El presidente de la federación económica de Santa Cruz, Guillermo Polke, estimó que demandará entre tres y cuatro meses la apertura al público, tras conocerse la habilitación demorada por años por el gobierno nacional. Varios comerciantes estaban pagando altos costos en depósitos fiscales del exterior por la mercadería adquirida, otros optaron por esperar y ahora comenzarán los pedidos al exterior. Resta resolver la absurda interpretación del gobierno nacional vinculada con la venta de vehículos, dado que permiten su circulación libre de impuestos solamente dentro del predio de 20 hectáreas. Aun con todas las dificultades por sortear, Polke confió en que la zona franca de Río Gallegos sea un punto de desarrollo de turismo comercial y los fondos que hoy se van a Punta Arenas, queden en la provincia.
Río Grande.- Luego de conocerse la decisión de AFIP de habilitar la zona franca de Río Gallegos, Radio Universidad 93.5 dialogó con Guillermo Polke, presidente de la federación económica de Santa Cruz, para conocer cómo fue recibida la noticia y a partir de cuánto se abriría al público.
Aseguró que la resolución de AFIP los tomó por sorpresa, porque hace poco tuvieron la visita del ministro del Interior Rogelio Frigerio y el senador Miguel Pichetto, quienes mantuvieron una reunión con la federación, se les planteó cuándo se iba a habilitar la zona franca, y la respuesta fue que “todavía lo estaban evaluando”.
“Muchos permisionarios locales pensaron que la zona franca no iba a salir más y se iba a encarar la resolución mediante demanda judicial”, afirmó Polke. Sin embargo, “a cuatro días de esa reunión, la Nación habilitó la zona franca, pero hubo una gran diferencia con lo que se dijo en la reunión”, dijo.
“Concretamente la resolución de AFIP habilitó el predio de la zona franca. Esto no quiere decir que a partir del lunes va a estar en funcionamiento para el público. Lo que permite la habilitación, por ejemplo, es que ingrese la mercadería de los permisionarios, que son los comerciantes que van a explotar los locales que están dentro del recinto de la zona franca. Cuando se construyó el edificio y comenzaban a vencer los plazos, muchos comerciantes habían comenzado a comprar mercadería, pensando que en pocos meses iba a estar en funcionamiento. Esos pocos meses se transformaron casi en dos años, y la mercadería en algunos casos está comprada, principalmente en rubros de bazar, vestimenta, calzado deportivo. Había comerciantes que tenían compromisos con las fábricas y distribuidores internacionales. Esa mercadería en algunos casos está depositada en la zona franca de Punta Arenas o en Uruguay, pagando altos costos de almacenaje en depósitos fiscales”, subrayó.
“Esta habilitación lo que permite es que esa mercadería que hoy paga altos costos de una vez por todas pueda ingresar al territorio nacional y al recinto franco de Río Gallegos. Es una noticia muy importante para los permisionarios, muchos son empresarios locales, comerciantes de Río Gallegos y de la provincia de Santa Cruz en general. El costo que estaban pagando era altísimo, con la inversión que habían hecho y la devaluación que tuvimos, porque hace dos años el valor del dólar era totalmente distinto”, sostuvo.
“Para comenzar con la venta al público se calcula que va a demandar entre 90 y 120 días, si no hay alguna otra medida que diga lo contrario. Falta el sistema de software de control, porque hay un límite de compras por persona, de 600 dólares mensuales. En el caso de los santacruceños esos 600 dólares se pueden acumular en cuatro meses, y también se puede acumular lo que es del grupo familiar. Faltaría la implementación del software de control y algunas otras cosas más pequeñas”, señaló.
“Obviamente hay que ingresar la mercadería, acomodarla, hay otros permisionarios que no compraron mercadería, a la espera de que esto realmente se habilitara. Es sabido que comprar mercadería a mercados internacionales tiene una demora. La zona franca está ubicada en la ruta que va a Punta Arenas, a unos 40 kilómetros de Río Gallegos. Son 20 hectáreas y dentro de ese predio tiene que funcionar la zona franca minorista y la zona franca industrial”, informó.
