El ingeniero Oscar Suárez avaló la posibilidad de que YPF se quede con el área Lobo, pero no sin contraprestación. Aseguró que se trata de una “renegociación de un contrato” al ver ampliada el área CA1, que impone discutir otras condiciones, por el beneficio económico que implica para la petrolera. Reclamó a los legisladores y al gobierno que “se pongan la camiseta” y defiendan los intereses de la provincia.
Río Grande.- El ingeniero en petróleo Oscar Suárez, ex funcionario y representante de la provincia en la OFEPHI, además convocado al comienzo de la gestión Bertone como asesor ad honorem en materia de hidrocarburos, opinó sobre el proyecto de fusión del área CA1 con el yacimiento Lobo, que quedaría en manos de la petrolera YPF sin mediar licitación ni renegociación del contrato.
Por Radio Fueguina, dio por tierra los argumentos sobre un descubrimiento reciente de la unión geológica, dado que “desde que trabajaba en YPF siempre se supo que el yacimiento Lobo tenía las mismas condiciones físico-químicas y de reservorio que el yacimiento San Sebastián, que hoy está operado por YPF”.
Haciendo memoria, recordó que “en el yacimiento Lobo en su momento tuvo un permiso de exploración la empresa Total, fue revertido y se lo dieron a YPF cuando se aprobó la ley de privatización 24.145, en el ’94”.
La decisión de dárselo a YPF fue una suerte de compensación por un caso de similares características al que se plantea ahora, pero con dos empresas involucradas, donde una le “robaba” a otra los hidrocarburos por tener yacimientos conectados, y la situación llegó a los estrados judiciales. Precisamente, tal como lo hace ahora YPF con Lobo, en su momento extraía hidrocarburos de un área off shore de Total, que defendió sus intereses: “Hay un antecedente que no es nuevo justamente para esta petrolera, como fue la unificación del yacimiento Ara-Cañadón Alfa. Es un yacimiento que está en el norte y la historia es oportuna para esta discusión. El yacimiento Alfa estaba en tierra en la zona norte, donde hoy está operando Total Austral, y era operado por YPF; y al lado hay un yacimiento en el mar, que es ARA. Hubo bastantes controversias y una judicialización del tema, con Estenssoro como presidente de YPF en ese momento, por una demanda del orden de los 500 millones de dólares de parte de Total”, relató.
“Lo que planteaba Total era que el yacimiento ARA, que era el de tierra, prácticamente no tenía más gas pero seguía produciendo. Como hay una continuidad geológica a través de una fractura, el yacimiento de tierra de YPF (Cañadón Alfa) le estaba sacando gas al yacimiento en el mar (Ara) de Total. Total cuestionó los hidrocarburos que se habían ido para el otro lado, hasta que llegaron a un acuerdo. Yo en ese momento estaba trabajando en YPF y fue muy duro cuando se firmaron las actas y se transfirieron las instalaciones de Cañadón Alfa de YPF a Total”, dijo.
Precisamente para evitar la controversia que surge ahora entre la CA1 y Lobo, en ese momento se decidió concesionar ambos a YPF, a través de la ley de privatización. “Si no podría haber existido otro litigio, de tenerlo dos empresas diferentes, y no hubiera sido bueno para la provincia tampoco, porque enfrentaría nuevamente a dos empresas”, sostuvo el ingeniero.
En función de este testimonio en primera persona de quien estaba vinculado con la petrolera YPF, cuanto menos desde el ’94 se conoce la conexión geológica entre la CA1 -San Sebastián- y Lobo, un dato que no coincide con las declaraciones públicas que se han realizado sobre el tema.
Un gran beneficio
El ingeniero Suárez aclaró que está “de acuerdo con que le den Lobo a YPF -que ya lo tenía y venció la concesión-, porque la empresa ya está instalada en la provincia, conoce el yacimiento y podría ir solucionando problemas que son importantes, que llevaron a que en 2015 se quedara sin gas la provincia. Se está planteando que pueda ingresar gas al gasoducto que va a Ushuaia del yacimiento Vega Pléyade, van a hacer una planta de compresión y se está haciendo la obra para ir solucionando el tema. Está bien que se lo den a YPF pero no tiene por qué ser gratis”, subrayó.
