El escritor e historiador asturiano José Luis Alonso Marchante, quien en 2014 publicó la primera edición de “Menéndez, Rey de la Patagonia”, presentó por estos días una nueva obra. Se trata de “Selk´nam. Genocidio y Resistencia”, un libro que fue publicado en Chile y podría aparecer en nuestro país próximamente. Dijo que allí se avanza sobre “la historia y el presente del pueblo selk’nam”. El trabajo cuenta con material histórico y testimonios de integrantes de la comunidad.
Río Grande – El reconocido escritor e historiador asturiano José Luis Alonso Marchante, quien en 2014 publicó la primera edición de “Menéndez, Rey de la Patagonia”, un libro que con documentos históricos pudo realizar un importante aporte, para debelar lo que realmente ocurrió en el extremo sur de la Patagonia argentina y chilena a través de la historia de José Menéndez y el desarrollo de su enorme poder económico, a costa del genocidio de las comunidades originarias que habitaban la región y de la masacre de los obreros patagónicos de Argentina y Chile -quienes reclamaban mejores condiciones de trabajo- publicó por estos días una nueva obra. Se trata de “Selk´nam. Genocidio y Resistencia”, un libro que ya fue publicado en Chile por la editorial Catalonia.
Relatando el origen de este nuevo texto, mencionó que comenzó “a trabajar en la historia y el presente del pueblo selk’nam en 2015, alrededor de un año después de publicado mi anterior libro, “Menéndez, rey de la Patagonia””.
“Me di cuenta de que en aquel libro había puesto demasiado el foco en las biografías de los grandes terratenientes (Menéndez, Braun, etc.) y que además había aceptado, sin comprobaciones, la versión oficial de la antropología que decretaba que los pueblos originarios de Tierra del Fuego se habían extinguido. Así que comencé revisando las colecciones fotográficas que existen en Europa, en París o en Turín donde está el museo de De Agostini, y los archivos de los misioneros que convivieron estrechamente con este pueblo legendario, para al final viajar a Tierra del Fuego donde me encontré con una comunidad selk’nam numerosa y diversa”, remarcó Alonso Marchante.
Se refirió también el autor a los aportes de miembros del pueblo selk´nam, para la elaboración del trabajo, indicando que “A lo largo de todo el libro el lector encontrará las opiniones y puntos de vista de varias personas que forman parte de la comunidad selk’nam. Por ejemplo Margarita Maldonado, autora de un libro ya clásico “Entre dos mundos. Pasado y presente del pueblo selk’nam-haush”; Miguel Pantoja, que desde la casa cultural Rafaela Ishton se ha convertido en una de las voces más combativas; Mirtha Salamanca, embajadora del pueblo selk’nam con la que pude conversar en su último viaje a Francia o las hermanas Alexia y Antonela Guevara, que me recibieron en su casa de Tolhuin y me contaron la realidad actual de su comunidad”, puntualizó.
Consultado sobre la idea de que el genocidio pasó casi sin oposición o resistencia, por parte de los pueblos originarios de esta parte de la Patagonia, aseguró que “Los selk’nam se opusieron tenazmente a la invasión de su territorio por parte de los grandes latifundistas. El historiador Alberto Harambour, que ha tenido la amabilidad de escribir el prólogo de la edición chilena de mi libro, ha estudiado las tácticas de resistencia, que iban desde el corte de alambrados al robo de piños de ovejas, pasando por combates con los “cazadores de indios””.
El autor de “Selk´nam. Genocidio y Resistencia”, comentó que por esos días el objetivo de los selk’nam “era causar el mayor daño posible para que los ganaderos se fueran y buscaran otras tierras más tranquilas donde instalar sus ovejas. Sin embargo, estos respondieron con una violencia todavía mayor que desembocó en el genocidio. Es necesario insistir en que genocidio no significa de ningún modo desaparición o extinción puesto que, cuando su territorio fue ocupado por los colonizadores, los selk’nam desarrollaron estrategias de supervivencia que les llevaron a mimetizarse con jornaleros y colonos, a incorporarse al paisaje social de ciudades y estancias, a sobrevivir”, expresó el escritor.
En ese mismo sentido dijo que “La idea de la extinción se propaga desde la Historia oficial con la ayuda de la antropología más clásica con un objetivo perverso; si no existen indígenas no hay nadie a quien entregar las tierras reclamadas. Pero a pesar del discurso del “último ona”, el “último indio”, la población selk’nam nunca desapareció y hoy forma una colectividad con personería jurídica desde 1995 y que consiguió la restitución de 35.000 hectáreas de tierras en los alrededores de Tolhuin. Todavía que mucho camino a recorrer en cuanto a derechos y, por ejemplo en Chile, la corporación selk’nam Covadonga Ona lucha todavía por su reconocimiento legal”, manifestó Alonso Marchante.
Al preguntarle si el libro puede ser un aporte para desmitificar estas cuestiones instaladas como la de la extinción de los pueblos y qué otras cosas se esclarecen en la obra, mencionó que “En efecto, el último capítulo se titula “Selk’nam hoy” y está dedicado a las luchas que la comunidad lleva actualmente por el reconocimiento de sus derechos, la defensa de su identidad o la exigencia de la devolución de los restos humanos de sus ancestros que todavía siguen diseminados por multitud de museos e instituciones”.
Indicó que “Los pueblos de Tierra del Fuego pueden darnos hoy muchas lecciones, desde el respeto que profesan a los ancianos, que parecen no tener lugar en la sociedad moderna, al cuidado que tienen por el medio ambiente. El año pasado los selk’nam junto a las asociaciones ambientalistas se mostraron en contra del decreto que iba a permitir la caza del guanaco y consiguieron que no entrara en vigor”, repasó.
Mencionando que en sus viajes tuvo “el privilegio de conocer a representantes de otros pueblos, como Víctor Vargas y José German Calderón, yaganes que luchan hoy en día contra la instalación de la perniciosa industria acuícola. También en Magallanes, la dirigente Leticia Caro Kogler junto a su comunidad kawésqar, defiende el territorio ancestral contra la industria del salmón. Es un ejemplo de cómo las comunidades indígenas son hoy uno de los principales valedores de la defensa del medio ambiente en la región”.
Sobre el financiamiento del libro aclaró que “Nunca he tenido ningún tipo de apoyo económico o financiación para mis investigaciones. Por eso el proceso de cada libro es tan largo en el tiempo, debo pagarme yo mismo los costosos viajes desde Europa y las estadías en la zona. A cambio eso me permite una gran independencia, nadie dirige mi trabajo y lo que relato en mis libros es simplemente el resultado de mis investigaciones. Hay que aclarar que este libro es un aporte más la historia y el presente de pueblos indígenas, ya que existen excepcionales trabajos de autores argentinos, chilenos y de otras nacionalidades que me han servido de inspiración. El lector interesado encontrará una amplia bibliografía y notas al final del libro”, expresó.
Para concluir manifestando sobre la posibilidad de editarlo en nuestro país y presentarlo en la provincia que “No resulta fácil publicar un libro hoy en día y menos cuando trata sobre pueblos originarios, pero espero poder interesar a alguna editorial en Argentina. Me encantaría viajar en el futuro a Tierra del Fuego donde tengo muchos amigos y siempre me he sentido como en casa”.