Los trabajadores de la Cooperativa Renacer decidieron movilizarse ayer en reclamo de asistencia económica, luego de seis meses de paralización de la actividad en la fábrica recuperada. No hay nuevos contratos en puerta y las reservas que tenían están prácticamente agotadas, dijo Mónica Acosta. “Nos han acorralado de tal manera que no nos queda otra que pedir asistencia”, expresó.
Río Grande.- Los trabajadores de la Cooperativa Renacer se movilizaron ayer en reclamo de subsidios para poder sostener las necesidades básicas, ante la paralización de la producción desde hace seis meses y el agotamiento de las reservas que tenían para autosostenerse.
Por FM Master’s la presidente de la Cooperativa y legisladora electa Mónica Acosta, expuso que esta situación “es producto de la profunda crisis que estamos viviendo. Vamos para el sexto mes consecutivo sin producción y nos hemos autosostenido con recursos propios. Esos recursos después de tanto tiempo prácticamente ya son inexistentes. No hemos despedido un solo trabajador en estos años y seguimos teniendo tarifas que van en aumento. Los aumentos oscilan el 1.400 por ciento y con la fábrica parada estamos pagando 120 mil pesos de gas”, manifestó.
“Las tasas en la actualidad están en el 88% mensual y no hay cadena productiva que arranque en el segundo semestre. Nuestra actividad necesita seis meses de antelación y lo que no se discute ahora nos lleva a pensar que hasta fin de año tampoco vamos a tener trabajo. Venimos gestionando vía telefónica y por mail con Desarrollo Social de la Nación un plan de contingencia. La provincia se ha negado sistemáticamente a recibirnos y estamos pidiendo subsidios, porque los compañeros hoy no están pudiendo garantizar no solamente el pago de servicios sino el plato de comida para nuestras familias”, advirtió.
“Nos han arrinconado de una forma tal que no nos queda otra que pedir asistencia. Los funcionarios que están en el poder todavía están en modo campaña y nos han llevado a una crisis más profunda. No va a alcanzar con un parche o un paliativo, y la economía tiene que dar una reacción. Nosotros no queremos vivir del asistencialismo y de los subsidios, y esto es volver al 2001. Hoy tenemos que venir a mendigar y parece que al gobierno nacional no le interesa nada y no tiene ningún síntoma de querer poner en marcha nada en este país, mucho menos en la provincia, donde de cuarenta fábricas sólo funcionan cuatro”, aseguró.
“Se necesita una solución integral para todo el sector de la industria, porque con un dólar alto se han licuado las indemnizaciones de los despedidos y la situación de los metalúrgicos es grave en general. Los que tienen trabajo están suspendidos con el 70 por ciento del salario y vienen con congelamiento salarial desde hace mucho tiempo. Para nosotros como fábrica recuperada es mucho más grave todavía la situación. Si no se reactiva el mercado y no se desendeuda a los trabajadores para que haya poder de consumo, si no se bajan las tasas para adquirir capital de trabajo y comprar insumos, esto no cambia. A esto se agrega la apertura indiscriminada de importaciones que conspiran con todos los productos que fabricamos”, sostuvo.
Las expectativas son buenas con el cambio de gobierno, pero el problema es subsistir en esta coyuntura hasta fin de año. “Si se cierran parcialmente las importaciones, esto arranca otra vez. Si hay medidas tendientes a generar consumo nuevamente, también”, dijo de una rápida solución que podría dar la gestión de Alberto Fernández, pero insistió en que “en este contexto estamos totalmente parados y no nos queda otra que pedir asistencia. Ya no tenemos para pagar salarios, porque tenemos compromisos contractuales con el banco y la situación está muy difícil. La última producción que hicimos hace unos días nos la pagaron con cheques por tres millones de pesos que tienen fecha para fines de septiembre y fines de octubre. La tasa para canjear esos cheques en los bancos privados está, como muy barata, al 88%. O sea que si vendemos esos cheques, los bancos se quedan con medio millón de pesos. No hay cadena productiva que aguante y ahora no nos queda otra que pedir un paliativo, un subsidio, para que por lo menos le podamos dar de comer a nuestros hijos”, concluyó.