El presidente de la organización, Federico Hellemeyer, reveló ayer que la gestión Macri está avanzando en un acuerdo con otros países, entre ellos Corea del Sur, que sería “fatal para los sectores industriales”. La Unión Europea preocupa pero apuestan a quedar “en la cadena de desgravación más larga”, para que la quita de aranceles se concrete en 12 años, que sería el plazo máximo. Si bien para la producción primaria puede ser beneficioso, los sectores manufactureros “no podrán competir contra las economías centrales”, dijo.
Río Grande.- El presidente de AFARTE Federico Hellemeyer expresó ayer por FM Del Pueblo una profunda preocupación por la política internacional que está llevando adelante el gobierno de Mauricio Macri, tras el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, y otros similares que se están gestando con otros países, entre ellos Corea del Sur, que “sería fatal para la industria”, advirtió.
Respecto del acuerdo anunciado el viernes, consideró que “hay que ser prudentes”, dado que hasta ahora lo que hay es un “entendimiento de buenas intenciones” que deberá ser revalidado por el Congreso. “En los anexos estarán las canastas de desgravación, que es lo que más nos interesa a nosotros, para ver en qué cantidad de tiempo las posiciones arancelarias que son críticas para nosotros van a un arancel cero”, explicó, y aseguró que “le causó gracia la ingenuidad con que se manejó esta noticia”, al dar a conocer un acuerdo que abriría mercados al mundo para los productores del país.
“Después del anuncio del viernes tenemos cinco mil versiones distintas de lo que se habría firmado. Desde hace tiempo venimos siguiendo estas negociaciones, entre otras que viene llevando adelante el gobierno con Canadá, México y Corea, que particularmente nos interesa a nosotros”, reveló, siendo una información sensible para la provincia que hasta ahora no había trascendido.
“No quiero quitarle importancia, pero Europa no es lo que más nos preocupa, porque no hay tanta fabricación de electrónica. Lo que nos preocupa es Corea, y el gobierno tiene la misma intención de firmar un acuerdo con Corea del Sur, que sería fatal para nosotros y para muchos otros sectores industriales”, afirmó, dado que ya “los sectores manufactureros y particularmente los que venden al mercado interno, tienen una situación muy complicada”.
“Se vende este acuerdo como que se pasa de un mercado de 300 millones a uno de 1.100 millones, sumando al Mercosur con Europa, pero toda la industria manufacturera de bienes de consumo no se vende al Mercosur sino al mercado interno, tanto electrodomésticos, como autopartes, autos y demás. Los automóviles se exportan a Brasil pero es una exportación muy administrada, donde nosotros le damos una cantidad a Brasil, que nos da una cantidad mucho mayor. Puede ser un acuerdo positivo para sectores primarios, que por su escala han logrado exportar a Mercosur, y se verá si son competitivos para exportar a Europa. Nuestra competitividad alcanza para el mercado interno y eso nos preocupa, por eso la apuesta nuestra es quedar en la cadena de desgravación más larga y que nuestros productos vayan a arancel cero en la mayor cantidad de tiempo, y después ver cómo enfrentamos ese momento”, dijo, con una estrategia que por ahora pasa únicamente por extender lo más posible la agonía.
“La realidad es que va a ser muy difícil competir contra economías centrales, donde tienen una estructura tributaria y un acceso al capital y un costo financiero totalmente distinto al argentino, aparte del costo laboral y otros renglones de la estructura de costos”, manifestó Hellemeyer.
“En este momento no están establecidas todas las canastas de desgravación, que son a cinco, diez y doce años. Nosotros hemos solicitado que nuestros productos se pongan en la canasta más larga, que es la de doce años, a partir del momento en que entre en vigencia el acuerdo, que no es ahora”, observó, puesto que lo debe ratificar el Congreso y además los países miembro de Mercosur y Unión Europea.
Con este solo acuerdo, sin pensar en Corea del Sur, “el efecto negativo puede existir y nos preocupa, por eso hay que tratar de dilatarlo lo máximo posible”, reiteró.
También mostró preocupación por los cambios que se analizan puertas adentro del Mercosur, con la reducción del arancel externo común “que oscila entre el 6, 12, 18 y 20 por ciento. Es el arancel que pagan terceros países que ingresan productos al área del Mercosur y se está queriendo bajar ese arancel en general. Todas estas cosas son luces amarillas y hay que defender al máximo la posición de la industria. Nuestra idea es volvernos lo más competitivos posible, pero si vienen cosas de forma intempestiva o aperturas muy irracionales, nos llevan puestos”, sentenció.
Hellemeyer fue muy crítico de la exigencia de competitividad del gobierno argentino a los productores del país, mientras no resuelve los factores que son de su resorte e inciden sobremanera en la falta de competitividad. “Estos acuerdos de libre comercio vendrían a ser relojes de arena que ponen sobre la cabeza de la industria para que se vuelva más competitiva, pero uno también debiera poder ponerle relojes de arena al gobierno, encima de ciertas cuestiones que tienen que ver con la competitividad y dependen de ellos, como la operación logística, donde hay sobrecostos de operación aduanera importantísimos. Esto no tiene que ver con la localización de las industrias, como en el caso de Tierra del Fuego. Hay todo un capítulo de competitividad que tiene que ver con servicios prestados por el estado y estructuras tributarias a nivel nacional, provincial, imposiciones plurifásicas de ingresos brutos, y son cosas que tenemos que mejorar. Cuando abrimos las condiciones para competir con el importado, si todo eso lo tenemos verde, tiene riesgos que pueden ser muy peligrosos”, expresó.
El factor electoral
Hellemeyer fue consultado además sobre el cambio de escenario que ya se confirmó en la provincia a partir de diciembre próximo, y la incógnita sobre el rumbo que tomará el gobierno nacional, dado que hay visiones diametralmente opuestas entre los candidatos que polarizarían la elección, tanto en materia de industria como de política exterior. “Hemos tenido contacto con el gobernador electo de la provincia, y ya lo habíamos mantenido con el Municipio de Río Grande. Todavía quedan varios meses de gobierno al oficialismo saliente y en ese tiempo se va a desarrollar la elección nacional. Va a haber que tomar contacto con el oficialismo electo para ver sus planes y propuestas. En Río Grande tienen mucho conocimiento de la realidad industrial pero hay que ver qué pasa a nivel nacional, porque lo que tiene que ver con el régimen es resorte del Ejecutivo nacional. Tanto el gobernador electo como la gobernadora actual están a favor de la prórroga del régimen y la incógnita es qué va a pasar a nivel nacional”, concluyó.