El vicedirector de la escuela 45, René Contreras, dio a conocer ayer un panorama complejo en Tolhuin que excede los desperfectos del establecimiento: chicos que llegan caminando con las zapatillas y la ropa mojada, porque no tienen botas ni abrigo adecuado; y familias que dependen del alimento que les brindan a los menores en el comedor escolar. Faltan móviles para el traslado y deben realizar el recorrido a diario desde los aserraderos, en medio de las actuales condiciones climáticas.
Río Grande.- Las situaciones de extrema pobreza en el corazón de la isla quedaron expuestas ayer, a partir de las declaraciones que realizó a FM Master’s el vicedirector de la escuela 45 de Tolhuin, René Contreras, a raíz de los inconvenientes en el establecimiento educativo.
La falla técnica está concentrada en el sistema de calefacción, que venía funcionando mal desde hace tiempo, y derivó en goteras en el sector de la cocina que impidieron prestar el servicio de comedor, si bien hasta ayer no se habían suspendido las clases.
“Quizás para el que tiene el plato de comida en su casa la situación no es tan grave, pero para los chicos que vienen caminando de los aserraderos se complica. Está nevando muchísimo y no tienen combis que los puedan traer. Llegan y tenemos que decirles que no tienen copa de leche y está suspendido el comedor, cuando vienen confiados en que es quizás la única comida del día”, planteó el directivo.
Describió que muchos “vienen con las zapatillas mojadas y la ropa mojada por la nieve”, porque no tienen botas ni abrigo adecuado. “Tenemos que decirles que están aseguradas las clases pero no el comedor ni la copa de leche”, lamentó.
Cargó contra “la desidia de parte de algún sector de Infraestructura”, que depende del Ministerio de Educación, porque llevaban varios días sin respuesta hasta que se hizo pública ayer la situación. “No podemos suspender las clases sin autorización y vamos corriendo a los chicos a las aulas que están más calentitas, pero sigue el riesgo de la concentración de gas, como ha pasado en otras instituciones. Hoy están concentrados en dos grados”, dijo.
Respecto de la imposibilidad de dar el servicio de comedor y copa de leche, explicó que “no le podemos exigir a los cocineros y los que trabajan con la copa de leche que permanezcan en la cocina, porque si entra agua no sabemos qué puede pasar, porque les puede dar un golpe de electricidad si tocan algo. Estaríamos poniendo en riesgo el personal”, sostuvo.
Asimismo, se mostró molesto por la versión que dio el gobierno sobre un “boicot” cuando se empezaron a difundir los problemas en varias escuelas de la provincia. “El señor Amaral dijo que alguien apagó la caldera y recurren al viejo artilugio de decir que quienes estamos boicoteando somos los docentes. Doy fe de que eso es imposible en la escuela 45, porque nos fuimos el lunes a las seis de la tarde y quedó el CENS, que dicta clases igual, haga frío o no. Me parece desleal y de muy mala entraña decir que alguien está boicoteando la escuela. Nos echan la culpa a nosotros de que entra agua por el techo y por abajo, y esto es por cómo está construida la escuela. Eso la verdad nos molesta mucho”, remarcó.
También afirmó que el responsable que oficia de intermediario con el ministerio, de apellido Salva, “no nos atiende el teléfono ni contesta los mensajes, para saber si tenemos que suspender las clases. La semana pasada acompañé al señor Amaral al sector de calderas y dijo que le faltaba temperatura y le levantó la presión”, señaló sobre una falla que llevaba varios días y detonó esta semana.
Ayer se encontraron con que “estaba chorreando agua en la cocina, porque la caldera tiene un sistema de seguridad y, cuando levanta presión, pierde agua. Este señor dice que alguien apagó la caldera, pero no es así. Los que funcionan mal son los calefactores que tiran aire caliente, y los filtros de aire que deben estar tapados por falta de mantenimiento, porque no tiran aire por ninguna parte. Se ve que al forzarse algunos están quemados”, barajó.
El Vicedirector cuestionó la demora en dar respuestas en general, no sólo en este caso: “Hace dos semanas el gimnasio, que funciona con doce focos, tenía uno solo. Enviamos nota tras nota, porque el profesor de educación física no tenía luz para dar clases, hasta que se autorizó el cambio de las once lámparas que estaban quemadas”, dijo.
Dio cuenta de sus limitaciones para hablar públicamente de estos temas, porque se le da un tinte político y “después dicen que uno está favor de un sector o de otro, pero no es mi intención estar a favor de nadie sino en defensa de los chicos, que esta semana no han tenido comedor ni copa de leche. Es gravísimo porque vienen caminando en medio de la nieve, con zapatillitas porque no todos tienen botas de nieve. Son chicos de papás que trabajan en aserraderos y la situación es gravísima”, enfatizó.
Además, expuso la buena voluntad de los docentes, que intentaron paliar la situación como pudieron. “Las docentes han optado por hacerles mate cocido con pan y dárselo en el aula, pero no alcanza con eso. Al mediodía necesitan de una alimentación, más en estos días de frío. Es el segundo día sin servicio de comedor y es gravísimo”, manifestó, advirtiendo que “ahora que empezamos con la temporada de nieve se está agudizando el problema, que siempre lo tuvimos por lo mal que está construida la escuela. Tenemos 300 chicos para albergar y, para que no se convierta esto en una guardería, tenemos que resguardar la integridad física y psicológica de cada uno de ellos. Los chicos están primero y con los chicos no se juega”, sentenció.