La Justicia provincial hizo lugar a un recurso de amparo y le permitió la reinscripción a Shanick Sosa Battisti, que no se percibe “dentro de lo que las estructuras sociales han denominado como hombre o mujer”. Es uno de los primeros casos en todo el país.
Ushuaia (Infobae).- La justicia de Tierra del Fuego hizo lugar a un recurso de amparo y le ordenó al Registro Civil provincial que inscriba a una persona con sexo “no binario”, es decir ni masculino ni femenino. Constituyó el primer fallo judicial de esta clase en territorio fueguino y uno de los primeros a nivel nacional.
Si bien la legislación de identidad de género en la Argentina permite a los mayores de edad cambiarse el nombre en función de la identidad “autopercibida”, la clasificación por “sexo” (vinculada a características biológicas) sigue siendo entre dos únicas opciones (varón/mujer) y no contempla la posibilidad de quedar fuera de ellas.
Con este argumento, el Registro Civil de la provincia rechazó el último 19 junio el petitorio de una persona de 25 años y progenitor/a de un niño de 6 años, quien requirió, cambiarse el nombre por el de Shanick Lucián Sosa Battisti (lo que está aceptado por la norma) y que en el casillero de “sexo” figurara como “no binario”. Ante ello y con el patrocinio de abogados locales de la Organización No Gubernamental (ONG) “Red Diversa Positiva”, Shanick se presentó ante el Juzgado de Familia y Minoridad 1 de Ushuaia, a cargo del juez Alejandro Ferreto, a través de un recurso de amparo.
Después de analizar el caso y de atender en el expediente tanto la postura de la parte demandante como del Registro Civil, el magistrado hizo lugar al planteo. El fallo obligó al organismo que “en un plazo de cinco días” expida “una nueva partida de nacimiento y un nuevo Documento Nacional de Identidad (DNI)”, en el que figure el cambio de nombre y “en el casillero correspondiente al sexo, se haga constar ‘no binario/igualitario’”. Además, dispuso que el Registro Civil rectifique la partida de nacimiento del hijo de Sosa Battisti y haga constar el nuevo nombre y “sexo” de su progenitor/a.
En la presentación judicial, Shanick explicó que “no puede percibirse ni pensarse dentro de lo que las estructuras sociales han denominado como hombre o mujer”.“No me identifico en ninguno de los dos casilleros bajo los cuales tengo la posibilidad de reconocerme en mi documento. Esas posibilidades reducidas exceden mi autopercepción y eso tiene consecuencias sobre mi identidad legalmente reconocida”, expresó en un fragmento de la demanda.
Tras conocerse el fallo judicial, Sosa Battisti confió: “Desde hace más de diez años me siento diferente a la mayoría de las personas. No me considero ni varón ni mujer. Y estuve todo este tiempo buscando un significado a eso que sentía. Tuve dudas, me deprimí. Hasta que encontré a gente que le pasaba lo mismo y con ellos encontré la fuerza para hacer este reclamo”.
“Fueron meses de lucha, pero también de mucho acompañamiento. Recién hoy puedo decir con mucho orgullo que soy libre al fin. Soy feliz”, agregó.
Por su parte, Erika Moreno, coordinadora provincial de Red Diversa Positiva, calificó a la sentencia como “histórica” y reflexionó: “Hoy nos ocupa un caso de identidad de género de una persona que se autopercibe como no binaria. Es un gran avance, pero nos queda reivindicar otros derechos de minorías sexuales como la salud, la vivienda y el trabajo. Necesitamos políticas públicas activas”.
En un caso similar, en noviembre de 2018, el Registro Civil de Mendoza hizo lugar a la solicitud de des personas que requirieron “el reconocimiento legal de su identidad de género autopercibida” y la correspondiente rectificación, pidiendo que en su partida de nacimiento y DNI «no se consigne sexo alguno”.