marcha atrás, por ejemplo, con el traspaso del gasto de la tarifa social eléctrica a las provincias y con la suspensión de la rebaja a los ingresos brutos, detalles que negoció el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, con los ministros de Economía provinciales.
La última reunión de gobernadores en el CFI fue motorizada por el tucumano Juan Manzur y asistieron Carlos Verna (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa), Lucía Corpacci (Catamarca), Roxana Bertone (Tierra del Fuego), Mariano Arcioni (Chubut), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Rodríguez Saá y los vicegobernadores de Chaco y La Rioja, Daniel Capitanich y Néstor Bosetti, respectivamente.
En sintonía con Rodríguez Saa, Lifschitz planteó en declaraciones radiales que en la previa del encuentro convocado por el presidente Mauricio Macri “hay una intención del Gobierno de hacer a los gobernadores socios del ajuste, como pasó en noviembre con el tema del ajuste fiscal y la reforma previsional”.
El mandatario santafesino ya adelantó que no participará de la reunión; en su lugar lo hará el vicegobernador Carlos Fascendini.
Por su lado, el gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, aseguró que retacearle el presupuesto al gobierno de turno “es un acto de irresponsabilidad institucional”. “Apoyaremos y daremos las herramientas, ya que es feo gobernar si no las tenés. Negarle un presupuesto a un poder ejecutivo a mi juicio es un acto de irresponsabilidad institucional. Más allá de estar o no de acuerdo, cuando la gente elige un gobierno hay que darle las herramientas para gobernar”, remarcó en declaraciones al diario El Patagónico en las últimas horas.
En la misma línea, su par de Córdoba, Juan Schiaretti, señaló en diálogo con La Voz del Interior que su provincia “hace todos los esfuerzos para que la Nación tenga Presupuesto”, al tiempo que destacó que “la negociación no está lejos de un acuerdo, aunque advirtió que los esfuerzos deben ser equitativos”.
El mandatario de La Pampa, Carlos Verna, se mostró un poco más cauto y destacó que antes de “anticipar si está a favor o en contra, va a esperar a que el Gobierno presente el proyecto para poder analizarlo”.
“Una vez que lo presente lo voy a analizar, decir en qué cosas estoy de acuerdo, en qué cosas no lo estoy. Trataré de discutirlo o les pediré a los legisladores por La Pampa que lo discutan, pero no puedo anticipar si estoy a favor o en contra porque no lo conozco”, indicó en diálogo con el diario La Arena de La Pampa.
En una sintonía similar, el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, reclamó que se ponga en conocimiento las estimaciones sobre el valor del dólar, la inflación promedio y otros parámetros fundamentales para la discusión del Presupuesto.
«Ahora tenemos que discutir el Presupuesto, que los gobernadores queremos acompañar. Pero ¿cuáles van a ser las variables del Presupuesto? ¿Con qué dólar, con qué inflación? Queremos que la Argentina tenga un Presupuesto pero no sabemos con qué parámetros», planteó en una entrevista al diario Clarín.
El salteño Juan Manuel Urtubey, en tanto, afirmó que «negar la Ley de Presupuesto al gobierno nacional es un acto de irresponsabilidad institucional».
Expectativa en Washington por la reunión
La mirada de los analistas políticos de la capital norteamericana y los brockers de Wall Street se desvió momentáneamente de las negociaciones en la sede del Fondo Monetario Internacional y se enfocó en la cita de mañana en la Casa Rosada.
Esperan ver más garantías de gobernabilidad en la Argentina y un acompañamiento de los gobernadores peronistas en la aprobación del presupuesto para 2019, que a su vez debe convalidar el fuerte ajuste en las cuentas públicas incorporado al borrador que se discute en estos días en las oficinas del Fondo.
Parece un juego circular. Desde Estados Unidos buscan señales en Buenos Aires mientras el Gobierno las espera del FMI en Washington. El próximo gesto, sin embargo, debería provenir de Balcarce 50 y en eso coinciden expertos norteamericanos y estrategas de bancos y fondos de inversión.
Unos y otros prácticamente descuentan ya que habrá acuerdo para que el organismo multilateral le anticipe en 2019 a la Argentina fondos comprometidos para 2020 y 2021 o que acceda a incrementar el monto del crédito por 50.000 millones de dólares firmado en junio sin modificar el calendario de los desembolsos. La mayor incógnita de estas horas es más política que económica y financiera.
En ese sentido, la reunión del presidente Mauricio Macri con los gobernadores despierta expectativas porque podría comenzar a despejar las dudas que hay en torno a la aprobación del próximo presupuesto y la viabilidad política de los recortes necesarios para cumplir con la meta del déficit cero.
Es decir, en Estados Unidos creen que un pacto presupuestario con la oposición peronista le daría una base más sólida al castillo de naipes en que se convirtió la economía argentina.
«Más allá de los detalles específicos de la negociación con el FMI, el interrogante más importante en este momento es si el presidente Macri mantendrá el apoyo público y el espacio político necesarios para ejecutar el plan de ajuste», comentó a Infobae Michael Camilleri, especialista del InterAmerican Dialogue, un influyente think tank de la capital norteamericana.
«Esto a la vez impactará en el plano económico, ya que la confianza internacional en el mercado argentino dependerá en parte del éxito de Macri y sus posibilidades de reelección», agregó.
Un acuerdo político con los gobernadores, que se traduzca luego en la aprobación legislativa del presupuesto para el año que viene, parece una condición necesaria para el equilibrio fiscal al que ahora se abraza el Gobierno luego de desechar el gradualismo. Pero puede no ser suficiente.
«Hay bastantes dudas en Washington sobre la posibilidad de un compromiso sobre déficit cero», le dijo a Infobae Michael Matera, director del programa para las Américas del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS, en inglés), de Washington. También a su juicio las mayores dudas que asoman en esta instancia son más políticas que económicas, aunque ambas variables vayan de la mano.
«Sin un acuerdo firme con el peronismo razonable, no habrá posibilidad de lograr ese equilibrio de las cuentas en 2019, y aun con ese apoyo será una meta difícil de alcanzar», razonó el experto.
Siobhan Morden, estratega jefa para la región de Nomura Holdings, en Nueva York, también espera una señal de acompañamiento de parte de la oposición peronista. «Será una prueba de aceptación o no de la propuesta de equilibrio fiscal» del Gobierno, comentó.
Morden no descartó sin embargo la posibilidad de que se extienda a 2019 el actual presupuesto si es que finalmente no se aprueba una nueva ley de acá a noviembre. No ve ese escenario como una derrota dramática ni definitiva para el Gobierno, pero sí considera que un apoyo de la oposición «sería una muy buena señal» para los mercados.