En Radio Universidad (93.5), Carlos Alberto Pastoriza, ex convencional constituyente provincial y antiguo poblador, revivió la historia de sus abuelos y sobre cómo sucedió la llegada de unas 40 gallegas de Vigo a Ushuaia, en lo que se conoce como la ola más importante de inmigrantes españoles. Recordó que se instaló la primera fábrica de sardinas que fue «levantada» en 1919 por falta de conexión marítima a Ushuaia. Asimismo, consideró que «le estamos quitando un montón de años a Río Grande para celebrar un decreto de Yrigoyen y no al nacimiento de la población estable del año 1893».
Río Grande.- El ‘Personaje de los Viernes’, que se emite por Radio Universidad (93.5) en una conexión directa entre la locutora Lorena Vera, el Director de la emisora Alberto Centurión, y el corresponsal de Italia, Dr. Marcello D’Aloisio, recibió nuevamente la visita de Carlos Alberto Pastoriza, nieto de inmigrantes, antiguo poblador, gran conocedor de la situación rural en Tierra del Fuego, y convencional constituyente provincial.
Cabe recordar que Carlos Alberto Pastoriza integra la quinta generación de inmigrantes que llegó a Tierra del Fuego, se dedicó la mayor parte de su vida a la actividad rural en Tierra del Fuego y en la actualidad es propietario de la Estancia Río Apen, la cual se encuentra a 73 kilómetros de la ciudad de Río Grande.
«Mi abuelo Romero, padre de mi madre, vino a instalar el primer aserradero en la bahía Lapataia de una firma comercial que se instaló en 1890. Después se fue quedando en Ushuaia y en 1893 la gobernación lo contrata para que haga un aserradero para la gobernación en la capital fueguina. Después se quedó definitivamente en Tierra del Fuego. Cuando se hundió el Princesa de Albania, la gobernación le pidió a mi abuelo que transportara náufragos a la ciudad de Punta Arenas y en esos viajes conoce a la que después fue mi abuela, quien venía viajando de Italia a Sudamérica; al año siguiente fue con el hermano a Ushuaia y se casó con mi abuelo. Los Pastoriza, por su parte, llegan recién en 1913».
En este contexto, relató que «después del aserrado que instala para la gobernación, lo nombran subprefecto de Bahía Thetis que en esa época era un centro lobero por las pieles y el aceite. Fue el único subprefecto porque después levantaron ese puesto y la concentraron en Ushuaia, por lo cual pasó a ser Prefecto también en Ushuaia e integrante de la Comisión de Fomento de Ushuaia. Se dedicó mucho a la parte de minería y encuentra una mina de carbón que está cerca de bahía Lapatia y se dedica a desarrollar ese emprendimiento, pero después descubre que no era suficientemente rentable y se dedica a la instalación de un aserradero en Bahía Brown, en sociedad con el Sr. Schenider, para fabricar las duelas hechas con lenga para hacer barriles».
Su abuelo Romero, tiene 20 hijos, en su mayoría mujeres. Algo parecido sucedió con los Pastoriza; eran 14 pero sólo dos varones y el resto mujeres. Mientras que su padre, el Sr. Pastoriza, «llega con mi abuelo que es el que viene a poner la fábrica de sardinas. La idea se le ocurrió a un señor catalán que convence a mi abuelo de poner la fábrica en Ushuaia».
En diálogo con «De la Mejor Manera», Pastoriza revivió la historia de su abuelo y la llegada de unas 40 gallegas de Vigo a Ushuaia, en lo que se conoce como la ola más importante de inmigrantes españoles en una época que en Ushuaia solo había unas 200 almas. Fue el propietario de la primera enlatadora de sardinas pero en 1919 tuvo que ser levantada por falta de conexión marítima a Ushuaia, sin embargo, esas pobladoras dejaron muchos descendientes fueguinos. «En el caso de los Pastoriza, las gallegas que trajeron eran el enlatado y envasado de pescado que es típico de la zona de Galicia; lo que pasa es que esas gallegas duraron muy poco porque se las casaron enseguida», recordó.
El crecimiento de las estancias fueguinas
Carlos Pastoriza es un gran conocedor de la situación rural en Tierra del Fuego y de cómo fueron apareciendo las primeras estancias en los campos fueguinos. «La primera estancia que se estableció fue la Estancia Harberton. Su fundador, Thomas Bridges, era un huérfano encontrado sobre un puente en Inglaterra, que luego fue adoptado por un misionero Anglicano. En 1856, a los 13 años de edad, fue llevado con su familia adoptiva a la Isla Vigía en las Islas Malvinas, donde se estaba instalando una misión. Allí, aprendió el idioma Yahgán, la lengua de los canoeros Yámana del sur de Tierra del Fuego, quienes fueron llevados a Malvinas para su entrenamiento. Durante su primer viaje a Tierra del Fuego, en 1863, pudo hablar con los fueguinos y explicar el objetivo de la Misión. Fundó la Misión Anglicana en Ushuaia en 1870, estableciéndose de forma permanente con su esposa, Mary Ann Varder, y su pequeña hija Mary, en 1871. Después de treinta años con las misiones de Keppel y Ushuaia, Bridges recibe la ciudadanía argentina y una donación de tierras del Congreso de la Nación, como reconocimiento del Presidente Julio A. Roca por su trabajo con los nativos y náufragos en la región del Cabo de Hornos. Fue denominada Harberton por el lugar de origen de su esposa, en Devon, Inglaterra, y fue la primer empresa productiva en Tierra del Fuego».
