El secretario Adjunto del Centro de Empleados de Comercio de Río Grande, Daniel Rivarola, ofreció un panorama “más complicado de lo esperado” en el sector del comercio, con nuevas bajas en diciembre y enero y un aumento del empleo en negro. Aseguró que en un comercio hasta hay una “chicharra” que suena dando aviso del ingreso de inspectores, para que los trabajadores se escondan en el baño, en una degradación sin pausa de las condiciones de trabajo. También se detectó un crecimiento de la circulación de tarjetas sociales, como señal clara de la cantidad de gente que no tiene trabajo y depende de la asistencia del Estado. En la industria se están negociando salarios de suspensión para los trabajadores de limpieza, con éxito en algunos casos y discusiones pendientes en otros, sin fecha todavía para reiniciar actividades frente a una recesión que no frena.
Río Grande.- El secretario Adjunto del Centro de Empleados de Comercio, Daniel Rivarola, dialogó anoche con FM La Isla sobre la situación del sector mercantil, que “es peor de lo que se esperaba en algunos puntos. Terminamos el año con una cantidad de despidos considerable, independientemente del conflicto con el supermercadismo. Estamos terminando de evaluar lo que perdimos en diciembre, pasadas las fiestas, y también hubo muchísimas bajas en enero”, sostuvo.
“Lamentablemente no hay una reactivación en el sector, y lo que más preocupa es el crecimiento del empleo en negro. Algunos empleadores en lugar de salir a atender ellos echan mano al empleo en negro o al subempleo, y preocupan los índices que estamos encontrando”, alertó.
Ya el año pasado el gremio había planteado el aumento del empleo en negro, el pase de la relación de dependencia al monotributo, el pago de media jornada cuando se trabaja completa, entre otras señales que forman parte de la crisis. “Esto se ha profundizado y hemos hecho un relevamiento, con notificación al Ministerio de Trabajo de la provincia y al de Nación, porque nosotros podemos detectarlo pero quien debe cambiar las condiciones de esas personas es el área de Trabajo. Lamentablemente una vez detectados, muchos pierden el trabajo y queda pasivo ese puesto hasta que vuelve a ingresar otro empleado en negro”, expresó.
A modo de anécdota del nivel de degradación de las condiciones laborales, dijo que tomó conocimiento de que “hay un local comercial que tiene una chicharra en la entrada. Cuando entran inspectores nuestros o del ministerio, tocan esa chicharra y todos los trabajadores en negro van al baño. A esto nos estamos enfrentando. El fin de semana en un local comercial encontramos dos trabajadores en negro y uno escondido en el depósito de la tienda. Obviamente el trabajador hace esto porque necesita el ingreso, y nosotros terminamos siendo los malos de la película por tratar de ordenar, pero esto sucede justamente porque se ha retraído la venta”.
Con menos facturación, el gasto en salarios sube en la ecuación del comercio. “El empleador siempre habla del costo laboral con respecto a la venta, y dice que lo normal es entre un 8 y hasta un 11%, y que estamos en un 25%. Lo que ocurre es que el porcentaje de costo laboral sube en la medida que no se vende. Cuando se hace la comparación entre gastos de empleados y ventas, los números se ponen altos y ahí empieza el conflicto. Para el empleador lo primero es el negocio y, si el negocio no cierra, la amistad o la relación que tuvieron con sus empleados se va al demonio. Dicen que no les cierra y empiezan a sacar gente”, planteó.
Confía en el trabajo en conjunto con la Cámara de Comercio en este tema, porque “además de nuestros acuerdos salariales está el compromiso mutuo de la pelea contra el empleo en negro, porque a su vez para los que tienen todo en regla es competencia desleal. Pero los únicos que andamos en la calle combatiéndolo somos nosotros. Yo tengo cuatro inspectores en la calle, cuando no es trabajo del gremio ser fiscalizador del empleo, porque para eso están los inspectores de los ministerios, pero tenemos que hacerlo para tratar de proteger al trabajador. De cinco empleos en negro, tres logramos salvar, y por lo menos sirve de algo”, manifestó.
Para Rivarola “en realidad lo que falta es una reactivación, porque cuando hay ventas esto pasa a segundo plano, nadie habla del costo laboral ni de los aportes y se dedican a vender. De esto se habla en recesiones tan grandes como la que tenemos”, expuso.
Desde el gremio no se niega la realidad de los comerciantes: “No podemos hacernos los distraídos y notamos una profundización en la caída de las ventas. Cuando pasamos por los locales, a la tarde sobre todo, están todos los empleados disponibles para atender. Depende del producto, porque el rubro alimentos todavía se sostiene; pero lo que no es de primera necesidad, como los muebles o la electrónica, son los lugares más golpeados”, puntualizó, si bien “ahora tenemos la reactivación por el inicio de clases de la venta de uniformes, de útiles escolares, para algunos sectores”.
