El presidente de la Cámara de Comercio de Río Grande, José Luís Iglesias, consideró “auspiciosa” la posibilidad de reabrir los comercios, aún en horarios reducidos y con limitaciones. Todavía resta resolver algunos rubros, como gimnasios, clubes deportivos y la propia Cámara, que no está dentro de las actividades exceptuadas. Respecto de la asistencia financiera y las herramientas del Gobierno nacional, se están dando “en cuentagotas”.
Río Grande.- El presidente de la Cámara de Comercio de Río Grande, José Luís Iglesias, dialogó con Radio Universidad 93.5 sobre la reapertura de comercios y consideró que “es auspicioso, porque por lo menos da algo de esperanza ante el desastre que significó para nuestra economía y nuestra vida esta pandemia. No figuraba en los cálculos de nadie que tuviéramos que cambiar de vida en dos meses. Nos cambió la parte económica, social, recreativa, de todo tipo”, dijo.
“Pensando en adelante, la reapertura parcial, con sus limitaciones, por lo menos permite poner algunas cosas en su lugar, poder hacer frente a la documentación que teníamos archivada, porque no se podían hacer determinados trámites. Uno nota que hay mucha ansiedad por adecuarse a las normas, hace dos días que estamos con el tema de la cartelería, tratando de hacer entender a comerciantes y público que hay que respetar los protocolos a ultranza, porque esto va a significar que podamos seguir”, remarcó.
“Hay protocolos específicos, porque no todos los rubros son iguales, pero en general se refieren a la apertura del local, la cantidad de gente, las distancias, que el personal sepa cómo atender, cobrar, envolver la mercadería, el uso del barbijo. Nosotros empezamos en marzo a trabajar con eso, sacamos protocolos de otros lados y tratamos de ver el que mejor se adapta. Por ahí no tiene el mismo riesgo una tornería que una tienda que vende ropa. Hay que tener cuidado en la manipulación de las cosas, en el depósito donde se va a buscar la mercadería, en el momento del pago”, observó.
“Están tratando de abrir todos los comercios pero no está fácil. Empezamos una nueva encuesta para hacer un seguimiento y nos interesa saber cuántos abrieron, si les parece bien el horario, si hay algo que se puede reformular. Hay empresas que están haciendo un tratamiento preventivo de crisis, otras que están recibiendo la ATP, por eso queremos saber si el comercio que abrió lo hizo con sus dueños, con una parte o con todos los empleados. En el traslado hubo algunos inconvenientes porque había empleados que solamente tenían recibo de sueldo y la policía les pregunta adónde van a trabajar”, planteó.
En cuanto a la actividad de la Cámara, dijo que “las empleadas están trabajando online y en la comisión directiva nos ayudamos con whatsapp, también hemos realizado reuniones a través de Zoom con los comerciantes para escuchar sus consultas y explicar el protocolo aprobado. Hoy se va a trabajar con el protocolo de las peluqueras y se van a evacuar consultas específicas sobre esta actividad. Los empleados se deben capacitar, porque el dueño del comercio puede conocer el protocolo, pero hay que transmitirlo y ver que se aplique. Es un trabajo arduo, mucho más difícil que antes”, sostuvo.
Se le preguntó en el caso de una tienda de ropa cómo se compra un pantalón si no se puede probar y recomendó ir “a lugares donde haya experiencia y le puedan decir qué talle tienen. Hoy no está permitido probarse ropa ni calzado. El sábado estuvimos comunicados con el presidente de la cámara de indumentaria y se han hecho estudios sobre el tiempo que vive el virus en telas de algodón o en telas sintéticas, y no es todo lo mismo. Para poder pasar una prenda a la venta no debe haber riesgo de transmisión y, si por ejemplo una persona quiere cambiar una prenda por un talle menor, debe permanecer tres días esa prenda en resguardo”.
Herramientas financieras
En cuanto a las herramientas de asistencia del Estado, advirtió que “esto va a ser muy lento, porque no hay un bolsillo tan grande para cubrir todos los agujeros. Para nosotros hay gerencias 0800 y la respuesta viene por teléfono. Somos una ciudad de riesgo y eso limita las posibilidades de conseguir créditos. El gobierno nacional está bajando líneas que son fondos de garantía a los préstamos y cuesta instrumentarlo. Llevamos dos meses cerrados y no es una tarea simple instrumentar estas garantías”.
“Lo principal es parar la pandemia y después empezar a reconstruir todos, repensar la actividad laboral. No hay empleados sin comercios o sin empresas. El empleado podrá recibir una ayuda del Estado, pero no hay rentabilidad del establecimiento comercial. A través de los ATP se ha dado ayuda a las pymes, pero colapsó el sistema de cargas hace una semana y no hay respuestas válidas. Desde la notificación de los que están aprobados a que la plata esté en la caja, hay un 40%. Va bajando por cuentagotas pero siempre es una ayuda, aunque no llega al 50% del salario. Esa ayuda es para los que tuvieron los locales cerrados, y por otro lado hay tratamientos preventivos de crisis, donde la empresa pide reducción de salarios y no pagar los aportes patronales, que es una parte significativa”, indicó.
“Ahora salió una norma que permite cargar en el mes de mayo al que no cobró esa ayuda. Los que recibieron los créditos con tasas al 24% son muy pocos. Hay mucha gente que abrió cuentas en bancos privados porque les daban tarjetas y otros beneficios. No hubo problemas con los que tenían las cuentas en el Banco Tierra del Fuego o el Banco Nación, pero con el resto es más difícil”, aseguró.
Consultado acerca de si tuvo contacto con el gobierno, dijo que “tuvimos un Zoom o dos con respecto a los protocolos y la facturación comercial, en dos semanas seguidas, para ver cómo podíamos solucionar la situación”, pero por el momento se desconoce el proyecto de asistencia financiera que se va a presentar.
Respecto de los que todavía no han podido abrir, mencionó “la cámara de comercio, porque no podemos abrir al no figurar en actividades exceptuadas, pero el resto en general todos están abriendo. Los gimnasios estarían empezando el día 15 y están tratando de sobrevivir, algunos alquilando las máquinas, pero están para el final de la película en todo esto. En la misma situación están todos los clubes donde se daban clases de educación física, que tienen que aguantar los gastos del personal de limpieza, de la luz, el gas y alquileres. Los odontólogos ya están trabajando pero el problema es que no les reditúa el pago de la obra social, porque cobran una cápita muy baja y los elementos de seguridad para atender un paciente son muy caros. Para atender una persona es casi como una cirugía, por el protocolo que tienen que seguir”, concluyó.