La Ministro de Obras Públicas Gabriela Castillo explicó que la obra está “en un 20% y, de seguir, tampoco se podría pagar”, por lo cual la decisión política es la reformulación, que prevé modificar la traza que impacta sobre reservas arqueológicas. Indicó que no se pidió opinión a Vialidad Nacional, además de no tenerse en cuenta los informes de los técnicos. Estimó que, con las redeterminaciones, la obra costaría 3.800 millones y las prioridades son otras.
Río Grande.- La ministro de Obras Públicas Gabriela Castillo visitó los estudios de Radio Universidad 93.5 y abordó varios temas vinculados con su cartera y con la herencia de una cantidad de obras inconclusas, con certificados impagos y proyectos incompletos. Hay un punto central a resolver que son los fondos para las redeterminaciones, porque “de los fondos de la colocación de bonos hay una parte gastada y hay otra comprometida, en función de una lista de obras que planteó la Legislatura. Hay una ley original con las obras financiadas con los 200 millones de dólares de endeudamiento y después hay una adicional en función de la variación del precio del dólar que planteó la anterior gestión, para que el incremento de dinero en pesos se destinara a otras obras”, repasó.
“Esto nos trae un problema, porque las obras también aumentaron de costo y ahí aparecen las redeterminaciones y tenemos que ver de dónde pagamos las redeterminaciones de las obras que tenemos en marcha”, dijo.
Asimismo, aclaró que “no hay 400 obras” que dejó el gobierno anterior sino que “hoy tenemos 40 entre Obras Públicas, la DPOSS, el IPV, que tienen obras en paralelo. Hay redes de gas que pueden considerarse una obra, redes de cloacas que podrían ser otra obra, pero todas están pensadas en conjunto para poder garantizar los servicios a los vecinos de un barrio. Muchas veces se cuentan las obras por partes o por expediente. Por ejemplo, el Corredor del Beagle serían tres obras, porque son tres tramos. La Laguna Seca serían dos obras, porque la de electricidad es otra. La cuenta tiene que ver con que se pensó por expediente”, explicó del cálculo que había sacado la gestión anterior.
Puntualmente sobre el corredor del Beagle, de los 1.800 millones del contrato original podría llegar a costar 3.800 millones “para hacer 130 kilómetros de ruta de ripio. Si uno hace la redeterminación con los costos al primer momento del endeudamiento, el Corredor del Beagle se llevaba la mitad de los fondos. Es la obra más grande en términos de monto”, expresó.
“Hay una parte donde la ruta está abierta y se hace un ensanchado, y otra parte donde hay apertura de ruta nueva. Hay cinco causas judiciales vinculadas con esta obra. Hemos tenido diálogo con todos los interlocutores que están planteando un reclamo, ya sea los dueños del campo, porque la tierra no se expropió previamente; las distintas ONG por el resguardo ambiental y arqueológico; también tenemos que ver qué opina Vialidad Nacional porque esta obra se hace sobre una ruta de Vialidad Nacional, dado que la ruta J y la ruta K son de Vialidad Nacional”, subrayó.
“La Armada fue la que abrió un tramo sobre la ruta 30, establecida por la costa, pero no va por la costa abajo. Hicieron un tramo casi hasta Estancia Túnel y por el otro lado salieron de Almanza y abrieron un camino interno por dentro del campo de la Armada, que es parte de la traza que está en proceso de ensanchado. La intención de que haya un corredor por la costa viene desde hace mucho tiempo, pero esta obra que se lleva adelante no es el proyecto original ni el proyecto que había hecho Vialidad Nacional, donde se contemplaban algunas condiciones ambientales. Nosotros no estamos en contra del corredor como obra en sí misma, y no es la intención dejar todo parado, ni esta, ni ninguna obra”, aclaró.
“Entendemos que el progreso y la promoción del turismo se debe dar en equilibrio con el mundo natural y el patrimonio arqueológico. Esto es patrimonio de los fueguinos. Es importante tener una ruta que vaya bordeando la costa para ir mirando los distintos paisajes del camino del Beagle, pero si nosotros eliminamos los sitios arqueológicos, nos perdemos la posibilidad de plantear un turismo arqueológico”, advirtió Castillo.
Lo cierto es que el avance es escaso y “está al 20%, según el tramo. En el tramo 3 hay una certificación del 6% y no se avanzó más. Tenemos el tramo 1, que va de Ushuaia a Almanza; el 2, de Almanza a Moat; y el 3 de Moat a San Pío, que es todo camino que habría que abrir sobre una zona de turbera. El tramo está parado por un resguardo ambiental y la decisión es no avanzar. También la decisión es no avanzar más en el tramo 2, porque ya hay una traza abierta. Ya se han ensanchado algunos tramos y tenemos que ver con Vialidad Nacional la reposición de algunos puentes que es necesario mejorar, pero no continuar con esta apertura de terraplenes en el ancho que se está haciendo. Luego, vamos a trabajar en la reconducción del tramo 1, porque la obra tampoco se podría pagar y las cosas hay que decirlas. De dónde sacamos las redeterminaciones”, se preguntó.
“En el tramo 1 y 2 estamos cerca del 20%. El tramo 1 ha llegado hasta los corrales de la Estancia Remolino, empezando de Punta Paraná. Queremos destrabar unos 900 metros de sitios arqueológicos, desplazando la ruta, y hacer una reconducción de traza para poder avanzar con los 10 kilómetros que ya estarían bastante limpios. Se busca desplazar la traza para no pasar por turbales sino por suelo más firme, y no pasar por sitios arqueológicos. Después de eso tenemos que ver cómo reconducimos el resto, porque es una decisión que la ruta no salga a Baliza Escarpados, que es la preocupación de todos los que hacen senderismo. Se va a salir más arriba, uniendo con el camino que abrió la Armada en su momento”, adelantó.
“Este es un trabajo que van a llevar adelante los técnicos, los ingenieros, con la gente de Ambiente y de Arqueología, porque ahora sí la provincia tiene arqueólogos de parte, técnicos ambientales de parte. En la gestión anterior la gente de Ambiente opinó y esa opinión no fue considerada, y hoy son parte del equipo de trabajo”, indicó.
En definitiva, “la obra se va a reconducir en trazas y se va a hacer lo que verdaderamente se pueda pagar. Con las redeterminaciones, hoy estaríamos hablando de una obra de 3.800 millones de pesos, y no tenemos de dónde sacar el resto de la plata, porque la planta de los bonos tenía un destino y una cantidad de fondos. Hay que pagar redeterminaciones de un montón de obras que están contempladas en el endeudamiento”, señaló.