Constructoras llevan a Alberto un plan de 40 mil viviendas con financiación estatal

La actividad de la construcción transita uno de sus peores momentos en esta década y, de cara al cambio de gestión presidencial, representantes del sector ya definieron una estrategia para tratar de modificar el presente negro. Técnicos de la Cámara de la Construcción, en sintonía con UOCRA, desarrollaron una propuesta con vistas a crear 70.000 empleos entre directos e indirectos.

Buenos Aires.- En concreto, técnicos de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), en sintonía con los popes de gremios como la UOCRA y actores de la comercialización de materiales, desarrollaron un plan que contempla la construcción de 40.000 viviendas en el lapso de dos años a ejecutar con fondos públicos.

La iniciativa, precisó ante iProfesional el titular de CAMARCO, Julio Crivelli, será acercada a los equipos de Alberto Fernández ni bien el flamante presidente confirme quién estará al frente del anticipado nuevo Ministerio de la Vivienda.

«Hicimos un trabajo que permitiría salir de la coyuntura actual, pensado para poner en práctica en el transcurso de los primeros 200 días de gobierno. También tenemos pautas para lograr retomar los contratos vigentes en infraestructura», confió a este medio el ejecutivo.

Crivelli expuso a la propuesta como una herramienta para reactivar el movimiento económico y destacó las posibilidades de contratación de personal que alentaría el plan. En su visión, de resultar aceptado por el Gobierno, la demanda de mano de obra ganaría ritmo en el transcurso de los primeros tres meses de 2020.

La propuesta de CAMARCO implicaría para el Estado nacional un desembolso de $25.000 millones para el año próximo.

«No es una suma que perturbaría demasiado el equilibrio presupuestario. Y devolvería velocidad a la construcción de viviendas, que hoy apenas persiste en algunas provincias que han sabido administrarse en este contexto de parálisis económica», dijo.

Iván Szczech, presidente de la Comisión de Vivienda de la cámara, aportó más detalles del plan. En diálogo con iProfesional, sostuvo que reactivar la construcción de viviendas «volverá a poner en marcha el funcionamiento de las economías regionales», además de destacar que la propuesta está pensada para «multiplicar el empleo y devolverle actividad a las industrias».

«Estimamos que el plan permitirá crear unos 30.000 empleos nuevos directos, mientras que se generarán otros 40.000 indirectos. Confiamos en que la iniciativa abre una posibilidad para volver a prender la economía», señaló.

El experto comentó que, más allá de los desembolsos concretos de Nación, la iniciativa también propone financiamiento de las provincias a través de lo que distribuye el Fondo Nacional de la Vivienda (FONAVI).

«La intención es que se sumen otros $15.000 millones. Sería la mitad de lo que el FONAVI les entregará a las provincias durante el 2020. Pretendemos que el 50% de los $30.000 millones que se distribuirán sean aportados a esta propuesta», dijo.

 

Déficit millonario

 

Szczech aseguró que, a la par de motorizar el empleo, el plan de CAMARCO apuesta a reducir el enorme déficit habitacional que hoy exhibe la Argentina. En ese sentido, el entrevistado fijó en 3,5 millones el número de viviendas a cubrir o recuperar en términos de país.

«Se necesitan 1,5 millones de unidades nuevas y mejorar alrededor de dos millones ya existentes. Lograr un avance fuerte en ese aspecto permitiría también achicar de forma importante los indicadores de pobreza. El problema de la vivienda guarda relación directa con ese flagelo», sostuvo ante iProfesional.

En concreto, expuso, la propuesta de CAMARCO de 40.000 viviendas demandaría un desembolso de $80.000 millones a inyectar en el lapso total de dos años, con $50.000 millones a cargo de la Nación y el saldo de $30.000 millones a cargo de las provincias con asistencia del FONAVI.