Más asistencia social, y más asfixia del Estado
Como síntoma de la falta de trabajo en la calle, dijo que han detectado “una gran cantidad de tarjetas sociales que han comenzado a circular en la ciudad. Eso demuestra primero el desempleo y segundo las campañas que hay, donde se pone dinero de esta manera. Pero cuando se ve tanta cantidad, habla de la gente que está sin empleo y que trata de moverse en el mercado a través de la tarjeta social”.
En este marco, ayer se conoció que AFIP pretende elevar las tasas de interés a los morosos. “Esto lo hemos hablado con la Cámara de Comercio y ya el año pasado estábamos haciendo presión sobre eso, porque la AFIP empezó a apretar con respecto a las deudas y fueron directo al embargo de las cuentas, independientemente de la tasa de interés que aplicaban. Esto termina cerrando más el cuello del empleador y repercute en el empleado. Es necesario que el Estado también afloje la presión fiscal y las tasas de interés, para que haya oxígeno para todos. Nosotros como gremio tenemos una evasión de aportes terrible y, cuando queremos cobrar un acta por aportes para poder seguir brindando los servicios de salud, también tenemos los mismos parámetros de tasas, porque tenemos que respetar las que maneja la AFIP, que son altas. Tratamos de renegociar planes de pago más largos, pero la presión fiscal colabora en este conflicto”, reconoció.
Respecto de las paritarias, que se deben reabrir en abril, admitió que “cuesta hablar” de aumentos salariales en esta situación. “Tenemos que diferenciar Río Grande del resto del país. Todo el país está en caída, pero Río Grande ha crecido bajo la economía de la industria y está más golpeado que el resto. Vamos a seguir con la paritaria, porque hay que sostener el empleo del que lo tenga. Hemos suavizado los aumentos en Río Grande y el pago de la zona de forma diferida, para que el empleador no sienta la carga toda en un mes, pero es algo que realmente tenemos que discutir, porque al momento de remarcar los precios de venta tampoco hay respiro”, subrayó.
Por otra parte en los supermercados “la situación es tranquila y con muy pocas ventas. Hablamos con los compañeros y han bajado las ventas los días de cobro, con una captación increíble de tarjetas sociales. Para que un cajero note esta anomalía, debe ser realmente importante. Me he cruzado con cajeros de distintos supermercados y todos dicen que es muy importante la cantidad de tarjetas sociales”, reiteró.
Empresas de limpieza
Finalmente se refirió a la situación de los trabajadores de las empresas de limpieza afectadas a las fábricas, que dependen del gremio de comercio. “A fines de 2018 recibimos información de parte de dos empresas de limpieza de que sus respectivas contratantes electrónicas suspendían el contrato de un día para otro hasta principios de febrero. Cursamos notas a todas las empresas, diciéndoles que sabíamos del conflicto metalúrgico con el congelamiento salarial y que empezaron las cesaciones después de que decidimos que nuestras paritarias no se congelen; por eso pedimos los mismos beneficios del trabajador de fábrica. Más allá de la tarea que realizan, los trabajadores de limpieza de las fábricas son parte del proceso productivo. Por eso pedimos que llegaran a salarios de suspensión de la misma manera que con los trabajadores de las electrónicas. En la gran mayoría de las fábricas logramos respuesta y tenemos acuerdos para que los trabajadores de limpieza perciban el 75% de su sueldo mientras estén cerradas. Por acuerdo con el ministerio quedan exentos de aportes. Pero tenemos dos empresas que limpian tres fábricas bastante grandes y tuvimos que denunciarlas porque notificaron a las empresas de limpieza que durante la suspensión no les piensan reconocer un peso”, indicó.
“Las empresas de limpieza nos informaron que no tienen espalda suficiente para sostener salarios de suspensión. Al no haber procedimiento de crisis que los habilite, intimamos a estas fábricas. Tuvimos una audiencia con la empresa que limpia Electrofueguina y tenemos otra audiencia la semana que viene donde creemos que puede haber un principio de acuerdo. Luego tenemos una audiencia con la empresa que limpia en Radio Victoria y en Carrier. En Radio Victoria estaría resuelto el conflicto, pero nos quedan seis compañeros suspendidos sin goce de sueldo de Carrier. Estamos tratando de que entre Carrrier y la empresa de limpieza como solidario responsable, puedan pagar salarios de suspensión. No tenemos fecha de reincorporación y es un panorama complicado. La semana que viene tenemos reuniones con BGH, que está hablando de una suspensión durante todo marzo y abril, así que tenemos mucho para discutir, en el marco de esta economía que depende tanto de la industria”, concluyó Rivarola.