Petronas, Nidera, Kimberly-Clark y Ansabo son algunas de las firmas de la Provincia que bajaron la persiana recientemente. Los rubros en problemas son varios y es bien conocido el mal momento de las empresas dedicadas a la confección de calzado y vestimenta.
Buenos Aires.- La multinacional petrolera Petronas anunció oficialmente en mayo el cierre de su planta de lubricantes ubicada en Ezpeleta, en el sur del conurbano bonaerense.
Desde entonces, 16 trabajadores que quedaban activos en la fábrica y que no aceptaron la propuesta de indemnización que hizo la empresa mediante sus representantes legales, se organizaron para realizar distintos actos y pedir su reincorporación.
«La multinacional nos ofreció en ese momento el 60% de la indemnización legal. Cerró la planta y terciarizó la producción a una fábrica de Dock Sud, a la que trasladó al personal administrativo no sindicalizado. También está desarrollando una inversión millonaria en Vaca Muerta. Entonces, si sigue produciendo como siempre casi un millón de litros por mes, nosotros exigimos solamente que mantengan nuestros puestos de trabajo, que son el sustento de nuestras familias», dijeron representantes de los trabajadores despedidos a iProfesional este martes.
El lunes por la mañana tenían una audiencia en el Ministerio de Trabajo de Quilmes. Por eso, acompañados de movimientos de izquierda y de los obreros despedidos de la vecina papelera Ansabo, se movilizaron a la sede. No obstante, informaron que la empresa no se presentó y se convocó a una nueva audiencia.
iProfesional pudo confirmar con fuentes del Ministerio de Quilmes que el lunes concurrieron a la reunión trabajadores junto con sus abogados, pero no se hicieron presentes representantes de parte de la compañía de lubricantes, por lo que se fijó como fecha para una nueva audiencia el 21 de octubre a las 11.30 horas en la sede de la cartera.
Según indicaron los trabajadores despedidos a este medio, Petronas dio de baja la planta sin haber presentado antes un Procedimiento Preventivo de Crisis. El PPC es el paso que deben cumplir las compañías cuando pretenden desvincular al 15% de su fuerza de trabajo si tienen menos de 400 trabajadores, o a más del 10% en empresas de entre 400 y 1.000 trabajadores; y a más del 5% en las de más de 1.000 personas.
Indicaron también que en mayo Petronas había trasladado a la destilería DAPSA, de Dock Sud, a personal administrativo y de laboratorio, para supervisar la producción que se realiza allí de manera terciarizada. Los que quedaron en la fábrica de Ezpeleta fueron informados de que se terminaba la relación laboral. Y la inversión en Vaca Muerta a la que se refieren es un proyecto junto a YPF, para desarrollar el bloque no convencional de La Amalga Chica.
Conurbano sur
El caso de Petronas es solo la punta del iceberg en una región en la que la baja del consumo, la suba de los costos y de las materias primas importadas, está minando el camino de las entidades industriales.
Sin ir más lejos, los obreros de Ansabo que acompañaron la manifestación de sus pares de la fábrica de lubricantes el lunes, son los despedidos de la papelera que anunció a mediados de este año su quiebra. Ante esta situación, desde hace meses que estas casi 50 personas proponen retomar las operaciones transformando la planta en una cooperativa.
Se suma también el cierre ocurrido hace casi dos semanas de la planta papelera de Kimberly-Clark en Bernal, Quilmes. La multinacional asegura que la decisión es parte de un Programa de Reestructuración Global que se desarrolla desde el año pasado, y que es en «respuesta a la necesidad de la compañía de adaptarse a los cambios globales y reenfocar su estrategia a categorías de mayor valor agregado para los consumidores».
Los 200 empleados que producían allí servilletas, papel higiénico, papel para pañales, rollos de cocina y papel para productos faciales, mantienen tomadas las instalaciones de la calle Espora de forma pacífica desde entonces, y han realizado también varios actos junto con sus familias.
El lunes pasado hubo una tercera audiencia en la cartera de Producción y Trabajo que conduce Dante Sica, en la cual las partes no lograron llegar a un acuerdo.
La empresa ratificó su intención de cerrar la planta y pagar a los despedidos beneficios superiores a lo exigido por Ley. «En línea con sus valores, la compañía hará especial hincapié en el cuidado, el apoyo y el acompañamiento que sus colaboradores merecen, y cumplirá con la totalidad de las indemnizaciones y beneficios que contempla la normativa laboral vigente en Argentina. Asimismo, inició negociaciones con las partes con el fin de acordar un paquete que contemple beneficios adicionales», comunicaron a este medio.
«A tal efecto, a la fecha se realizaron tres audiencias en el Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación y se pautó una cuarta para el martes 15 de octubre. En el marco de dichas audiencias, la compañía ratificó su decisión de cerrar la planta de papel de Bernal como parte de su Programa de Reestructuración Global, y en este contexto el Ministerio dio formal inicio al procedimiento preventivo de crisis a partir del día 7 de octubre de 2019», comunicaron desde Kimberly-Clark a iProfesional el martes.
La semana pasada además la multinacional que tiene otras dos plantas productivas en el país, confirmó que abonaría el total de los sueldos del mes de septiembre, sin deducción alguna por los días no trabajados por la toma de la planta de Bernal.
