La Confederación de Entidades de Hidrocarburos (CECHA), que integra la mesa “Expendedores Unidos” junto a FECRA, CEGNC, AES, y AOYPF, y representan más de 4.800 estaciones de servicio, le enviaron una carta al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, solicitando un salvataje para el sector. La abrupta baja se dio por la cuarentena y el sector pide apoyo ya que no fue incluido en el Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción.
Buenos Aires.- Los estacioneros señalan que están viviendo una “situación crítica” y que están operando de manera “normal”, porque fueron establecidos como servicio esencial, pero “con caídas de 90% en los ingresos y sin llegar a cubrir los costos operativos”.
“Tenemos un gran sentido de la responsabilidad pero necesitamos un gesto del Gobierno. Es necesario entender que sin las estaciones de servicio los camiones, ambulancias y autos del sistema de salud no podrían cumplir con sus servicios esenciales. Al igual que el resto de las pymes, esto nos pone en una situación crítica, hay muchas estaciones que están en rojo”, sostuvo Gabriel Bornoroni, presidente de CECHA, en la misiva que le enviaron al ministro de Trabajo.
Los estacioneros ya venían sufriendo una merma en las ventas, tanto en los combustibles premium como en los comunes, y el aislamiento los dejó operando casi sin clientes. A esta situación, el sector que estaba negociando con otros eslabones de la cadena petrolera local la posibilidad de hacer una presentación en conjunto en Trabajo, hoy se enteró de que quedaron afuera de la cobertura que brindará el decreto de necesidad y urgencia “Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción” y no podrán acceder a la percepción de seguros de desempleo y reducción de cargas patronales destinados a los sectores más afectados por la restricción de circulación.
En el DNU se observa la exclusión del sector de todo beneficio relacionado con las cargas patronales e impositivas al tratarse de actividades y servicios declarados esenciales y que se encuentran exceptuados del cumplimiento del “aislamiento social, preventivo y obligatorio”. También se excluye del beneficio de postergación de los vencimientos para el pago de las contribuciones patronales al Sistema Integrado Previsional Argentino y de la percepción del Programa REPRO Asistencia por la Emergencia Sanitaria.
“El sector viene manteniendo un esquema de precios congelados desde hace 6 meses, una decisión que apoyamos para colaborar con las medidas económicas del nuevo Gobierno. Hoy, el aislamiento social obligatorio trajo una caída estrepitosa de más del 80% en las ventas. Es como si estuviéramos cerrados pero tenemos que seguir operando”, denunció.
En este contexto, los estacioneros están buscando que desde Trabajo o desde Desarrollo Productivo atiendan los reclamos y se abra una mesa de negociación. “No tenemos ingresos, no podemos pagar nada”, señalaron.
El primero en denunciar la caída en las ventas en medio de la cuarentena fue el CEO de la petrolera privada pero de mayoría accionaria estatal YPF. Daniel González realizó un video casero a los empleados de la compañía que se filtró a las redes sociales.
“La demanda de naftas está 70% debajo de los días anteriores; el gasoil está más cerca del 50%, y el combustible de aviación bajó cerca del 90%”, comunicó el ejecutivo.
Tanto en las naftas como en el JP1 –el combustible de los aviones– la caída se explica en el freno que se estableció en la cuarentena. En el caso del gasoil, como buena parte del transporte de carga, se mantiene para transportar.
El negocio de las naftas ya venía sufriendo una merma en sus ventas, La crisis económica también golpeó a las estaciones de servicio que observaban cómo, a la par que subían los precios en los surtidores, caían las ventas. Durante el año pasado las naftas premium –las más caras del mercado– tuvieron una caída de 14% en las ventas, según datos de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (Cecha).
El informe sectorial mostró que a lo largo de 2019 el consumo de nafta premium bajó un 14,28% en comparación con el año anterior. Mientras tanto, el consumo de diésel cayó un 3,36%. Por el contrario, la nafta súper tuvo un crecimiento de 3,52% y el gasoil un 8,14 por ciento.