En este sentido, Pastoriza aclaró que «el verdadero desarrollo ganadero de la isla se produce en la zona norte que tiene mejores condiciones climáticas y con mejores pasturas. El primer desarrollo ganadero lo hace José Menéndez con la Estancia Primera Argentina. José Menéndez se conoce con el Presidente Roca en Punta Arenas. Allí Roca se da cuenta del desarrollo fantástico que habían tenido en la zona de Magallanes en Chile, por lo cual lo convoca para ver si el podía hacer esas inversiones en el lado argentino y queda comprometido Menéndez con Roca para hacerlo. Cuando vuelve Roca, propicia la entrega de tierras argentinas a pobladores pero con características distintas a Chile, porque en el caso argentino, se entrega la tierra para explotar una tierra en donde no se estaba haciendo absolutamente nada».
«Con ese compromiso, Menéndez se pone en contacto con gente en Buenos Aires para comprar tierras y justo había fallecido Julio Popper, quien había dejado muchas deudas, y parte de esas deudas fueron saldadas con tierras que el Estado argentino le había entregado a Popper, alrededor de 59 mil hectáreas que estaban al sur del río Grande. Menéndez le compra a un Sr. Fernández y con esas tierras el empieza el poblamiento de lo que llamó la primera Estancia, denominada Primera Argentina. Luego, en dos remates, Menéndez compra las tierras con las que aumenta la superficie de la Primera Argentina, la duplica, y además compra las tierras que estaban entre el río Grande y el río Chico, donde forma la estancia Segunda Argentina, hoy María Behety».
Pastoriza comentó que «en 1905, llegaron a la producción de un millón trescientas mil cabezas de ovinos. Es realmente increíble. En ese entonces, Menéndez lidera la formación de una empresa para desarrollar un frigorífico en Río Grande que lo realizan en 1916, debiendo aprovechar el único muelle que había en la zona que habían hecho para la Estancia Primera Argentina. Construyeron un ferrocarril desde lo que hoy se conoce como el frigorífico, hasta la sede actual de la Estancia José Menéndez para trasladar la estancia y dejar liberado el muelle para el nuevo frigorífico. El puente colgante se hizo en esa misma época para poder trasladar la hacienda de la zona norte de Río Grande, al frigorífico. En ese entonces habitaban alrededor de 300 familias en Tierra del Fuego; había más gente en la zona rural. El frigorífico y la ganadería fueron fundamentales para el desarrollo de Río Grande».
La «falta de éxito» en la fábrica de Sardinas
En diálogo por Radio Universidad 93.5, Pastoriza explicó porqué la fábrica de sardinas no tuvo la proyección que anhelaban en su familia, y reveló que «se debió a la falta de apoyo marítimo para el abastecimiento que necesitaba Ushuaia y que periódicamente tendrían que haberlo hecho en forma mensual y en la práctica no ocurría entonces Ushuaia se quedaba sin insumos y tampoco se podía sacar producción porque no había contacto marítimo y es por ello que, en 1919 se levanta la fábrica y se traslada a Buenos Aires. El problema, básicamente, era el transporte. Respecto a la producción estábamos muy bien».
El crecimiento de Río Grande
Tras conmemorarse el 98° Aniversario de Río Grande, Carlos Pastoriza aprovechó la oportunidad en la entrevista para aclarar que «la población de Río Grande nace a partir de 1893 cuando se crea la Misión Salesiana. A partir de ese momento existe una población estable multiétnica porque estaban los misioneros y los Onas (Shelk’Nam) que ellos catequizaban. Esa población tuvo continuidad a través del tiempo. Después fue creciendo a medida que en 1896 empieza el desarrollo ganadero».
Finalmente, detalló que «fue una población que tuvo continuidad a través de los años. No importa la cantidad de gente que había, sino que haya una población estable, y en el 1893 ya existía. En 1903, el Presidente Roca firma un decreto que establece a la población de Río Grande como capital del Departamento de San Sebastián y nosotros estamos festejando un cumpleaños de un decreto de Yrigoyen que, además, lo declara colonia agrícola al igual que San Julián, Santa Cruz y otras poblaciones, cuando justamente no es zona agrícola. Por eso yo digo que le hemos quitado un montón de años a Río Grande para festejar no el nacimiento de Río Grande sino el decreto de Yrigoyen y no de la población».