Con un comienzo accidentado luego de la inauguración del secadero de madera, Lenga Patagonia no cosecha demasiados adherentes en el corazón de la isla. Hortensia Mansilla, técnica forestal y propietaria de un aserradero, relativizó la relevancia del mediatizado proyecto, que tiene como fin la exportación, y aseguró que el resto de los aserraderos generan mano de obra y agregan mayor valor. Cuestionó la falta de una política provincial para apoyar al sector, dado que hubo intentos aislados de dar un impulso, como la construcción de viviendas de madera, que sigue con problemas de pago, y la fabricación de muebles para establecimientos escolares. Además fue crítica de la falta de precauciones para la quema de residuos, que derivó en el incendio
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