El enorme velero ruso Kruzenshtern arribó al puerto de Ushuaia en el marco de una expedición para celebrar el bicentenario del descubrimiento de la Antártida y el 75º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Ushuaia.- El Krusenshtern, velero de 4 mástiles, es el buque escuela de la Armada de la Federación Rusa. Construido en 1926 en Bremerhaven-Wesermünde, Alemania, bajo el nombre de Padua y cedido a la URSS el 12 de enero de 1946 para ser integrado en la Flota Soviética. Fue renombrado en honor al Almirante Adam Johann von Krusenstern, quien fue el primer ruso en circunnavegar la tierra. Actualmente es el segundo velero más grande del mundo.
En el marco de las actividades rusas en Tierra del Fuego, está prevista para este miércoles la llegada del embajador Ruso en la Argentina, Dmitry Feoktistov. Los tripulantes del velero serán recibidos este jueves en Casa de Gobierno por el gobernador Gustavo Melella, informó el portal Reporte Austral de Ushuaia.
Previamente el velero ruso Kruzenshtern abrió sus puertas al público uruguayo en el puerto de Montevideo y los 120 cadetes que trabajan y se educan a bordo, tuvieron la posibilidad de conocer otra cultura con gran tradición pesquera, la rioplatense, en su largo camino hacia el Atlántico sur, informó la revista Sputnik.
«Para los 120 cadetes que trabajan y estudian en el buque esta práctica es una gran experiencia de vida», dijo a Sputnik Serguéi Usakov, encargado del área educativa del Kruzenshtern, durante una recorrida por el imponente velero ruso de cuatro mástiles.
El velero llegó a la capital uruguaya en el marco de una expedición para celebrar el bicentenario del descubrimiento de la Antártida por los navegantes rusos y el 75 aniversario de la Victoria en la Gran Guerra Patria, y permanecerá en el puerto hasta el 4 de febrero.
El Kruzenshtern zarpó el pasado 8 de diciembre junto con el buque escuela Sedov, que también tiene previsto visitar Montevideo los días 6 al 12 de febrero.
Juntos, participan en la circunnavegación «Las Velas de la Paz», que cuenta también con el velero Pallada, el cual zarpó el 1 de noviembre de 2019 de Vladivostok, en el océano Pacífico, haciendo el viaje en sentido opuesto.
El velero es uno de los buques escuela que la industria pesquera rusa tiene en alta mar.
Los cadetes, divididos en tres grupos, cursan sus prácticas de enseñanza, donde se prepara a futuros mecánicos, contramaestres y técnicos en refrigeración, una formación que ocupa varios meses de aislamiento a bordo.
«Por lo general es el primer conocimiento del mar que tienen (los cadetes), la primera vez que se separan de sus familias lo cual representa ciertas dificultades entendibles y lógicas», explicó Usakov.
Una vez terminado el curso de enseñanza, los cadetes reciben un documento que confirma que esa fue su primera experiencia laboral en la profesión que eligieron.
Museo
El interior del velero se divide en dos largas y sinuosas galerías de acero, con pesadas puertas a los costados que conducen a camarotes, comedores y salas de operaciones, salvo una sola habitación, donde funciona un museo.
Se pueden ver fotografías en numerosos puertos del mundo, recuerdos de los Juegos Olímpicos de Vancouver 2010, donde estuvo el velero, y de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014.
También hay banderas, réplicas de animales que cruza la nave en sus travesías, regalos, placas, trofeos, bandejas de plata y hasta un «troll noruego», una figura de corta estatura, propia de la superstición, cuyo mito pronostica una lluvia personal a quien se anime a tocarle la nariz.
Pero lo más llamativo es una colección de campanas en la que se destaca una que tiene grabado Titanic 1912 y que fue otorgada al Kruzenshtern antes de que el transatlántico emprendiera su primer y último viaje.