El presidente de la Cámara de Comercio de Río Grande y vicepresidente de CAME aseguró que “desde el ’83 a la fecha” nunca se dio una crisis de la magnitud que atraviesa la zona norte. Las ventas del Día de la Madre registraron una baja del 20% respecto del año anterior, y casi duplica la media nacional. Cuestionó las cifras oficiales sobre la desocupación, que no toman en cuenta los planes de empleo, y estimó que trepa al 30%. Hoy el desafío diario de una pyme pasa por decidir si abren o cierran las puertas, planteó. “Hay gente que viene soportando pero el nivel de aguante lo está matando el sistema financiero”, remarcó, con tasas que hacen inviable la competitividad. Estimó una caída de tres mil millones de circulante en la provincia, y la mayoría impacta en Río Grande, por arrastre de la pérdida de puestos en la industria. Cargó contra el equipo económico de Cambiemos, que carece de sensibilidad y experiencia: “Estos muchachos dicen que son de Harvard pero les falta esquina, hacen media cuadra nomás”, disparó, en un contexto donde solamente se beneficia el sector financiero.
Río Grande.- El presidente de la Cámara de Comercio de Río Grande, Diego Navarro, además vicepresidente de CAME, fue consultado por FM La Isla sobre el balance que arrojaron las ventas por el Día de la Madre, la última fecha del año donde se esperaba algún repunte, antes de las fiestas navideñas.
“En Río Grande hemos tenido movimiento, para lo que venía la actividad comercial, pero si lo tengo que comparar con el interanual, hemos caído en ventas en moneda constante, tomando en cuenta la inflación y demás. Se vendió menos, aplicando inflación. En el promedio nacional se vendió un 13% menos y acá hemos vendido casi un 20% menos”, dijo.
“Todos sabemos los distintos problemas que está atravesando la economía nacional y la local, y nosotros tenemos algunos ítems más que agregarles a los problemas nacionales. En Río Grande estamos viviendo los momentos más difíciles en toda la historia de la economía, dentro del marco democrático, del ’83 a la fecha. Desde el ’83 a la fecha nunca hubo esta crisis comercial en Río Grande”, aseveró el empresario.
“Hay rubros donde impacta más y tiene que ver con las espaldas de cada uno de los empresarios y de las pymes. Cada uno tiene distintas posibilidades en materia de recursos para poder soportar el embate. Pero, con espalda o sin espalda, les está yendo mal a todos. Para el que tiene menos espalda es muy distinto decidir si abre o cierra. Hay gente que viene soportando, pero el nivel de aguante lo está matando el sistema financiero. Si hubiese una tasa de financiación lógica, a uno le puede ir mal un mes, dos meses, tres meses, pero puede tomar algún tipo de financiamiento. Con las tasas actuales no se puede y se deja de ser competitivo”, sostuvo.
“Los niveles de competencia en nuestra ciudad no están únicamente enmarcados con la realidad que vivimos acá, porque hay todo un abanico de ofertas tecnológicas por las redes, por sistemas de comercialización digital, que hacen que en Río Grande estemos en competencia con el país. El mercado de Río Grande tiene una serie de problemáticas distintas de lo que está pasando en Buenos Aires, porque ahí no tienen que cerrar fábricas. Al contrario, les están permitiendo importar en forma directa y hacer otras cosas. Evidentemente son condiciones distintas. El mercado de Río Grande está alicaído y tiene que ver con la cantidad de habitantes que tenemos”, expuso.
Consultado sobre la caída de circulante, recordó que “el sueldo de fábrica inicial está en algo más de 40 mil pesos. Mil personas son 40 millones y llegamos a tener 16 mil personas empleadas. Es decir que teníamos no menos de 6 mil millones de circulante. El circulante ha caído en 3 mil millones sólo del ámbito de la industria a nivel provincial, y a nivel local deben ser 2 mil millones”, estimó.
“Esta economía así no sale. Seguimos haciendo más de lo mismo y no vamos a tener resultados distintos. Así no existe la posibilidad de ningún camino nuevo. En la banquina quedan un montón de pymes tiradas, un montón de puestos de trabajo, de gente en pobreza e indigencia, y lo único que se les tira son planes para quedar bien y lograr votos. Cada vez hay más asistencialismo y ese asistencialismo engrosa los presupuestos. Para poder cumplir esos presupuestos, siguen aumentando impuestos, y estamos asistiendo a un nuevo aumento de impuestos a nivel nacional, porque de 90 y pico pasamos a 104 impuestos. Es una cosa de locos todo lo que estamos viviendo”, alertó.
Cuestionó a los funcionarios del gobierno que hablan de las variables “macro, son todos inteligentes, dicen que si seguimos gastando más de lo que producimos nos vamos al carajo, pero si siguen castigando más al que produce, nos vamos a quedar sin puestos de trabajo”, advirtió.
“Dicen esta mentira de que estamos en el 12% de desocupación, como si todos los planes no fueran desocupación, los ocho millones seiscientos mil. Si sacan bien la cuenta ¿cuánto les da? Es cerca del 30% de desocupación. Es un asco esto”, calificó.
Exportación inviable
También dio cuenta de su participación en el lanzamiento del programa Argentina Exporta el pasado 12 de octubre en el CCK, encabezado por el presidente Mauricio Macri, quien cifró expectativas en triplicar las exportaciones para el año 2030, a través de un plan estratégico basado en el acceso a los mercados, el acompañamiento a las empresas, el financiamiento, la calidad y requisitos de mercados y la facilitación de comercio.
“La verdad que los muchachos del gobierno piensan que generando canales de exportación alcanza. Son herramientas buenas y no las voy a discutir, pero no se exporta únicamente con una devaluación y una cuestión monetaria. Que hoy haya un dólar caro y competitivo, en el sistema inflacionario argentino dura uno o dos meses. Cuando se habla de exportación, para exportar en el mundo no se puede salir con tres valijitas, sino que hay que hablar de contenedores y producciones que hay que hacer. Eso cuesta plata y esa plata hay que salir a buscarla al mercado. Hoy tenemos un 70 u 80% de interés para financiamiento, y aunque pongan una tasa del 50% para financiamiento de exportación, no son números para exportar en el mundo, donde no existen esas tasas”, sentenció.
“Necesitamos tener una realidad y un camino nuevo. Siguen pensando que el poder tiene que ser discrecional y manejarlo los que están de turno, pero hay que generar una política de mediano y largo plazo y para eso hay que hablar de políticas de estado, hacer un pacto entre todos. Es muy primario lo que le pasa a Argentina y ya no nos prestan plata de ningún lado. Hay que dejar de pedir plata, porque tenemos con qué salir adelante, pero no se quieren usar herramientas que usaría cualquiera en cualquier lado. Lo sabemos nosotros, que no somos de Harvard. Todos estos muchachos dicen que son de Harvard y son el mejor equipo, pero les falta esquina. Hacen media cuadra nomás, y no llegan nunca a la esquina. Necesitamos gente que sepa lo que le pasa a la sociedad”, reclamó.
“Tienen que tener un poco más de sentido común y sensibilidad sobre los que generan los puestos de trabajo. No pueden hablar de generar crecimiento económico si no dejan que la pequeña y mediana empresa tenga rentabilidad para pagar salarios y las obligaciones con los proveedores, los impuestos y todo lo que significa hoy estar con las puertas abiertas. Hoy al único que le va bien es al sector financiero, que la ha pasado bomba desde hace tiempo. Pero ya lo van a empezar a pasar mal, porque no hay a quién darle plata, y el negocio de ellos está en la plata, no en rematar propiedades de inmuebles y ejecutar garantías”, concluyó.