En los primeros 10 días de junio, el BCRA pisó el freno de la maquinita y absorbió a través de las Leliq. La base monetaria permanece por debajo de los niveles de principios de la cuarentena: al primer impulso de emisión por el canal bancario, en marzo, le siguió un volantazo, con impresión de billetes para financiar al Tesoro en su plan anticuarentena, pero con una importante esterilización vía bancos que hace crecer nuevamente al stock de pasivos remunerados. Por eso, el m2, que mide el efectivo y el dinero en cuentas transaccionales y deja afuera a los encajes, creció 24,6% real en lo que va del año.
Buenos Aires.- En los primeros 10 días del mes, el BCRA absorbió $323.104 millones a través de las Leliq. Por ahora la tasa de interés a la que se va inflando esa bola de nieve es bastante menor a la del año pasado: 38%. Con todo, los pasivos no remunerados, sumando Leliq y Pases, totalizan $2,3 billones. Algo más que los $2,1 billones de la base monetaria (la BM era $2,2 millones al principio de la cuarentena).
Es decir, el BCRA viene emitiendo para financiar al Tesoro, que con esos pesos paga sueldos estatales y privados (el 50% vía ATP) y realiza transferencias y pagos de jubilaciones, pensiones y asignaciones, entre otros gastos para sostener a la oferta y los ingresos durante la cuarentena. Esos pesos llegan a los bolsillos y a las cuentas bancarias de los hogares, que por ahora no están gastando demasiado, ni en bienes ni en dólares, por el cepo y el aislamiento. Por eso en estos meses el m2 creció en forma récord, si se mide desde el 2001-02, tal como destacó el director socio de Consultora Ledesma, Gabriel Caamaño Gómez. El riesgo es que en determinado momento el gasto de pesos empiece a acelerarse y vaya a dólares paralelos.
Ahí es dónde entra a jugar la suba de la tasa de interés de los plazos fijos ordenada por el BCRA, que por normativa debe ser del 70% de la de las Leliq. Es decir, una tasa efectiva anual de 30,1%. En la medida en que esa tasa sea considerada como positiva por los hogares, menos riesgo de que los pesos, hoy estacionados, mañana se vayan al dólar. Para el BCRA, esa remuneración mensual del 2,5% es positiva, ya que la compara con un IPC de mayo de 1,5%. Para la expectativa inflacionaria de 42,5% del REM, o la de 47,4% de la UTDT para los próximos 12 meses, es negativa. La pregunta es si, ante la duda, los hogares van a decidir irse a dólares o se quedarán en pesos.
Caamaño Gómez explicó: «El m2 crece de la mano de la emisión para financiar el déficit. También los créditos para capital de trabajo y para monotributistas y autónomos traccionan esa suba. El m2 no toma en cuenta las posiciones en encajes, ni pasivos remunerados ni el dinero que tienen los bancos en la cuenta corriente del BCRA. Lo que va a pasar cuando se empiecen a mover esos pesos del m2 es que no se va a poder esterilizar todo de una, porque es mucho y además va a ser necesario seguir emitiendo. Hay que generar un anclaje genuino de expectativas, que se recupere la demanda de pesos con actividad, y esterilizar una parte. Todo eso requiere tasas reales positivas. Si hoy realmente es positiva, ¿por qué el BCRA endurece el cepo?»
El economista Sergio Chouza sostuvo: «Hay una postura activa del BCRA para absorber con pasivos remunerados y eso está manteniendo a raya a la base monetaria. Buena parte de los pesos que fueron a atender la crisis por el Coronavirus se fueron a depósitos. Ahí es importante dar señales para fomentar el ahorro en pesos, subiendo la tasa de la interés, atándola a las Leliq. Ya se asoma de a poco una tasa que comienza a parecer positiva. Mientras no haya un descontrol, no me parece que haya que preocuparse en demasía por la suba del m2».