Ayer comenzó el juicio oral y público contra un sujeto que está acusado de haber golpeado a su expareja y desfigurarle el rostro en un hecho ocurrido en mayo de este año en Tolhuin. En esta primera jornada, el imputado no declaró, como tampoco lo hizo a lo largo de todo el proceso de investigación. Luego, fue el momento de comenzar con la rueda de testigos presenciales.
Río Grande.- El Tribunal de Juicio Oral del Distrito Judicial Norte comenzó ayer, el proceso contra un hombre de 23 años, quien se encuentra acusado del delito de lesiones leves y graves en concurso real y haberse cometido en un contexto de violencia de género.
El hecho puntualmente que se le endilga, ocurrió el 13 de mayo del corriente año en un local nocturno de la ciudad de Tolhuin, donde encontró a su expareja, la atacó a golpes de puño, patadas y la agredió con una botella provocándole así, desfiguración de rostro.
El hombre, se negó a prestar declaración ante los magistrados, por recomendación del defensor Oficial, el Dr. Mariano Sardi. El acusado, a lo largo del proceso, nunca brindó una versión de lo sucedido en aquella madrugada.
Luego, se dio inicio a la rueda de testigos presenciales de los sucesos, y en la jornada de hoy, se espera que continúen las declaraciones testimoniales.
Para el representante del Ministerio Público Fiscal, en este caso el Dr. Pablo Candela, el imputado deslizó “golpes de puño y patadas en el cuerpo, cabeza y rostro de la mujer”, y para ello utilizó “una botella y un cuchillo de cocina”.
Asimismo, de la acusación fiscal se desprende que, a las 2 de la madrugada del 13 de mayo de este año, el hombre ingresó a una vivienda donde se encontraba su pareja. Una vez en el interior, el imputado preguntó por la mujer a dos personas presentes en el living, y presumiendo que se encontraba allí, empleando la fuerza abrió la puerta del baño de la vivienda, donde observó a su junto a su pareja.
En ese momento, el hombre tomó una botella y golpeó a su pareja en la cabeza, para luego golpearla y patearla en diversas partes del cuerpo. La propietaria de la vivienda intentó intervenir hasta que vio que el imputado había tomado un cuchillo, con el que finalmente hirió en el rostro a la víctima.
Asimismo, la pareja mantenía una relación de convivencia, y de la investigación en la etapa de instrucción, se conoció que la relación afectiva de ambos se desarrollaba en un contexto de violencia de género.