Se deteriora el frente fiscal por el confinamiento. En marzo las transferencias a hospitales tuvieron un aumento de $2.000 millones en comparación al mismo lapso de 2020.
Buenos Aires.- Durante la cuarentena, los giros a las provincias se dispararon 222% en términos reales para asistir financieramente a los gobernadores, ante la caída en la recaudación local y para hacer frente a urgencias originadas a partir de la pandemia. Así lo advirtió un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), en el que señala que durante marzo las transferencias discrecionales a los distritos para gastos corrientes sumaron $31.776 millones, por lo que acumularon $61.090 millones desde enero.
Esto se debió principalmente, según detalló la OPC, al aumento del 133% de las transferencias a hospitales, la suba del 77% en los giros a las cajas de jubilaciones provinciales no transferidas a Nación, un alza del 41% en programas de políticas alimentarias y del 24,7% en el Fondo nacional de incentivo docente. «También se registró un incremento significativo en el programa de asistencia financiera a Provincias y Municipios, que pasó de una ejecución nula en marzo de 2019 a $12.315 millones en 2020», puntualizó el informe.
Justamente, este último programa es el pilar en el que se está basa el auxilio que la Nación puso en marcha para los distritos, que tuvo una primera etapa en abril de $120.000 millones, la mitad bajo créditos a tasa subsidiada y capital ajustado por inflación y los restantes $60.000 millones mediante Aportes del Tesoro Nacional (ATN), de los cuáles ya se entregaron $20.000 millones.
Lo cierto es que de acuerdo a la OPC, en marzo las transferencias a hospitales tuvieron un aumento de $2.000 millones en comparación al mismo lapso de 2020. Los principales establecimientos beneficiados fueron el de alta complejidad SAMIC El Calafate con $493 millones, Hospital de Cuenca Alta Néstor Kirchner con $620 millones, Hospital El Cruce de Florencio Varela con $345 millones y el Hospital Garraham con $543 millones.
Con todo, esta partida junto con las prestaciones sociales, que avanzaron un 13,1% real, explicaron el deterioro del resultado fiscal durante en marzo, ya que mientras tanto los ingresos corrientes se contrajeron un 2,8% interanual, aunque si se suman los ingresos de capital el descenso se atenúa a 1,4%. De esta manera, el rojo primario saltó un 175% real en el tercer mes del año, al totalizar $84.024 millones, en tanto el financiero llegó hasta los $135.711 millones, un 25,6% más.
Durante el primer trimestre, el déficit fiscal total sumó $216.624 millones, lo que implica un incremento del 172,5% en términos reales frente al mismo período de 2019.
Todo esto, a pesar de que durante marzo los gastos de capital retrocedieron 19,2% y los intereses, un 33,3%.
El problema es que, por efecto del confinamiento, la actividad económica profundizó la recesión que arrastra desde mediados de 2018, lo cual hizo erosionar la recaudación tributaria tanto del gobierno nacional como de las provincias.