El Gobierno pidió además a las partes que durante el período en el que se desarrollan las negociaciones por PPC, se abstengan de realizar acciones sindicales como huelgas o de concretar despidos de personal. «El Ministerio participa de las negociaciones con el objetivo de garantizar que haya paz social y un acuerdo entre las partes que implique un esquema de continuidad de las fuentes de trabajo», dijeron desde la cartera nacional.
De las audiencias participan también representantes de la Federación de Obreros y Empleados de la Industria de Papel, Cartón y Químicos; del Sindicato Obrero de la Industria de Papel y Cartón; y de la Comisión Interna conformada por los trabajadores de KC en Bernal.
Al no haber llegado a un acuerdo, los trabajadores de la planta organizados sostuvieron la toma pacífica de las instalaciones y el martes realizaron una conferencia de prensa en la puerta de la planta. En la misma reiteraron que la ocupación es para evitar el «lockout» patronal y defender sus puestos de trabajo.
Allí miembros de la Comisión Interna contaron que en el acta de la audiencia quedó asentado su rechazo al PPC y a la propuesta de la empresa de que los trabajadores continúen haciendo tareas correspondientes al cierre de la fábrica, y se pidió que el Estado haga uso de las herramientas a su alcance para favorecer la reapertura de la misma.
Asimismo, el delegado Walter Relañez remarcó que, ante la ausencia de datos particulares sobre el «potencial comprador» que el Ministerio aseguró que existía para las instalaciones de la calle Espora, la Comisión Interna propuso un plan de trabajo que incluye, por un lado, un acto el miércoles en la Municipalidad y en el centro de Quilmes, para dar a conocer la situación y pedir que se reciba a los despedidos. Por otro lado, a partir del jueves se llevará el proyecto de los trabajadores para que la planta continúe produciendo a los distintos bloques del Congreso Nacional.
«Haremos recorridas por el Congreso para interpelar al poder político, para que tomen posición, porque esta planta puede ser rentable e incluso ser proveedora del Estado. La planta es de última tecnología, no está obsoleta», aclaró Relañez.
Asimismo, detalló que el planteo de la Comisión es que la compañía había mantenido en el último tiempo una «política comercial errada» para un contexto de devaluación, baja del consumo y una crisis industrial de 19 meses. «En nuestro plan productivo, sostenemos que esta planta es rentable. Por eso consideramos que el Ministerio de Producción tiene que tomar las medidas necesarias para darle una solución a las 200 familias de papeleros, por más de que somos concientes de que la industria de este sector tiene altísimos costos de tarifas», dijo el delegado.
En la cuerda floja
También recientemente la multinacional agropecuaria Nidera, que forma parte del holding Syngenta, anunció que daba de baja su planta de Miramar (provincia de Buenos Aires) para concentrar en Venado Tuerto, Santa Fe, toda su producción local de semillas.
La decisión incluyó el despido de los 70 trabajadores de la unidad productiva bonaerense. Ya en 2016 se habían concretado cerca de un centenar de despidos en esa planta dedicada a recibir y seleccionar espigas de maíz y girasol para transformarlas en semillas y despacharlas a sus clientes.
Según confirmó la empresa a los medios, todos los empleados despedidos recibirán la indemnización correspondiente y se les extenderá el beneficio de la obra social familiar.
Otra empresa de la Provincia en la «cuerda floja» es la fábrica de motos Zanella, ubicada en Caseros, con 132 empleados a los que se les adeudan varios sueldos y el medio aguinaldo de este año.
La empresa, que arrastra deudas con los empleados desde junio, venía con suspensiones de turnos ya desde el año pasado.
Además, recientemente la compañía cerró dos unidades productivas, en Mar del Plata y Córdoba, por lo que pasó de tener 500 trabajadores a menos de 200.
También el rubro de los vehículos, un caso resonante es el de Honda, que ya anunció que dejará de producir automóviles en el país a partir de 2020. Esto afectará a la planta que la japonesa posee en Campana, donde sólo se producirán motos.
Hasta el momento, Honda venía fabricando en la Argentina 9.000 vehículos HR-V al año, de los cuales el 30% se exportaban al mercado brasileño y el resto abastecían a la demanda local.
La severa crisis del sector automotor generó el parate de numerosas compañías autopartistas a lo largo del país. En la provincia de Buenos Aires, este año se dio el cierre de Dino Mattioli, que fabricaba repuestos para automóviles de marcas como Ford, Toyota, Renault, Chevrolet, Chrysler, Citroen, Fiat, Honda, Mercedes Benz, Peugeot, Suzuki y Volskwagen.
Esta empresa de Virrey del Pino –cercana a la gran fábrica de Mercedes Benz– tuvo que despedir a 36 empleados.
Otra muestra de la decadencia industrial bonaerense fue el cierre a principios de año de la planta de producción de motores que la alemana Deutz en la localidad de Haedo, hecho que afectó a 70 trabajadores.
Los rubros en problemas son varios y es bien conocido el mal momento de las empresas dedicadas a la confección de calzado y vestimenta. Por caso, en abril quedaron en la calle 120 empleados de Tecnosport, empresa de calzado que proveía a Nike. La compañía estaba ubicada en Luján y producía desde el año 2009.