«Es una propuesta que en su momento le hicimos llegar al gobierno actual, pero que quedó fuera de posibilidades en cuanto se concretó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Las pautas establecidas en lo referente a las metas de reducción de déficit fiscal y el ajuste aplicado a la obra pública terminaron con cualquier posibilidad de aplicar este plan. Enseguida se decidió reducir la inversión en lugar de achicar el gasto del Estado», expresó Szczech.

El referente de la Comisión de Vivienda de CAMARCO señaló que, a contramano de lo que se presume de la inminente gestión de Alberto Fernández, en el aspecto habitacional la administración de Mauricio Macri se concentró en el desarrollo privado antes que en la intervención del sector público en la construcción.

«Hubo una inclinación fuerte para el lado de los créditos hipotecarios al sector privado en lugar de una apuesta potente en la vivienda con fondos públicos. Faltó crédito intermedio para desarrolladores y constructores. Y tampoco se generaron créditos ‘pagables’ para los particulares», dijo.

Para luego añadir: «En ese sentido, la política de créditos hipotecarios no funcionó. El volumen para la Argentina no representa ni el 1% del Producto Bruto Interno, siendo que en la región alcanza al 23% en Chile, 16% en Perú y 12% en Bolivia. Lamentablemente, seguimos muy lejos de una oferta efectiva en ese tipo de créditos.»

Szczech expuso que aún resta conocer quiénes serán los interlocutores del futuro presidente pero que la expectativa crece a partir de la promocionada creación de la cartera de vivienda.

«Toda la cadena está a la espera de novedades, desde la UOCRA a los proveedores de materiales. Tenemos consensuado un documento conjunto para exponerle a Fernández la situación del sector», anticipó.

«Para los fabricantes de insumos, el plan de viviendas es una oportunidad por demás importante: hay que pensar que el 50% del monto que se destina a la vivienda corresponde a compra de materiales. En un proyecto por $80.000 millones a desarrollar en dos años, estamos hablando de $40.000 millones que tendrán como destino la cadena de proveedores», concluyó.

 

Derrumbe de la actividad

 

Mientras se espera por un nuevo cambio de rumbo político en el país, la construcción sigue acumulando números que dan cuenta de un presente dramático para la actividad.

En los últimos días se conoció que el empleo en ese rubro cayó 4,6% interanual en septiembre último. Y que ese indicador resultó ser la baja más significativa en lo que va del año, completando trece meses consecutivos de variaciones interanuales negativas.

En virtud del informe más reciente del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC), en la comparación con agosto de este año la contracción fue del 2,4%, ubicándose por primera vez desde abril de 2017 por debajo del umbral de los 400.000 puestos formales.

«La baja respecto de agosto configura la retracción de mayor intensidad observada para un septiembre, período del año que presenta tradicionalmente un crecimiento de la ocupación sectorial», precisó el relevamiento del IERIC.

Indicó que la última medición expone que se completaron seis meses consecutivos de evolución mensual negativa del empleo formal de la construcción, pero con una marcada aceleración del ritmo de caída durante el mes bajo análisis.

Siempre según IERIC, el plantel medio de las firmas constructoras fue de 13,8 puestos de trabajo por empresa en septiembre, con una baja del 2,4% mensual y del 2,6% interanual.

Al igual que en julio y agosto, fueron las grandes firmas constructoras las que más acusaron el impacto de la actual coyuntura recesiva, con una reducción del 6 por ciento mensual en el volumen de ocupación registrada.

Como contracara, el segmento liderado por las constructoras de plantel igual o superior a los 1.000 puestos de trabajo registrados exhibió un alza del 1 por ciento mensual. El IERIC reveló, además, que en 21 de las 25 jurisdicciones que conforman el territorio nacional, la cantidad de puestos de trabajo registrados es inferior a la verificada en el mes anterior.

Entre las grandes jurisdicciones, el Gran Buenos Aires explicó por sí solo un tercio de la caída bruta del volumen de ocupación sectorial, mientras que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se contrajo a un ritmo más moderado.

La principal novedad es que el número de empleadores también descendió en las grandes jurisdicciones, que hasta ahora se habían mantenido en terreno positivo, según el informe.

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