Ayer, el Tribunal de Juicio del Distrito Judicial Norte, dio a conocer el veredicto contra el ex sacerdote Cristian Vázquez. El mismo fue condenado a 11 años de prisión por considerarlo autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexual agravado y abuso sexual con acceso carnal agravado en concurso real, un total de tres hechos quedaron probados. Se ordenó la inmediata detención de Vázquez, al existir riesgo procesal. En sus últimas palabras, el ahora condenado dijo: “Soy inocente”.
Río Grande.- Cristian Abel Vázquez de unos 40 años, fue condenado ayer a la pena de 11 años de prisión de cumplimiento efectivo, imputado de al menos tres hechos de abuso sexual, cometidos contra una niña de 12 años. Tal como había solicitado la Fiscalía, Vázquez quedo detenido al finalizar el proceso, ante la existencia de riesgo procesal.
Se trata del primer juicio oral a un cura por delitos sexuales en Tierra del Fuego. El acusado, Cristian Vázquez, fue separado de su cargo por las autoridades de la iglesia una vez conocida la denuncia.
El religioso, que se proclamó inocente y negó los tres hechos que le atribuyen haber cometido en 2013, dijo sus últimas palabras ante el tribunal antes de escuchar la sentencia usando solo dos palabras: «Soy inocente», luego de lo cual se pasó a un cuarto intermedio antes de lo que finalmente fue una condena.
El abogado defensor de Vázquez, Javier Da Fonseca, prestó el último de los alegatos del proceso y solicitó la absolución de su defendido, por “falta de pruebas”.
Sin embargo según la titular del Ministerio Público, el sacerdote “tocó a la menor en sus partes íntimas, aprovechándose de la inmadurez sexual de la víctima y sin su consentimiento”, en dos ocasiones, mientras que en una oportunidad “concretó el abuso con acceso carnal”, haciendo uso de “amenazas y violencia física”.
Vázquez fue separado del cargo por el obispado de Río Gallegos poco después de la denuncia. Durante el proceso la justicia mantuvo en libertad al religioso tras evaluar que “se sostuvo a derecho en todo el proceso” y que “no existen riesgos procesales”, aunque le impuso una prohibición de acercamiento y contacto con la víctima.
El caso de Río Grande no es el único en Tierra del Fuego, ya que otro sacerdote que desarrollaba su ministerio en la ciudad de Río Gallegos, Daniel Omar Acevedo, fue separado del cargo a raíz de la denuncia por presunto abuso sexual en Ushuaia a un joven de 23 años, el 13 de noviembre de 2016.
La causa
La causa comenzó a investigarse en 2016 porque recién en ese momento la menor pudo contarle lo ocurrido a su madre, que radicó la denuncia penal.
Cristian Vásquez se desempeño como sacerdote en Río Grande en la parroquia Virgen del Carmen, posteriormente dejó los hábitos durante un año y después regresó a trabajar como sacerdote pero se trasladó a la ciudad santacruceña de Caleta Olivia. Cuando se fue a Caleta Olivia le dejó una carta a la familia de la joven donde le pedía perdón, especialmente a la víctima.
La joven denunció tres situaciones de abuso que habrían ocurrido entre el 26 de diciembre del 2012 y febrero del 2013. Uno de ellos tiene que ver cuando la joven denuncia al sacerdote por haberla manoseado en el auto que pertenece a la Iglesia; otra vez en la casa de la denunciante y el tercer caso se trata de un hecho ocurrido en la casa donde vivía el cura (en calle Anadón, de Chacra II), cuando la habría violado.
La víctima estuvo internada, mal psicológicamente y hasta tuvo un intento de suicidio. Luego hizo tratamiento con una psicóloga y le contó lo que había ocurrido y le dijo además que hacía un mes aproximadamente había vuelto a verlo al padre Cristian durante una ceremonia religiosa, y empezó a revivir todo ese drama que la acompañó durante estos últimos años.
Con fecha 6 de octubre de 2017, el juez Daniel Cesari Hernández, dictó el procesamiento de Cristian Vázquez al entender que existía el grado de sospecha exigido en la etapa de instrucción, que permite considerarlo prima facie, autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante (dos hechos), y con acceso carnal (un hecho), todos agravados por la calidad del autor.
El agravante de las figuras estuvo fundado en razón de que el imputado, al momento de cometer los hechos, se desempeñaba como ministro de un culto religioso reconocido, (sacerdote en la iglesia Virgen del Carmen de la ciudad de Río Grande). Concurriendo los tres hechos de forma real.