El matrimonio integrado por el Dr. Ernesto ‘Nené’ Löffler y Marilina Henninger visitó las Islas Malvinas donde rindió homenaje a soldados caídos en combate durante el conflicto bélico de 1982 que enfrentó a la Argentina con el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Los fueguinos recorrieron parte de Malvinas y descubrieron facetas desconocidas para la mayoría de los argentinos. “Malvinas tiene parte de Ushuaia y parte de Río Grande”, resumió Marilina Henninger.
Río Grande.- Tras sus vacaciones a la Antártida, el matrimonio integrado por el Dr. Ernesto ‘Nené’ Löffler y Marilina Henninger visitó las Islas Malvinas donde rindió homenaje a soldados caídos en combate durante el conflicto bélico de 1982 que enfrentó a la Argentina con el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
“Visitamos Pradera del Ganso. Allí se combatió cuerpo a cuerpo y murieron 47 soldados argentinos. 1.000 de ellos fueron tomados prisioneros en los Galpones de esquila de la estancia”, explicó Marilina Henninger.
Asimismo, recorrieron el Cementerio de Darwin, “donde hay 227 Cruces, 8 de ellas aún pertenecen a Soldados Argentinos sólo conocidos por Dios. 123 soldados fueron reconocidos en el último año. En las placas negras se nombran a los 649 soldados que fallecieron en Malvinas, 323 pertenecen al Crucero General Belgrano”, agregó.
Asimismo, visitaron al Museo Malvinas. “Tras el recorrido por la isla, vi un documental realizado con testimonios de los niños de esa época. El terror ante los sonidos de sirenas, de los helicópteros, de los aviones de combate, la incertidumbre de cada oscurecimiento. Fue muy emotivo reconocer mi propia historia, mi niñez, mi angustia, mis miedos”, confió.
“Realmente, lo más fuerte es conocer la historia por un documental y encontrarse con ese escenario real, sentir el frío y ponerse en el cuerpo de esos chicos de 18 años que estuvieron ahí peleando por nosotros”, compartió.
“Malvinas tiene parte de Ushuaia y parte de Río Grande”
“Sus casas, sus flores, sus quintas, sus costumbres, sus caminos y paisajes.
La ciudad tiene olor a mi infancia, a mar, a humedad y un almizclé dulce que me transporta a la Ushuaia de antaño. También las casas están orientadas al mar.
El campo es más parecido a Río Grande, con pastos abundantes y amarillos, poco relieve y muchas, muchas rocas. No hay árboles”, describió.
“Me impactaron los ríos de piedras, depósitos de morrenas glaciarias de granito y cuarzo. Son únicos y bellísimos”, aseguró.
“The Boot Hills es una montaña, de botas y zapatos, colgados sobre palos, a la vera del camino. Se dejan para ayudar a los caminantes necesitados. Me resultó una hermosa tradición. Habla de comunidad, de códigos compartidos, de preocupación por el otro”.
“Algunas casas se calefaccionan, aún, con turba. Cortan champas a fin de año, las secan durante 6 meses y las usan en invierno, cual madera, en las estufas”.
“Muchas construcciones están sobre trineos. Todas las casas tienen jardín y patio. Casi todas quinta. La gente camina sonriendo. Son extremadamente amables”.
“Conocimos el Globe, un pub clásico de Malvinas que prepara su propia cerveza. Rica”, comentó Marilina
“Tienen dos problemas a resolver en cuanto a bienestar y calidad de vida: salud y educación. En salud, no tienen hospital; las cuestiones de gravedad se derivan a Pubta Arenas. En educación, los chicos salen de la secundaria y no tienen alternativas de estudio. Hoy, los suministros los tienen vía aérea, desde Inglaterra. La comida fresca la provee Uruguay. Por esto último, es interesante ver cómo la gente cultiva. Hay muchos invernáculos y quintas”.
“De la guerra, me queda me queda mucha congoja. Uno escucha los relatos de los combatientes y, es tan lejano, tan difícil de imaginar, tan diferente a nuestra realidad cotidiana que es dificultoso de recrear. Solo al estar allí, sentir el viento, el frío, la soledad, uno puede ponerse en la piel de nuestros jóvenes combatientes y representar una pequeña parte de su dolor”, resumió finalmente Marilina Henninger de Löffler.