El juez federal Claudio Bonadio murió este martes a la mañana en su casa, en el barrio porteño de Belgrano. Tenía 64 años y había sido operado de un tumor cerebral en mayo del año pasado.
Al frente del Juzgado Federal de Instrucción número 11, integró los Tribunales de Retiro durante más de 20 años.
En el último lustro tuvo en sus manos las principales investigaciones contra ex integrantes de los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner, inclusive aquellas que la tuvieron a la ex mandataria y actual vicepresidenta como principal acusada.
La elevación a juicio oral de la causa de las fotocopias de los cuadernos, en la que acusó a Fernández de Kirchner de ser jefa de una asociación ilícita dedicada al cobro de sobornos, fue una de las últimas decisiones que tomó como magistrado. Antes de la finalización de la feria judicial de verano había solicitado extender su licencia hasta marzo. Ante su decisión de no regresar a Comodoro Py, lo reemplazó como juez subrogante su colega Sebastián Casanello.
El pedido de Bonadio de prologar su licencia disparó nuevos rumores sobre su estado de salud y la posibilidad de su no retorno definitivo a los tribunales federales de Retiro. El juez había sido operado de un tumor en la cabeza en mayo pasado, dolencia que lo obligó a pedir licencia en varias oportunidades durante el año.
Bonadio era uno de los jueces más antiguos de Comodoro Py. Había llegado al fuero federal de la mano del menemismo, que lo ayudó a saltar de la esfera política a la judicial. A principios de los 90, durante el primer mandato de Carlos Menem, ocupó la Secretaría de Asuntos Legales de Legal y Técnica, en reemplazo de Carlos Corach. De allí, saltó al fuero federal: fue designado juez federal de Morón en 1992 y, casi de inmediato, titular del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional número 11 de la Ciudad de Buenos Aires.