Las cifras de septiembre no dejan lugar a dudas: la recuperación del sector automotor está todavía muy lejos. Tras conocerse días atrás los datos de ACARA, correspondientes a patentamientos (cayeron más del 32% interanual) este jueves ADEFA, que nuclea a las terminales, hizo oficiales las estadísticas de producción.
Buenos Aires.- Según la cámara, en septiembre la fabricación de vehículos fue de apenas 27.687 unidades, lo que implicó un desplome del 25,7% respecto del registro del mismo mes del año pasado y del 10% en relación con agosto.
En parte, esto se explicó por la floja performance de las exportaciones, que experimentaron una caída cercana al 8% en volúmenes frente a septiembre de 2018.
Sin embargo, es la muy mala actualidad que golpea al mercado interno el principal factor que está hundiendo a las terminales: el mal dato a nivel patentamientos explica por qué en septiembre las ventas mayoristas se desplomaron un 37%.
Es un dato clave, porque los despachos a la red de concesionarios permiten anticipar cómo avanzará la demanda de cara a las próximas semanas. Y esta cifra no da ningún espacio para prever una mejora. Por el contrario.
La cifra que pone en alerta al sector
En el acumulado de enero a septiembre, el sector produjo un total de 241.330 unidades (considerando autos y utilitarios), lo que significa un derrumbe del 35% en comparación con los 370.700 vehículos de igual período de 2018.
En este contexto, las proyecciones que manejan las marcas de cara a lo que resta del año son muy negativas: prevén cerrar el año con no más de 320.000 unidades fabricadas. Esta cifra contrastará con las más de 466.000 que se produjeron en 2018.
No solo eso: de concretarse, implicaría el peor nivel para las terminales automotrices desde el año 2005, es decir, de los últimos 14 años.
Frente a este dura coyuntura, el titular de ADEFA, Luis Fernando Peláez Gamboa, «todos los eslabones de la cadena estamos trabajando en una agenda con una visión común a 10 años que nos permita preservar la actividad ante los desafíos actuales y generar las condiciones necesarias para posicionarnos con mayor fortaleza frente a la toma de decisiones en la región, competir en igualdad de condiciones en las próximas asignaciones y subirse al desarrollo de nuevas tecnologías».
«El foco está en modificar de manera conjunta a través de un plan sustentable y de largo plazo aquellas cuestiones estructurales que impactan en la competitividad de nuestra industria», agregó.
Despidos y suspensiones
Durante septiembre, la automotriz Renault despidió a 37 trabajadores, al tiempo que se conoció la decisión de la empresa MWM de cerrar su planta en Jesús María y desvincular a 89 empleados.
Desde la terminal francesa indicaron que la necesidad de adaptar la estructura de la planta ubicada en barrio Santa Isabel de la ciudad de Córdoba a la demanda del mercado actual obligó a reducir el plantel de trabajadores.
Las cesantías se produjeron en diferentes área de la empresa, en la que trabajan 2.300 empleados, cifra que incluye a la línea de producción de Nissan.
La retracción que muestra el mercado de autos 0km hizo que la empresa realizara durante el presente mes una suspensión de dos jornadas laborales. Para octubre, si bien aún no está definida la cantidad, la terminal adelantó que podría haber reducción en los días de producción.
En el caso de MWM, luego de 25 años en la ciudad de Jesús María, la empresa cerró sus puertas y dejó sin trabajo a 89 personas. Aunque la comunicación de la empresa sobre los motivos del cierre fue muy escueta, con un pequeño escrito, puertas adentro se detallaron los pormenores de la determinación.
Paulo Moura, el directivo de la empresa en Argentina, no ocultó ante los trabajadores que el motivo real de la decisión fue la incertidumbre política generada por el resultado de las elecciones primarias (Paso), junto con la devaluación y el efecto inflacionario. Un escenario que, según el directivo, dificultó mantener la política de precios entre los clientes.
En agosto, la empresa automotriz Honda había confirmado que dejará de producir autos en la Argentina. De esta forma, la planta de Campana, donde se ensambla la HR-V desde 2015, se concentrará en la producción de motos a partir de 2020.
Esto implicará la pérdida de 500 puestos de trabajos, para los cuales la compañía ya abrió un proceso de «retiros voluntarios». La decisión la tomó la casa matriz de Japón, a raíz del derrumbe del mercado automotor regional, tal como lo había anticipado iProfesional.
Propuestas para salir de la crisis
ADEFA se reunió la semana pasada con representantes del Gobierno, la UOM y SMATA para buscar soluciones y preservar las fuentes de trabajo en lo inmediato y a futuro.
«Conscientes de la situación por la que atraviesa la industria, de la necesidad de transformación para acoplarse a la evolución de la misma a nivel global y de preservar las fuentes laborales, todos los actores de la cadena de valor automotriz se encuentran avocados a la elaboración de un plan que permita el sostenimiento y el crecimiento a largo plazo a través del diseño de propuestas de políticas industriales que aseguren las condiciones adecuadas para enfrentar los desafíos actuales y aprovechar las oportunidades de la industria en el futuro», explicaron.
La propuesta es diseñar una propuesta de políticas que impulsen el desarrollo de la industria automotriz en su conjunto, con el 2030 como horizonte. Un plazo demasiado lejano para la situación crítica de la industria.