“Hay una primera etapa construida con locales y patios de comida. Esa inversión llevó 18 millones de dólares al concesionario –London Supply-. Estaba trabado y con las demoras que hubo, no iba a seguir avanzando en la construcción. Pero más allá de que haya locales construidos, se puede alquilar un terreno y montar un negocio en el predio de la zona, como una concesionaria, un taller para prestar servicios, e incluso un supermercado. Obviamente todo lo que se comercialice dentro de ese predio tiene que ser mercadería importada. No puede ser nacional y tampoco mercadería que venga del Mercosur”, expuso.
Tampoco se puede traer “ningún tipo de producto usado, ni vehículos, ni maquinarias, ni ropa ni nada. En Punta Arenas se puede ingresar ropa, y la feria americana es habitual en otras partes del mundo, pero en este caso no es así. Con los vehículos todavía no se aclaró la situación y realmente suena a risa, porque la zona franca en su legislación y en el pliego licitatorio hablaba de la comercialización de vehículos. El actual gobierno nacional interpretó de una forma extraña la legislación y dice que se puede comprar un vehículo, pero si sale del recinto franco hay que pagar todos los impuestos que paga cualquier vehículo traído del extranjero”, aseveró.
Esto no implica que se saque de la provincia, sino del recinto en sí. “Si lo sacás a la vereda tenés que pagar impuestos, no si lo sacás de la provincia. Solamente se puede usar el vehículo dentro de las 20 hectáreas del recinto, por la interpretación del gobierno nacional, y realmente es una tomada de pelo”, dijo.
“Ya había interesados en montar concesionarias de vehículos, pero obviamente en esas condiciones era imposible, y todo esto se demoró. Esperemos que en algún momento pueda funcionar”, confió.
Consultado sobre la diferencia de valores de los productos con lo que se ofrece en el comercio local, indicó que “depende de los valores de importación, que rondan entre el 30 y 60% en el caso de derechos aduaneros por un lado, y por otro lado está el 21% de IVA”.
Subrayó la importancia de haber logrado que las pymes de la provincia se asocien para tener su espacio, dado que “esta posibilidad de la zona franca surgió en 2015 e inmediatamente la cámara de comercio y la federación económica de Santa Cruz, que representa todas las cámaras de la provincia, analizaron el impacto que podía tener en las localidades vecinas, y empezamos a trabajar para ser parte de la zona franca a través de un comité de vigilancia, que es un organismo establecido por ley. Uno de los fines del comité de vigilancia es ver el impacto en las zonas aledañas a la zona franca. Hoy el 80% son pymes, con locales santacruceños, pero estaba armado para que fuera uno o dos el que explotara todo el recinto franco, y eran grandes capitales internacionales que iban a vender de todo. Nos opusimos a eso y planteamos que se instalaran comercios locales. Empezamos a trabajar en proyectos asociativos, porque son comerciantes pequeños. Después de todo el tiempo de espera, apuntamos a que los beneficiarios sean los comercios locales y estamos trabajando mucho con el gobierno de Santa Cruz para que sean nuestros comercios los que estén ahí. Lo que se va a comercializar con productos importados, no nacionales. En algunas cosas puede haber alguna competencia, pero esto puede ser un desarrollo de Río Gallegos como una ciudad turística comercial”, apuntó.
“Eso va a traer desarrollo hotelero, gastronómico, acompañado de una mejora del centro de la ciudad. Esto lo hablamos con la gobernadora para hacer más atractivo el centro, es decir que esto va a acompañado de un montón de cosas”, dijo.
A los detractores de esta zona franca, les recordó que “hace 30 años tenemos una competencia, que es la zona franca de Punta Arenas. Gran parte de ese desarrollo en Chile se dio por los argentinos que vamos a gastar allá”, concluyó Polke.
