El batacazo electoral de las PASO sigue generando un deterioro (si bien acotado) en las reservas internacionales que maneja el Banco Central. A partir del 12 de agosto, la primera rueda que el mercado reaccionó al triunfo de Alberto Fernández, el Central tuvo que salir a vender dólares «propios» además de los que subasta por cuenta y orden del Tesoro.
Buenos Aires.- Las presiones sobre el tipo de cambio, que obligaron a la entidad a redoblar esfuerzos para que no se escape la divisa, y el deterioro de los bonos que aceleró la cancelación de un préstamo millonario con un consorcio de bancos, explican principalmente la caída de u$s7.418 millones de las reservas en ocho jornadas financieras.
Tanto el presidente del BCRA, Guido Sandleris, como el flamante titular de Hacienda, Hernán Lacunza, están decididos a que el dólar no suba mucho más. La defensa pública de un tipo de cambio que se tiene que estabilizar (como los últimos dos días) tiene sus consecuencias en términos de pérdida de reservas.
«No tiene sentido pararse delante del tren si el tipo de cambio está bajo, pero como el tipo de cambio está en un valor superior al de equilibrio, no tiene sentido permitir una corrida irracional; para eso están las reservas», dijo Lacunza en radio Mitre.
Sandleris también avisó en el mismo sentido durante la conferencia que brindó el martes. «Ha habido un debate durante la semana sobre la utilización de las reservas del Banco Central. Antes que nada, quiero dejar en claro que las reservas internacionales son esencialmente para moderar la volatilidad en el tipo de cambio y garantizar la estabilidad del sistema financiero. Como ha quedado claramente en evidencia, no se usarán las reservas internacionales para contener cotizaciones de activos financieros alejadas de sus fundamentos económicos», remarcó.
Así las cosas, pareciera que la estrategia oficial es vender la menor cantidad de dólares pero «sacrificando» algunos en pos de la tregua cambiaria.
Hasta ahora, de los u$s7.400 millones que caen las reservas desde el día previo a las PASO y al cierre de ayer, se explican de la siguiente manera:
-El Banco Central tuvo que salir a vender dólares contantes y sonantes por cuenta propia, y vía subastas programadas ya se desprendió de un total de u$s709 millones.
-El Tesoro, también vía el Central que es el agente financiero, continuó con sus habituales ventas en el spot. Soltó un total de u$s356 millones en el mismo período (ventas promedio de u$s51 millones diarios).
-Además, la cartera económica tuvo que salir a repagar u$s2.615 millones de un contrato de recompra (Repo) que había sido acordado con un grupo bancos internacionales. Esto sucedió porque ese préstamo estaba garantizado con bonos que, al caer tanto de precio, gatilló el pago inmediato.
«La dinámica de las reservas habrá que seguirla de cerca, por la fuerte caída de la semana pasada que se suma a los poco más de u$s 3.000 millones del martes. Ya acumulamos una merma de reservas internacionales levemente superior al 10% desde el viernes pre PASO. En épocas de escasez del dólares, este dato debe ser monitoreado muy de cerca», advirtió Delphos Investment.
Desde el Gobierno dicen que las reservas «están para eso», o sea usarlas. Claro que los dólares en la Argentina son un tema de campaña. El candidato que más votos sacó en las PASO le pidió a Mauricio Macri que «escuche al BCRA», en el sentido que se mantenga la estrategia de no rifar los billetes verdes.
De hecho, Fernández fue crítico de la baja de línea oficial que ahora manifiestan públicamente Sandleris y Lacunza. «Pareciera que están decididos a liquidar las reservas para que el dólar no se escape. Y se sigue escapando. Recordemos que llegó a costar 67 pesos. Lo logramos bajar a 57, 58. Hay que hacer un esfuerzo pero no al costo de liquidar reservas todos los días», sentenció. «Hay que hacer un esfuerzo para que el dólar no se mueva, pero no a este costo», agregó.
Está claro que ni a Fernández ni al Gobierno le conviene que el dólar se siga escapando. Por lo pronto, el mensaje que el martes dieron los popes del equipo económico, sumado al diálogo más fluido con las fuerzas opositoras, permitieron que el tipo de cambio esté dentro del «rango» que quiere el Gobierno: o sea, no más alto que la semana pasada.
Además de eso, la comunicación «A» 6754 que impartió el Central acota la dolarización que pueda haber por cuenta de los bancos. En ese caso, dentro de la posición global neta de moneda extranjera que pueden tener las entidades, el Central limitó la posición de contado de las entidades financieras a 5% de la Responsabilidad Patrimonial Computable (RCP).
Con esto se buscó poner un techo al apalancamiento en el mercado cambiario a través de la operatoria con derivados por parte de los bancos.
¿Alcanzará con este combo? Posiblemente, si se mantiene la tranquilidad cambiaria y no aparecen sobresalos, el Central podrá quitar el pie del acelerador y correrse de abastecer el mercado.
Ya lo hizo la semana pasado cuando dos días no vendió ni un sólo dólar. Tuvo que volver a hacerlo luego del cimbronazo del lunes en Wall Street con un riesgo país que trepaba 13%. Pero en algo coinciden Sandleris y Alberto F.: las reserva hay que cuidarlas. Los bonistas podrían empezar a mirar con preocupación una merma importante de las arcas del Central.
Al final del día, el Fondo prestó ese dinero para asegurarle a los bonistas que el repago de sus acreencias están aseguradas. Claro que la dinámica puede seguir cambiando el eje del debate. Por ahora, en el Gobierno esperan que haya un respiro que permita no sacrificar tantas reservas.