El padre de un chico que necesita cannabis medicinal para sobrellevar una complicada patología, dio testimonio del cambio que significó para el niño y la familia la posibilidad de acceder al aceite. Cuestionó a los concejales de Río Grande que no se presentaron para tratar el tema en la última sesión y expresó la necesidad de que se pronuncien sobre el tema profesionales, especialistas y las universidades.
Río Grande.- “Me decidí a dar este testimonio por lo que pasó la vez pasada cuando no se consiguió la cantidad de concejales para llevar adelante el proyecto relacionado al cultivo y la producción del aceite de cannabis, porque yo soy un papá que tiene un chico con autismo y un leve retraso madurativo. Tiene 11 años y nosotros, con mi señora, la verdad es que padecimos durante mucho tiempo distintas situaciones con él”, relató Lucas Quidel, refiriéndose a la última sesión del Concejo Deliberante donde solo se presentaron tres concejales y el proyecto referido a la producción y elaboración de aceite de cannabis, impulsado por la concejal Miriam “Laly” Mora, no fue tratado y continúa en Comisión.
Quidel contó, durante la emisión del programa radial “Desde las Bases”, que “entre esas situaciones tuvimos que ver cómo nuestro hijo se lastimaba, se golpeaba, que no podía dormir a la noche. Eran las 3 o 4 de la mañana y estábamos agarrándole los brazos para que no se lastime. Cuando lo empezamos a medicar parecía una planta, sinceramente. Lo teníamos que mover de acá para allá y sufríamos como padres, porque lo veíamos sufrir a él”, aseguró.
Dijo que le llegaron a dar “hasta ocho medicamentos, una para que no estuviera así, otro para que ese no le hiciera mal al hígado, el otro para protegerle el estómago y así con una gran cantidad de productos químicos. Hasta que tuvimos la oportunidad de hablar con la concejal Mora, que nos comentó esta alternativa, nos hizo ver unos videos. Para mí era un tema tabú o directamente algo malo, porque así me lo habían enseñado”, relató.
El papá mencionó que comenzó a asesorarse y “un día, cuando mi hijo se había cortado la mano porque le había agarrado uno de los ataques fuertes, a escondidas de mi señora me puse a producir aceite de cannabis. Conseguí los cogollos y me puse a producir aceite de cannabis, con el conocimiento que había adquirido en las redes sociales y el de gente que me había ayudado”.
Lucas Quidel aseguró que con la primera toma que tuvo su hijo notó un cambio “y directamente le saqué todos los medicamentos, no soy médico, no soy experto, pero yo vi a mi hijo mucho mejor. Fue como resetear una computadora, al punto que mi hijo se hacía encima, con 9 o 10 años no se controlaba y no iba al baño. Hoy se pone a cocinar conmigo, no tiene los ataques que tenía cuando se lastimaba, cuando se golpeaba y rompía la pared de casa con la cabeza”, repasó.
Mencionó que la decisión fue producir el aceite de cannabis medicinal, porque “si lo compro no sé que le estoy dando a nuestro hijo, además implica un costo económico que no podría afrontar. Así que tomé la decisión de generar el aceite de cannabis y dio resultado”, afirmó el papá.
Pero reconoció que su temor ahora pasa “por no saber si en algún momento vienen a sacarme este medicamento natural que le doy a mi hijo, en qué momento me lo quitan. Porque no saben lo que uno sufre como padre y lo que sufren nuestros hijos”, expresó.
“Es un proyecto de las familias”
Después pasó a defender el proyecto que existe en el Concejo Deliberante, asegurando que “no es un proyecto de Laly Mora, es un proyecto de las familias, y sin embargo faltaron concejales”, dijo respecto de la última sesión. Quidel le pidió “a los concejales que no asistieron, que tengan en cuenta que se trata de la salud o el sufrimiento de nuestros hijos. Del sufrimiento de las familias, porque hay muchas enfermedades que se pueden tratar con esta planta”, remarcó.
Pidió que el tema sea analizado “lo voten en contra o lo voten a favor, pero que por lo menos den la discusión. Que den el debate y que expliquen por qué están a favor o en contra, pero que se sienten a discutir porque hay muchas familias involucradas”, insistió.
Le pidió a quienes se oponen o tienen dudas “que vivan un día con nuestras familias, para que vean realmente lo que pasamos. Porque nosotros no solamente sufrimos al ver a nuestros hijos así, sino porque sabemos que en algún momento vamos a partir, no vamos a estar, y todos los días nos preguntamos qué será de ellos”.
También planteó la necesidad de que se involucren profesionales, especialistas y universidades en este tema; “porque son ellos los que a nivel provincial y nacional podrían pronunciarse. Porque lamentablemente muchas veces la gente, la sociedad, entiende que si lo dice un albañil está mal, pero si lo dice un profesional está bien. Entonces deberían ser ellos los primeros en romper eso, para explicar de forma masiva a la sociedad lo que significa esto para nosotros”.
Finalmente indicó que hay “muchos intereses” que están frenando una definición como la que esperan las familias que impulsan la producción de cannabis medicinal, recordando que en la actualidad “en muchos países desarrollados esto ya no se discute e incluso se da la posibilidad del autocultivo”; con el aval de profesionales de distintas áreas. “Pero desgraciadamente para un sector de la sociedad sigue siendo un tema tabú y dicen que se trata de una droga, pero los cigarrillos también son una droga, los medicamentos también, los psicofármacos. Pero claro también atrás están los laboratorios y no les interesa que con algo tan simple, como una planta, esto se resuelva”, concluyó.
Vale mencionar que el próximo miércoles 9, a las 14 horas, habrá una reunión de comisión abierta en el Concejo Deliberante de Río Grande, donde se analizará nuevamente el tema y se está invitando a los interesados a participar