Después de visitar a varios en sus provincias, Alberto Fernández, recibió este miércoles a doce gobernadores opositores, casi todos ellos peronistas, en un intento de escenificar el apoyo de quienes pretende que sean uno de los pilares de su campaña y su estrategia para suceder a Mauricio Macri.
Buenos Aires.- «Ustedes van a ser los principales aliados y puntales de mi gobierno», los endulzó el candidato a presidente del Frente de Todos, cuando ya estaba servida la entrada del almuerzo, antipasto, con el que los agasajó en el Salón Garage Argentino, justo enfrente de sus oficinas en San Telmo.
Lo flanqueaban el pampeano Carlos Verna, que llegó acompañado por su sucesor, Sergio Ziliotto y la gobernadora catamarqueña Lucía Corpacci.
Alrededor de la mesa rectangular también se sentaron Gustavo Bordet (Entre Ríos), Juan Manzur (Tucumán), Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Gildo Insfrán (Formosa), Alicia Kirchner (Santa Cruz), Sergio Casas (La Rioja), Domingo Peppo (Chaco) y Sergio Uñac (San Juan).
Asistieron además, el chubutense Mariano Arcioni, cercano a Sergio Massa, y el santiagueño Gerardo Zamora, el único no peronista.
Otro no peronista que apoya a Alberto Fernández pero se quedó en su provincia fue el misionero Hugo Passalacqua, que sin embargo envió al diputado nacional Jorge Franco como representante.
Passalacqua es uno de los gobernadores que irá a las elecciones nacionales con boleta corta, es decir, sin el tramo de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
Otros gobernadores que van con boleta corta y que estuvieron en el encuentro son el chubutense Arcioni y el chaqueño Peppo.
Hubo dos ausentes con aviso: el puntano Alberto Rodríguez Saá, y el santafecino Omar Perotti, que prefirió un encuentro a solas con Alberto Fernández anteanoche.
Pocos minutos después de sacada ya estaba en su cuenta de Twitter. «Con los gobernadores coincidimos en que la prioridad es volver a crecer y defender el trabajo de los argentinos», escribió Fernández para acompañar la imagen.
Cambio de estrategia
Hace apenas seis meses, la mitad de los 12 gobernadores que ayer posaron junto al candidato del Frente de Todos todavía apostaban a Alternativa Federal, el armado que pretendía ser una tercera vía frente a la polarización y terminó pulverizado.
Manzur, Bordet, Peppo, Arcioni, Casas y Zamora estuvieron en la última reunión que el espacio organizó a fines de diciembre en la Casa de Córdoba. Bertone y Passalacqua mandaron a sus vices.
Ayer, además de prometerles un lugar central si el 10 de diciembre asume la presidencia, Fernández les dijo a los gobernadores que su apoyo es «fundamental» para llegar a esa instancia y que los necesita para la campaña.
Les avisó que seguirá visitando las provincias. De hecho, mañana, después de su viaje relampago de hoy a Brasil para visitar a Lula, Fernández aterrizará en Mendoza, una de las provincias que gobierna Cambiemos y una de las más esquivas al kirchnerismo.
Reclamos específicos
Tras la apertura a cargo del candidato surgieron temas puntuales como la necesidad de reformar la coparticipación, el reclamo por el Fondo Sojero, los costos de producción y los recortes en las partidas nacionales para salud.
Así parecía que se iría el almuerzo, -todos ya habían probado la bondiola de cerdo con batatas-, cuando Insfrán pidió la palabra. «Todo muy lindo, pero para poder resolver todo esto de lo que estamos hablando hay que ganar una elección», azuzó.
Las palabras de Insfrán sirvieron de prólogo para pedirle a Alberto Fernández un panorama de la situación electoral.
El exjefe de Gabinete dividió el mapa nacional en tres regiones, norte, centro y Patagonia, y aseguró que, mientras que la situación es favorable para la fórmula kirchnerista en el norte y la Patagonia, es más compleja en el centro, con excepción de la provincia de Buenos Aires, y en particular el conurbano, donde la intención de voto de la fórmula que comparte con Cristina Kirchner supera ampliamente a la de Macri y Miguel Pichetto.
Quedaron en volver a reunirse antes de las PASO. Por ahora no pusieron fecha, pero acordaron en que será en un lugar del interior. Para entonces ya había llegado el postre: flan, elección por la que, a más de uno, se le escapó una broma.
Encuentro con los senadores del bloque de Pichetto
Tras reunir a doce gobernadores, Fernández ingresó al Senado para encontrarse con los miembros del bloque que presidía Miguel Pichetto y que ahora encabeza el cordobés Carlos Caserio (Córdoba), en un encuentro a «agenda abierta» que fue armado de manera estratégica, aprovechando que Cristina Kirchner partió de viaje a Cuba para visitar a su hija Florencia.
Es que la figura de la expresidenta todavía genera fuertes resistencias al interior del justicialismo -además de que el kirchnerismo tiene bloque propio en la Cámara alta-, hasta tal punto que en la reunión de esta tarde se espera la presencia de poco más de una docena de los 20 integrantes que tiene la bancada.
El encuentro fue coordinado por Caserio, de muy buena relación con Fernández, pero que, como buen peronista cordobés, mantiene un largo enfrentamiento con Cristina. «Hay heridas que todavía no cerraron de los cordobeses con el kirchnerismo», explicó el senador las causas de su distanciamiento con la exmandataria. Muchos de sus colegas comparten esta postura.
Caserio aclaró que «la mayoría del bloque acompaña la precandidatura de Fernández, pero no es el candidato oficial del bloque». Reconoció así las divisiones que existen en la bancada cuya presidencia asumió hace una semana. «Aceptamos las diversidades sin inconvenientes», agregó, antes de recordar que hay legisladores que apoyan la fórmula Roberto Lavagna-Juan Manuel Urtubey.