“Entiendo que hubo errores de la empresa al no haberlo denunciado y también de la parte de Hidrocarburos que no prestó atención cuando se hizo la renegociación. El camino tiene que ir por la responsabilidad social empresaria. La gente de Hidrocarburos plantea que quede un único yacimiento pero, de paso, habría que ordenar un poco los papeles, porque YPF no figura como titular del yacimiento San Sebastián, sino que figura LF Fueguina, que era una empresa anterior del grupo de Panamerican, que se había abierto en dos”, aseguró.
“En cuanto a reservas, el yacimiento Lobo figura como YPF. Ante todo habría que arreglar estos papeles, porque para la Secretaría el yacimiento sigue figurando en cabeza de otra persona jurídica”, reiteró Suárez.
“Seguramente YPF va a decir que cuando renegociaron estaba Lobo incluido, y que ya pagaron, pero para mí, que me disculpe la gente de YPF, esto es una renegociación del contrato”, sentenció.
“La contraprestación la decidirá la Legislatura, que es el órgano más democrático, o debería serlo, y tiene que hacer esto bien, no como otras veces, para que sea provechoso para la provincia”, reclamó.
Las reservas sin explotar
Consultado sobre el nivel de reservas de Lobo, dado que San Sebastián viene decayendo y se estarían tomando de allí los recursos, dijo que “las reservas declaradas son 60 mil metros cúbicos de petróleo y 1.500 millones de metros cúbicos de gas. Son recursos valiosos y no quiero perjudicar a YPF ni nada por el estilo, pero quiero que paguen lo que tengan que pagar”.
“Si los legisladores deciden que no paguen, o que hagan una escuela, un hospital o lo que sea para la gente de la provincia, será decisión de la Legislatura. Pero por más que YPF diga que cuando renegoció, renegoció todo y pagó, y que dentro estaba metido el yacimiento Lobo, no es así, porque Lobo en ese momento estaba declarado como recurso contingente”, advirtió.
Explicó qué implica esta denominación, señalando que “hay reservas probadas, reservas no probadas, reservas probables, reservas posibles y recursos contingentes. Las reservas probadas se consideran el activo de una empresa. Las reservas probables tienen el 50% de la probabilidad de que tenerlas; las posibles son el 10%, y los recursos contingentes es algo que se detectó por sísmica, por lo que se sabe que hay hidrocarburos. La sísmica indica dónde se une el agua con el petróleo y el petróleo con el gas, pero al momento en que lo negociaron no tenía valor económico, porque seguramente no había cómo desarrollarlo o había que hacer mucha inversión. Ahora el contexto varía totalmente”, dijo.
Para el ingeniero en la renegociación con YPF en 2014 “o bien hubo una equivocación o bien no se planteó porque no lo vieron, porque no se sabía que era un reservorio único. Si eso no se hizo, se puede hacer ahora, porque la concesión de Lobo terminó”.
“Hay que renegociar la contraprestación del yacimiento Lobo”, insistió, dado que la CA1 “ya se hizo. Yo no voy a pedir que se renegocie todo como un paquete porque eso ya se hizo y lo aprobó la Legislatura. No se puede volver a discutir la CA1 porque generaría inseguridad jurídica”, observó.
Para el ingeniero no hay dudas del interés económico de YPF en el yacimiento Lobo, que nunca había explotado: “Ahora que el yacimiento San Sebastián empezó a declinar, se incorpora el yacimiento Lobo, que antes no era de interés comercial de YPF cuando se renegoció la CA1. Ahora sí es de interés comercial porque se vinieron abajo las reservas de San Sebastián. La provincia tiene que buscar una solución de equilibrio, porque no puede ser que YPF se lleve el yacimiento gratis”, cuestionó.
“YPF está pidiendo que tomen estos dos como un yacimiento único y la provincia no tiene por qué decir que no. Lo que tendría que hacer es partir de la base de una negociación para ver de qué manera reparten las cargas. En este caso, YPF tiene que ‘ponerla’”, simplificó.
Apuro legislativo
También se le preguntó si un tema de esta envergadura se puede resolver con un par de reuniones de comisión y aprobarse en menos de una semana. “Para mí no -dijo-, pero tienen el número y sabemos cómo se manejan estas cosas. Yo no quiero conflicto con nadie, y el que quiera escuchar que escuche.
Después serán responsables los que tienen que levantar la mano, pero me parece que apurar esto no hace para nada bien. Debería haber un compás de espera y que el Secretario de Hidrocarburos o alguien del gobierno hable con YPF y defiendan los intereses de Tierra del Fuego. Que por favor se pongan la camiseta de la provincia”, pidió por último.