Ayer se desarrolló la segunda jornada de juicio oral y público contra tres personas acusadas del delito de “tentativa de homicidio”, “daños” y “lesiones”, en un hecho ocurrido en enero pasado, en la margen sur de la ciudad de Río Grande. En principio, Federico Arrúa, uno de los imputados, amplió su declaración indagatoria, haciéndose responsable de haberle dado un piedrazo a Enrique Núñez. Luego, fue el turno de declarar de la víctima, quien complicó la situación de los tres involucrados, e introdujo en el marco de los hechos, a dos personas, que no fueron investigadas en el marco de la investigación.
Río Grande.- El Tribunal de Juicio Oral realizó ayer, la segunda jornada de proceso, contra Federico Arrúa, Jorge Insfrán y Anahí Martínez; quienes se encuentran imputados del violento episodio ocurrido en la margen sur, el 7 de enero pasado, que, tuvo como consecuencia, la hospitalización de un hombre, con un importante golpe en la cabeza, que, según se desprende de la causa, fue producto de un piedrazo.
Previo a dar inicio a la rueda de declaraciones testimoniales, amplió su indagatoria Federico Arrúa, quien dio versión de lo ocurrido, a la vez que se responsabilizó de haber apedreado a Enrique Núñez, intentando así, deslindar responsabilidades, sobre su pareja, y también su primo, ambos consortes de causa.
Luego, brindó su declaración testimonial, Enrique Núñez, una de las víctimas de este violento suceso, quien reconoció a sus atacantes, pero también introdujo a otras dos personas, que no fueron investigadas. De hecho, las identificó con nombre y apellido, ya que refirió que son conocidos de su barrio. Se trata de Gastón Quiróz y María Martínez –hermana de la imputada-.
Núñez dijo que a lo largo de estos meses, no había aportado estos datos a la Justicia por temor, y esperaba ser llamado para brindar los mismos, lo que finalmente sucedió, en el marco del inicio del juicio oral y público.
Una vez más, quedó en claro que Insfrán mantuvo una discusión casi sin sentido con su hijo -también víctima de estos ataques- y que fue el día anterior. En tanto que, esa madrugada del 7 de enero, este grupo de cinco personas, irrumpió en su casa, a la vez que gritaban “los vamos a matar a todos”.
La víctima, también admitió que fue Arrúa, quien a una distancia de un metro y medio aproximadamente, le arrojó una pedrada en la cabeza, y que tras ello perdió el conocimiento.
Dicha lesión a Núñez, le costó el trabajo ya que debió operarse en dos oportunidades, y presenta secuelas como mareos e inclusive lapsus de pérdida de memoria.