El saldo comercial dejó un resultado favorable de u$s372 millones, que contrasta con el déficit de casi u$s930 millones del mismo mes del año pasado. El 2019 se inicia para el Gobierno con una ambiciosa meta en materia comercial.
Buenos Aires.- Tras la gira por Asia, con la cual Macri buscó abrir nuevos mercados para productos argentinos y potenciar exportaciones, a lo que se suma la gran expectativa oficial frente a una excelente cosecha, el objetivo este año es consolidar un fuerte superávit comercial.
En 2017, el saldo de la balanza había arrojado un preocupante déficit de u$s8.300 millones. El año pasado, devaluación y caída de la actividad mediante, el rojo bajó sustancialmente, hasta los u$s3.820 millones.
Ahora, dejada atrás definitivamente la sequía, con sectores estratégicos como el de la carne creciendo a buen ritmo y un Brasil en plena recuperación, el objetivo al que se apunta es lograr un superávit cercano a los u$s7.000 millones.
Y enero pasado significó el primer «ladrillo» en la construcción de esa meta, de la mano de un saldo positivo de u$s372 millones, el cual contrastó con los u$s927 millones de enero de 2018.
Como era de esperar, en un contexto en el que la industria se derrumbó un 8,5% en enero –según datos de la consultora FIEL- y en momentos en que grandes rubros siguen sin recuperarse, como sucede con el automotor, las importaciones volvieron a desplomarse.
En concreto, alcanzaron los u$s4.200 millones y experimentaron una caída del 26,5%, baja explicada prácticamente en su totalidad por menores volúmenes y no por una caída de precios.
Entre los rubros que más sufrieron el derrumbe figuran los vehículos (-57% interanual), en un contexto en el que se anticipa el peor primer bimestre desde el año 2006.
Le siguieron los bienes de capital (-41%), explicado esto por el menor ritmo de actividad, el bajo nivel de inversión y el plan de ahorro fiscal que implementó el Gobierno, el cual tuvo impacto en la obra pública, lo que redundó en una menor compra de maquinarias y equipos.
También dentro de esta categoría se incluyen a los teléfonos y computadoras portátiles, que explicaron importaciones por u$s60 millones, casi 45% por debajo de enero de 2018.
El tercer gran rubro que sintió esta adversa coyuntura es la de los bienes de consumo, cuyas importaciones bajaron más del 34%.
Exportaciones, también en baja
Sin embargo, un dato que preocupa es que las exportaciones –que venían de crecer en 2018 un 5%- tuvieron un flojo desempeño en enero último, con una contracción del 4,7% y despachos por poco menos de u$s4.600 millones. No fue un dato menor: se trató de una caída que puso fin a una racha positiva de 12 meses.
Esta caída –explicada principalmente por menores volúmenes- respondió principalmente a una fuerte caída de las manufacturas industriales, que en valores retrocedieron un 24%, con un total de u$s1.151 millones.
También influyeron las menores ventas al exterior de combustible y energía, que cayeron un 27,4%, aunque tienen un menor peso en el total, de la mano de operaciones por u$s300 millones.
En el caso de los bienes industriales, el INDEC informó que la baja se explicó principalmente por menores envíos de biodiésel, aluminio y vehículos.
Sobre este último punto, el informe destaca que se observó una notoria disminución en las exportaciones a Brasil, que explicó la mala performance.
Sin embargo, en el Gobierno hay espacio para el optimismo. Y esto se basa en que ningún sondeo realizado por consultoras especializadas en agronegocios tiene dudas: el campo será un generador decisivo de dólares este año, como pocas veces.
En este sentido, se prevé que los siete principales cultivos y sus subproductos –como harinas y aceites-, junto con la carne vacuna, estarán en condiciones de generar unos u$s30.500 millones en concepto de ventas al mundo.
Considerando que entre estos dos grandes complejos exportadores el año pasado ingresaron cerca de u$s25.500 millones, esto implicaría un salto interanual del 20%.
«La mejora de la actual cosecha agrícola respecto de la campaña anterior parece un hecho consumado, por lo que las exportaciones retomarían la senda expansiva en los próximos meses, dándole buenas noticias al Gobierno: más actividad en la agroindustria, más divisas, y mejora de la recaudación por el salto de las retenciones», indicaron desde Ecolatina.