Hubo superávit comercial pero cayeron exportaciones

Las compras al exterior se derrumbaron 34% y las ventas al mundo cayeron 5%. El saldo positivo fue de u$s 1.183 millones, el más alto desde diciembre

Buenos Aires.- El dólar alto, la crisis y el menor consumo, un cóctel que viene arrastrando a la industria, le siguen pasando factura a las importaciones, que en marzo acusaron un derrumbe cercano al 34%, marcando así la tasa de caída más elevada en lo que va del año.

Como contrapartida, las exportaciones tampoco tuvieron una buena performance. De hecho, según datos publicados por el INDEC este miércoles, registraron una preocupante baja del 5%.

Sin embargo, como la contracción fue bastante menor que la que sufrieron las importaciones, esto permitió anotar un superávit comercial elevado.

De acuerdo con los datos oficiales, el saldo positivo de la balanza alcanzó los u$s1.183 millones, marcando una notable mejora respecto del déficit de más de u$s550 millones que se habían registrado en marzo de 2018.

Se trata del séptimo resultado positivo que se logra de manera consecutiva. Y, tal como señala la consultora Abeceb, antes del comienzo de esta «buena racha», el país había atravesado 20 meses ininterrumpidos de saldos negativos.

 

Exportaciones en baja

 

Las razones por las cuales las exportaciones tuvieron un comportamiento pobre obedecieron principalmente a una caída de los precios internacionales, del orden del 5%, si bien medidas en cantidades tampoco tuvieron un buen comportamiento, dado que apenas crecieron 0,3%.

Respecto de las cotizaciones, desde Abeceb remarcaron que «el conflicto China-Estados Unidos tuvo una fuerte incidencia en la mayor producción norteamericana de la molienda de soja y, consecuentemente, en el mayor nivel de stocks de aceite y harina de soja que mantienen en un bajo nivel los precios internacionales».

Al analizar por productos se observa que disminuyeron los despachos de harina y pellets de soja, que generaron casi u$s 100 millones menos; los de trigo, con una caída de u$s 91 millones y también los de aceite de soja (-u$s 85 millones).

«El magro crecimiento de las exportaciones de soja en comparación a las esperadas se debe a demoras en la cosecha, la que se estima muy superior a la de la campaña previa», señalaron desde Abeceb.

Sin embargo, de la mano de la última súper campaña, se espera que una notable mejora en las cifras correspondientes al mes de abril.

Entre las manufacturas industriales, las exportaciones de vehículos terminaron exhibiendo una contracción de u$s95 millones, en un escenario en el que Brasil no está demandando tantas unidades como se preveía a comienzos de año. Esto, por cierto, genera preocupación, dado que las terminales apuntaban a la demanda brasileña como tabla de salvación para un 2019 definitivamente complejo.

Respecto a las importaciones, la crisis doméstica se está haciendo notar en el menor ingreso de vehículos, que experimentaron un derrumbe del 58%.

Le siguieron los bienes de capital, con una caída del 46%, en un contexto en el que escasean las inversiones y los indicadores industriales se mueven en rojo.

También hubo retrocesos importantes en importaciones de piezas y accesorios para maquinarias (-36%) y bienes de consumo (-32,6%), en momentos en que los salarios vienen perdiendo la pulseada contra la inflación.

 

Superávit pero con muchas luces de alerta

 

A la hora de trazar proyecciones, desde Ecolatina tienen un número: el superávit comercial llegaría en 2019 a los u$s 8.500 millones. De concretarse, marcaría un cambio abrupto respecto del rojo de u$s 3.820 millones registrado en 2018.

«Considerando la importante necesidad de dólares genuinos que posee nuestro país (fundamentalmente, para el pago de intereses de la deuda), este resultado positivo es una buena e importante noticia», señalan desde la consultora.

Sin embargo, no todas son buenas noticias: para los analistas de Ecolatina, la política errática del Gobierno, la falta de previsibilidad sobre la evolución del tipo de cambio real y la mayor carga impositiva que pesa sobre los exportadores, «no aportan perspectivas optimistas de cara al corto plazo».

Así, alertan que en cuanto la actividad económica comience a recuperarse, «reaparecerán los viejos problemas y el déficit comercial no tardará en volver a manifestarse».

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