El ingeniero Enrique Schoua, gerente de planta de Tecnomyl, identificó al decreto 864 como el tercer estadío de un proceso que comenzó con la baja de aranceles a las notebooks, siguió con la reducción de impuestos internos, y ahora asesta un golpe mortal a la industria fueguina, de no modificarse de forma urgente, con el arancel cero a la importación de productos semi elaborados. Cuestionó la falta de reacción del arco político, comenzando por la Legislatura, que no se pronunció como Cámara contra esta medida. Tampoco lo hicieron los parlamentarios de Cambiemos, cuando es necesario que todos los partidos y actores provinciales se encolumnen en defensa de los puestos de trabajo de la provincia. Recordó un escenario muy similar en los ’90, cuando también se hablaba de reconversión, y la situación desencadenó en un cierre masivo de fábricas y una caída de la mano de obra empleada al 10 por ciento.
Río Grande.- El ingeniero Enrique Schoua, gerente de planta de Tecnomyl, explicó las consecuencias del dictado del decreto 864 por FM Del Pueblo, como el cierre de una sucesión de medidas del gobierno nacional que termina asestando un golpe mortal a la industria fueguina.
El decreto 864 “es el tercer paso de dos anteriores: el primero fue la baja a cero de los aranceles de las notebooks; el segundo fue la baja de los impuestos internos del 7 al 0% para la producción y del 17 al 0% para la importación de televisores y otros bienes. El que se dedica a la importación, tiene una baja de aranceles del 17 al 0% y tiene 10 puntos más, que antes eran un umbral que ayudaba a favorecer la fabricación nacional. Eso desapareció y estamos en igualdad de condiciones. A esto ahora se agrega el decreto 864, que es una combinación mortal, porque permite importar plaquetas armadas para armar un televisor, la pantalla, el gabinete, y con tres o cuatro partes se arma, sin necesidad de chipeadoras, soldadoras, ni ninguna de las inversiones que son cuantiosas en la provincia en materia de equipamiento, y son millones de dólares que han invertido las empresas. Tampoco se necesitan técnicos especializados ni personal calificado de ningún tipo, y no es obligatorio en el continente ningún proceso mínimo, como lo es en Tierra del Fuego. Además hay una ventaja adicional, que es la logística, porque un flete de Oriente al puerto de Buenos Aires demora la mitad que para llegar a Tierra del Fuego. Un contenedor de Oriente en 35 días llega a Buenos Aires, y el costo es más o menos la mitad del traslado de Buenos Aires a Tierra del Fuego, ya sea por tierra o por vía marítima. Esto deja a la industria local totalmente fuera de combate”, sentenció.
“Alguien dirá que con esto los televisores podrían estar más baratos y la gente se beneficiaría, porque es obvio que en China y en Corea los costos operativos son más bajos. Pero los chinos no fabrican solamente televisores: fabrican autos, camiones, maquinaria agrícola, corbatas de seda, candados, tornillos, bolsos de viaje, llaveros, de todo. Entonces, como es más barato, ¿vamos a cerrar todas las fábricas e importar todo? Me pregunto quién va a comprar”, remarcó.
Poca preocupación
Pese a los pronunciamientos por los medios de distintos actores de la provincia, el ingeniero no ve una preocupación real para poner un freno. “La verdad, no los veo tan preocupados. Acá se impone en primer lugar que todos los bloques con representación parlamentaria en la Legislatura hagan una declaración conjunta. Eso es imprescindible, y no lo estoy viendo”, señaló, dado que solamente hubo un comunicado del bloque UCR-Cambiemos y declaraciones en los medios de algunos parlamentarios, pero no un pronunciamiento de la Cámara.
“Se necesita más energía, más fuerza, de lo contrario va a suceder lo mismo que sucedió en los ’90. Con situaciones y planteos similares, motivados por la política implementada por Menem y su ministro Cavallo, terminó cerrando Dewo, Drean, Sharp Kenia, Sony, Panasonic, Aurora Grundig, Noblex, Philco, Zenith, Toshiba, Surrey, Frigidaire, Karkai, Olimpic, Akai, Welton. Crown Mustang no cerró y quedó en convocatoria, y acaba de terminar cerrando ahora. Audivic tampoco cerró, pero se convocó en esa época y terminó cerrando ahora; y el resultado fue en 2001-2002 estábamos en un nivel de desocupación de casi el 40% en Río Grande”, sostuvo.
Según datos de la UOM de ese momento, en 1988 había casi 8.000 trabajadores, repartidos entre Ushuaia y Río Grande, de los cuales quedaron menos de 800, distribuidos en las 10 fábricas que quedaron en pie, de las 74 que existían 15 años atrás.
Para Schoua “vamos en camino al mismo desenlace. ¿Vamos a esperar que suceda lo que ocurrió en los ’90 para tomar alguna medida, o deberíamos hacer algo antes?”, reclamó.
Consultado sobre qué puede hacerse, advirtió que “si los que tienen representación parlamentaria se quedan en su casa, la gente va a salir a la calle. Los que tienen representación parlamentaria deberían definir su posición con toda claridad, incluidos los integrantes de Cambiemos en primer lugar”.
Sin embargo los diputados Stefani y Roma justifican estas medidas, no hay una defensa de la industria fueguina sino todo lo contrario en el caso particular de Roma, justifican las tarifas, el retroactivo que se pensaba cobrar a los usuarios por las pérdidas de las empresas energéticas, y para el ingeniero “no saben lo que están diciendo y esto se los va a llevar puestos a ellos también”.
Confió en las conquistas logradas cuando la gente salió a la calle. “Así fue en 1982 con el gobierno de facto, cuando en diciembre iba a fenecer la 19640, y a un mes del vencimiento el ministro de economía de aquel entonces llegó a decir que no iban a permitir que Tierra del Fuego se convirtiera en otro Taiwán. No entiendo el porqué, porque ojalá fuéramos otro Taiwán. Tendríamos cien mil personas trabajando en la industria, en vez de diez o quince mil”, dijo.
Agregó que “en los ’90 se volvió a repetir el intento de no dejar seguir avanzando este régimen, y tampoco entiendo los motivos. Mientras nosotros seguimos con idas y vueltas alrededor de este tema, Brasil sigue avanzando en Manaos con su régimen similar al nuestro, y lo tiene prorrogado hasta el 2073, mientras nosotros con nuestra política pendular seguimos sin saber qué rumbo tomar. Hay gente que no está dispuesta a pelear, decide vender todo para irse, y la verdad pregunto a quién le van a vender, porque la casa que valía diez va a valer cero. La situación es mucho más grave de lo que parece”, alertó.
“Si se toman medidas a tiempo, se puede revertir, y todavía estamos a tiempo. Debe haber un reclamo de todos los partidos políticos junto con el gobierno provincial”, expresó.
El ingeniero sumó el paralelismo de los discursos oficiales de entonces y de ahora, porque “mientras cerraban las fábricas en los ’90, el gobernador Estabillo decía que estábamos en la reconversión económica y en pleno cambio de matriz productiva, igual que ahora. Decía que se iba a vivir del turismo, de la madera, de la pesca y del petróleo. La pesca nunca la vi, la planta de metanol nunca se instaló, la madera a nivel industrial jamás se procesó, el puerto de Río Grande quedó en un intento. Es lamentable y triste, pero creo que aún estamos a tiempo si nos ponemos a trabajar para revertir esta situación y encaminarnos en una senda de sostenimiento de los puestos de trabajo. Es cierto que la industria tendrá que aggiornarse y acomodarse a los nuevos tiempos, pero esto se puede hacer sin perder fuentes de trabajo”, concluyó.