Daniel Scioli quiere volver a la primera línea. El hombre que perdió con Mauricio Macri el ballottage de 2015 lanzará mañana su precandidatura a presidente, con el sueño de competir en unas elecciones primarias todavía improbables con todos los sectores peronistas
Buenos Aires (La Nación).- La presentación de un libro titulado «El otro camino» -una suerte de boceto de un programa de gobierno- será la excusa del actual diputado nacional para hacer públicas sus aspiraciones. Se presentará como un candidato «moderado», crítico del Gobierno, pero con un mensaje conciliador para los inversores. «Se va a respetar a quienes hayan invertido con las actuales reglas de juego», tiene previsto decir, según anticipan en su entorno.
Su proyecto nace a prudencial distancia del kirchnerismo. Lleva tiempo sin hablar con Cristina Kirchner y suele expresar sus disidencias con más soltura que en sus tiempos de gobernador y candidato. Pero está lejos de escenificar una ruptura. Tanto que la presentación será -y no por casualidad- en el Teatro ND Ateneo, el mismo lugar donde se lanzó en 2003 la fórmula Néstor Kirchner-Daniel Scioli.
Suele decir que su proyecto electoral es «independiente de lo que hagan otros dirigentes», como una forma de advertir que está dispuesto a competir en una eventual PASO contra Cristina Kirchner. Pero en los hechos la estrategia de su candidatura se vincula con la de otros dirigentes, como Felipe Solá o incluso Agustín Rossi , que especulan con la posibilidad de que la expresidenta desista de postularse a la presidencia y quede un vacío decisivo en la carrera hacia la Casa Rosada.
Su expectativa va en línea con lo que surgió del último congreso del PJ -dominado por sectores afines al kirchnerismo- acerca de promover la unidad opositora y acercar a otros dirigentes peronistas como Sergio Massa o el propio Roberto Lavagna. Es todavía una opción más que lejana.
El discurso que termina de pulir Scioli incluye la enumeración de diez medidas que el ahora candidato considera vitales para recuperar la economía: desde una reducción y desdolarización de las tarifas de servicios públicos, a eliminar el impuesto a las ganancias para los trabajadores, ofrecer incentivos a la producción y planes para recuperar el salario real. Siempre, aclaran en su entorno, con una política que no impida la inserción argentina en el mundo.
«Es un mensaje a las clases medias, moderado, que resume lo que advertí en la campaña de 2015 sobre lo que iba a ser la gestión macrista -sostiene Scioli-. Tengo un compromiso con el 49% que me votó».
Lejos del radar de las candidaturas, Scioli lleva tiempo trabajando en su proyecto presidencial. El lanzamiento se fue postergando, según fuentes peronistas, para alejarlo lo más posible de las acusaciones que le hizo en sede judicial su expareja Gisela Berger, que sembró dudas sobre el origen del dinero del exgobernador.
Se espera que en el acto en el ND Ateneo acompañen a Scioli dirigentes que estuvieron con él en su gestión de la provincia de Buenos Aires y otros políticos con los que tiene buena sintonía, como el exprecandidato a gobernador Julián Domínguez.