El presidente saliente reunió al personal de la Casa Rosada en el Patio de las Palmeras. En ese lugar rodeado de parte de su Gabinete hizo un pequeño balance de gestión y realizó su último saludo.
Buenos Aires.- El presidente Mauricio Macri y su Gabinete se despidieron con un brindis en el Patio de las Palmeras de los empleados de la Casa Rosada y de funcionarios de segundas y terceras líneas que trabajaban en el edificio de Balcarce 50.
Con la copa en la mano y acompañado por la primera dama Juliana Awada, el mandatario dio un discurso ante los trabajadores de la Rosada, en el que les agradeció por sus tareas en estos cuatro años y destacó además las obras de remodelación y mantenimiento del histórico edificio que se realizaron bajo su gestión.
En simultáneo, en las rejas que rodean la Rosada, unos 40 de manifestantes con pancartas de Alberto Fernández y Cristina Kirchner realizaron cánticos contra el presidente saliente y lazaron insultos contra los funcionarios que ingresaban y salían del edificio en la última jornada de la gestión macrista.
«Quiero agradecerles por los cuatro años que compartimos, siempre me sentí respaldado por ustedes en este edificio con tanta historia y que también fue parte del cambio porque se hicieron un montón de obras: en el segundo piso, en el subsuelo, las cañerías… había problemas por todos lados y los fuimos solucionando», sostuvo sobre la cuestión edilicia.
Al respecto, dijo que «un servidor público tiene que tener un lugar seguro y confortable para ir a realizar sus tareas todos los días y eso quisimos hacer todo este tiempo».
Del brindis participaron todos los ministros del Gabinete y funcionarios con rango de secretarios, subsecretarios y directores de Estado que se desempeñaban en la Rosada.
Acto seguido, el mandatario saliente sacó un papel que le sirvió de ayuda memoria para realizar los agradecimientos pertinentes: «A los soldados y granaderos, a los mozos y el personal de cocina», comenzó.
Y sobre estos últimos, bromeó: «No voy a extrañar los lunes y martes la ensalada verde que comía todo los lunes y martes para compensar los del sábado y domingo, pero sí un arroz muy rico que se prepara acá, eso sí lo voy a extrañar».
Luego, prosiguió: «Al personal de limpieza, a los trabajadores de las obras que se hicieron acá, también muchas gracias. A la custodia, gracias por cuidarme, a los miembros de Casa Militar, de Protocolo y Ceremonial, al equipo de Comunicación, gracias también».
En el tramo final de su última actividad oficial en la Rosada, Macri ratificó que desde allí se iba al acto en el que el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, tomó juramento a sus ministros, en la sede del Ejecutivo local del barrio de Parque Patricios.
Y volvió a realizar otra broma, esta vez sobre su futuro: «Entre tantas libertades, voy a recuperar la libertad de enfermarme y que no me digan que estaba somatizando», dijo entre risas.
Y finalizó: «Voy a seguir comprometido con éste país maravilloso que tenemos y que necesita aún que aprendamos mucho y a trabajar en conjunto porque nadie solo va a arreglar los problemas que éste país acumula hace tantas décadas».