El Presidente se reunió con el jefe de gobierno porteño y el mandatario bonaerense para bajar el nivel de confrontación entre ambos y coordinar las próximas acciones. Analizaron un plan de transporte para Ciudad y conurbano para bajar disminuir el ingreso de personas desde la provincia a la Capital. Podrían dar marcha atrás con apertura de comercios porteños pero mantendrían los paseos familiares.
Buenos Aires-. En medio de una fuerte tensión que se registró en los últimos días entre la CABA y la provincia de Buenos Aires por los riesgos de una flexibilización de la cuarentena, el presidente Alberto Fernández recibió al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, para unificar el discurso frente a la extensión del aislamiento que se anunciará este fin de semana por 15 días más y buscó ajustar dos temas centrales: el control de contagios en los barrios vulnerables y la instrumentación de un sistema ordenado en el transporte público del AMBA.
Mientras el Presidente hablaba en la quinta de Olivos con Kicillof y Rodríguez Larreta, desde el Ministerio de Salud se daban a conocer los nuevos datos de contagios donde confirmaron esta tarde 474 casos nuevos de COVID-19 y de esta manera se verificó el día de mayor nivel de infecciones en el país. No sólo esto: se conoció que 178 casos se reportaron en la provincia de Buenos Aires y 257 en la Ciudad de Buenos Aires, lo que abonó la teoría de Kicillof de que una mayor flexibilización de la cuarentena en territorio porteño podría generar focos de contagio en las villas del conurbano.
Desde la Casa Rosada comentaron que en la reunión de Olivos se analizó la evolución de los casos de COVID-19 y la articulación entre el Estado nacional, la CABA y la provincia de Buenos Aires para abordar la problemática en los barrios más vulnerables. Este es un tema que manifestó abiertamente Kicillof en los últimos días como un eje de preocupación fuerte ante la flexibilización de la cuarentena porteña y el riesgo de pasaje de gente al conurbano.
En la reunión de ayer Kicillof dejó en claro que en la nueva fase de cuarentena la provincia de Buenos Aires no flexibilizará el aislamiento hasta tanto no se aplane la curva de contagios. Esta es una clara posición de diferenciación de la administración porteña pese a que en el entorno del gobernador bonaerense aseguran que no hay malestar con Rodríguez Larreta y que hablan todos los días por teléfono.
Se acordó reforzar los controles de contagio en las villas en los operativos ‘Detectar’ puerta por puerta que se están realizando tanto en el conurbano como en la CABA con aporte de funcionarios del Ministerio de Salud de la Nación. El ministro de Salud, Ginés Gonzáñez García, ya reiteró en varias oportunidades que los barrios populares son los lugares de mayor riesgo de que se dispare el pico de COVID-19 por la mayor concentración de gente y hacinamiento.
“El Presidente ofreció la ayuda del Gobierno para que sea más rápido y mejor el trabajo en los barrios populares con el testeo de casos y el tratamiento de los contagiados de coronavirus”, dijo un funcionario de la Casa Rosada.
En la reunión que lideró Alberto Fernández con Kicillof y Rodríguez Larreta estaba el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; la vice ministra de Salud, Carla Vizzotti y el ministro de Transporte, Mario Meoni. La presencia de este último funcionario no fue casual. Es que la preocupación mayor del Gobierno en la quinta fase de cuarentena, donde se contempla flexibilizar algunos rubros más de la economía, es evitar el contagio en el transporte público del AMBA. Es que por las diferentes líneas de ferrocarriles y colectivos del área metropolitana circulan en días normales más de cuatro millones de personas que van o vienen de CABA al conurbano bonaerense. Por eso estuvieron también los ministros de la Ciudad, Juan José Méndez, y de la provincia, Alejo Supply.
La idea del Gobierno es que en la nueva etapa de cuarentena en el AMBA haya un esquema de turnos y un mayor ordenamiento de los pasajeros del transporte público. Se mantendrá el plan que rige hasta ahora que sólo puedan subir a los trenes o colectivos aquellas personas que tienen permisos de circulación por tratarse de actividades esenciales. De esta manera, aquellas empresas o rubros a las que se les habilite en adelante la apertura de sus comercios o fábricas deberán cubrir el transporte de los empleados por su cuenta.
Está claro que la intención del Presidente fue dar una imagen de unidad y bajar los decibeles de la puja CABA-provincia de Buenos Aires ante la inminente definición de la nueva etapa de la cuarentena que seguiría hasta el 8 de junio.
Por otra parte, se supo que en la reunión en Olivos se mencionó la posibilidad de dar marcha atrás en la flexibilización de la cuarentena ante un pico de contagios. En este sentido, se habló del caso de Córdoba donde el gobernador Juan Schairetti detectó en su distrito un aumento de casos y volvió a restringir los mecanismos de aislamiento social.
El Presidente viajará hoy mañana a Santiago del Estero para reunirse con el gobernador Gerardo Zamora y reforzar el mensaje de la nueva fase de cuarentena que se anunciará el fin de semana.