Una mujer se encadenó ayer por la mañana en la Delegación de la OSEF en Río Grande. Reclama porque su hijo necesita una prótesis y lleva cuatro años realizando trámites sin resultado. Le programaron seis veces la operación, pero la obra social no compró lo necesario para concretarlas.
Río Grande.- Mariana Carocia, la mujer que se encadenó ayer por la mañana, dijo que resolvió iniciar la protesta “por la salud de mi hijo, para que haya una respuesta favorable y que de una vez por todas lo resuelvan, porque hace cuatro años que esperamos”.
Después señaló: “queremos que le compren los implantes que se necesitan para enderezarle la columna. He presentado en el transcurso de todos estos años una cantidad de notas impresionante, pero nunca hubo respuesta”.
“Siempre nos hicieron viajar con la ilusión de que le iban lo iban a operar, que le habían comprado las cosas, pero dos días antes nos dábamos cuenta que no concretaban la cirugía porque la obra social no había comprado los implantes. Entonces teníamos que volver, esto pasó seis veces”, aseguró la mamá.
Luego manifestó que “entonces ahora ya no les aceptó que vengan a decirme que nos van a comprar los pasajes, que hay una nueva fecha de cirugía. No quiero nada, solamente quiero la boleta de los tornillos y las barras que le tienen que poner a mi hijo en la columna para poder enderezársela”.
“Eso es lo que necesitamos, nunca tuve contacto con nadie jerárquico de la obra social lo único que hago como mamá es presentar notas y hacer mis reclamos. No voy a patearle el escritorio a nadie, ni a hacer nada que no corresponda. He presentado notas y también fui al juzgado con mi abogado y realizamos un recurso de amparo que salió a nuestro favor, ahora en el mes de junio”, remarcó.
Pero dijo que “todavía están en veremos, el juez sigue aceptando reclamos obsoletos que hace la obra social y en este tiempo la salud de mi hijo empeora día a día”, advirtió Mariana Carocia. Indicando que “hace cuatro años era una escoliosis neurológica secundaria, hoy es una escoliosis severa y, como dice el médico, en la morbimortalidad en el acto quirúrgico, día a día, se va tornando más crítica o sea que tiene mucho riesgo de muerte mi hijo”.
Para terminar expresó que “lamentablemente es así, porque la cirugía es muy difícil. Ya no les creo su palabra, fue mucha la paciencia y quiero que me muestren la boleta de lo que compraron para operarlo. Creo que mi hijo se lo merece”, concluyó la mamá del joven que hoy tiene 18 años.