Así lo expuso especialista en ciberacoso y grooming, Licenciado Aníbal Lazzaroni, responsable del Programa de Prevención del Delito y la Violencia dependiente del Ministerio de Educación. Reveló que los acosadores son tanto hombres como mujeres, adultos mayores como jóvenes y las víctimas son niñas y niños.
Río Grande.- El especialista en ciberacoso y grooming, Licenciado Aníbal Lazzaroni, responsable del Programa de Prevención del Delito y la Violencia dependiente del Ministerio de Educación, fue consultado sobre la proliferación de casos de grooming registrados en los últimos días y observó que “si bien es cierto que ha crecido el delito, también es cierto que hay una mayor visibilización de lo que había. Entonces, en ese sentido, podemos decir que es una ecuación doble: creció, pero también visualizamos más y podemos denunciar más, por eso es que estamos viviendo esta situación de ver más cantidad de casos, pero también tiene que ver el trabajo de concientizar, de poder detectar y de poder denunciar”.
El profesional agregó en relación al peligro que esto representa para los menores especialmente en edad escolar, que “siempre se los digo a los padres: hay dos cuestiones que son fundamentales, lo mejor en estas situaciones siempre lo mejor es prevenir, detectar la situación del acoso”.
Sobre este punto recalcó que “del acoso podemos sacar criaturas que no queden con traumas, pero si llegamos al abuso, el trauma es prácticamente imposible de sacar. Entonces, los riesgos con los menores son estos” y entendió que “por eso es importante trabajar siempre en la prevención”.
Consultado sobre la cantidad de casos en la justicia, se habla de 69 detenidos por grooming desde que el parlamento sancionó el proyecto de ley del legislador Pablo Blanco contra el ciberacoso, el Licenciado Aníbal Lazzaroni explicó que “son muchos y muy variados; el tema es que las familias no denuncian -lo que personalmente le choca a uno-; no encuentran la fortaleza o no encuentran la forma de poder denunciar, siendo que el sistema de denuncias en Tierra del Fuego tiene muy buen formato, dado que –por ejemplo- ninguna de las víctimas que hemos tenido con respecto al grooming o al abuso sexual infantil, se han conocido sus identidades, como suele pasar en otros casos que sí se conocen”.
Reparó que “en este punto del delito contra el menor, se resguarda mucho su integridad y su identidad, pero a pesar de esto, algunas familias suelen no querer denunciar y eso a uno por ahí le cuesta un poco asumir porque desde nuestra área se trabaja tanto para fomentar la denuncia porque cuando tenemos los casos y las familias no quieren denunciar, es duro; pero son decisiones”.
Consultado sobre la posibilidad de crear un registro de acosadores, Lazzaroni observó la imposibilidad fáctica de concretarlo. “Hay que imaginarse que si todavía no pudo reglamentarse el registro de violadores que desde hace casi diez años está dando vueltas, es muy difícil poder implementar el de acosadores y abusadores infantiles; pero es una propuesta más para seguir trabajando en esto”, entendió.
Finalmente, Lazzaroni fue consultado sobre el sexo de los acosadores, si son generalmente hombres y reveló que sorprendentemente “no” y explicó que este delito “está atravesado tanto por personas con patologías enfermizas y perfiles psicóticos abusadores, tanto hombres como mujeres”.
Abusadores son tanto hombres como mujeres, jóvenes como adultos mayores
En el caso de la provincia de Tierra del Fuego, “hay un porcentaje mayor de hombres que de mujeres, pero se tiende a observar que están los dos géneros y se suele abusar tanto de niñas como de niños, también esa es otra característica que hay. Es decir, no es mayormente la población femenina la afectada, sino que se da en ambos casos en los chicos. Y otra observación, la población afectada es por parte de hombres como mujeres y no únicamente tenemos hombres mayores, sino también de jóvenes adultos, de 25 años en adelante. No es solamente el perverso abusador adulto mayor de 60 años –como muchas veces está en el imaginario de la gente- sino que también hablamos de jóvenes de 24 ó 25 años y aclaro que hablo de casos registrados en Tierra del Fuego”.