Patricia Zapata, la madre de Marianela Rago, la joven riograndense, estudiante de periodismo asesinada hace 10 años en el barrio porteño de Balvanera, aseguró que si bien ella siempre creyó que Francisco Amador fue el autor del crimen, espera que “en el juicio surja la verdad” y no quiere que se lo condene sin pruebas.
Río Grande.- Desde la ciudad entrerriana de Federación, donde vive actualmente, Patricia Zapata, mamá de Marianela Rago Zapata, hizo una evaluación de los diez años que el caso lleva sin una resolución y de lo que espera que suceda en un juicio oral que aún no tiene fecha de inicio.
“A mí no me parece tanto tiempo, la pérdida de Marian la vivo todos los días. Son 10 años pero veo las fotos y sus cosas y todavía no puedo creer que no vuelva, que ya no esté”, afirmó.
“Estoy esperando la fecha de juicio y que ahí surja la verdad. Yo sé que las pruebas que hay no son contundentes, pero yo sigo convencida de que fue Amador”, sostuvo la madre de la víctima.
No obstante, Zapata reconoció que más allá de que como madre sienta en su “corazón” que el ex novio de su hija fue el asesino, ella puede “estar equivocada” y que no quiere una condena sin evidencias.
“La Justicia tiene que ser justa y cuando alguien encarcela a alguien es porque tiene todas las armas para decir que fue él. Si no las tenemos, tampoco quiero que vaya preso, ¿para qué?, si no, no está la verdad”, afirmó.
Sobre la posibilidad de un autor aún no identificado, Zapata dijo: “Yo no puedo creer que haya sido alguien al que Marian le abrió la puerta, que estuvieron charlando y que ni yo ni nadie de las amistades de mi hija pueda conocerlo. Y que la mató, se fue y nunca nadie supo más nada”.
“Yo me vine a vivir a Federación, Entre Ríos, para encontrar un poco de paz. Pero no es fácil, tengo mucha tristeza. Sigo en la lucha y en el juicio se verá qué es lo que pasa. Mi hija no vuelve más y todo lo que era ella ya no está”, concluyó.
Francisco Amador irá a juicio acusado del delito de “homicidio simple”
Marianela Rago Zapata fue degollada y encontrada con 23 puñaladas en diferentes partes de su cuerpo, en el barrio porteño de Balvanera, en el año 2010. Francisco Amador, irá a juicio pese a que a lo largo de la investigación fue sobreseído cinco veces. Se lo acusa del delito de “homicidio simple” -con pena de 8 a 25 años de prisión-, ya que la figura del “femicidio” recién se incorporó al Código Penal a partir de 2013.
Fuentes judiciales informaron a Télam que el debate que tendrá como acusado a Amador (33) se realizará ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 29, integrado por los jueces Rodolfo Goerner, Juan María Ramos Padilla y María Cecilia Maiza.
Este año el TOC 29 debía proveer la prueba propuesta por las partes y fijar una fecha de debate, pero todo quedó demorado a raíz de la parálisis judicial por la pandemia del coronavirus.
Amador llegará al juicio acusado de «homicidio simple» -con pena de 8 a 25 años de prisión-, ya que la figura del «femicidio» recién se incorporó al Código Penal a partir de 2013.
La acusación estará a cargo del fiscal general Sandro Abraldes -uno de los que en 2015 logró la prisión perpetua del portero Jorge Mangeri por el femicidio de Ángeles Rawson-, quien ya actuó en la causa en las apelaciones ante la Cámara de Crimen.
En base a prueba indiciaria y antecedentes de violencia y maltrato que hubo en la pareja, Abraldes intentará llegar a una condena y defender en el juicio la convicción que siempre tuvo la fiscal de instrucción de la causa, Marcela Sánchez, respecto a que Amador fue el asesino.
La madre de Marianela, Patricia Zapata, estará representada como querellante por la abogada Verónica Cicchi, mientras que el acusado Amador será defendido por el abogado Luis Ricca.
El crimen
Marianela Rago Zapata (19) era de la localidad fueguina de Río Grande, pero estaba en Buenos Aires estudiando periodismo en el ETER cuando el 27 de junio de 2010 no asistió a una juntada con sus amigos para ver el partido que la selección Argentina le ganó 3 a 1 a México por los octavos de final en el Mundial de Sudáfrica 2010.
Todos se preocuparon porque Marianela no contestaba mensajes ni atendía llamados y así fue como el 28 de junio por la noche, su hermano la halló asesinada en el living del departamento 7° «A» que alquilaba en la calle Tucumán 2080.
Según la autopsia, Marianela murió degollada y quien la asesinó le aplicó 23 puñaladas con una cuchilla que desapareció del cajón de la cocina de la casa.
El asesino también se llevó un juego de llaves, dos teléfonos celulares, una notebook, un reproductor de MP3, otro de DVD y una cámara de fotos.
La madrugada del domingo 27, Marianela había organizado en su casa una «previa» a la que sus amigos del sur fueron a jugar a las cartas antes de ir al boliche «El Bárvaro», de Cabrera y Anchorena, Palermo, donde la vieron por última vez a las 8.
Su ex novio, Amador, un técnico informático también oriundo de Tierra del Fuego, se transformó de inmediato en sospechoso cuando el círculo de amistades y allegados de la víctima contó una serie de episodios de maltrato del pasado.
Incluso, en el mismo momento en el que Matías Rago hallaba a su hermana asesinada en el departamento de Balvanera, Amador tocaba portero eléctrico en la puerta del edificio al que también había ido, según dijo, preocupado por su ex.
Amador fue detenido, le allanaron la casa, le secuestraron ropas y se declaró inocente.
En su indagatoria, reconoció que el 24 de junio pasó la noche junto a Marianela en el departamento de la calle Tucumán, ya que a veces se seguían frecuentando, pero que la madrugada del 27 junio de ese año había salido con una chica a la que pasó a buscar por Palermo y llevó hasta su casa en Caballito, coartada ratificada por testigos y que le permitió ser liberado en pocos días.
La investigación
Entre 2013 y 2018, la jueza de instrucción de la causa, Karina Zucconi, sobreseyó a Amador en cinco oportunidades al creer que no había pruebas para incriminarlo y que en el departamento de la víctima se hallaron rastros del posible asesino -algunos ADN, una huella en una lata de gaseosa y una pisada-, que fueron cotejados con él y otros sospechosos, y en todos los casos el resultado fue negativo.
Pero la fiscal Sánchez apeló una y otra vez y finalmente el 23 de octubre de 2018, la Sala VI de la Cámara del Crimen procesó a Amador en forma directa en base a una nueva data de muerte, al pasado violento del acusado y a lesiones que presentaba y podrían haber sido producidas por la víctima en su defensa.
Siempre se creyó que Marianela había sido asesinada durante la mañana del 27 de junio de 2010, cuando regresó del boliche, pero una Junta Médica modificó la data de muerte y estableció el horario del crimen entre las 19.10 de ese domingo y las 7.10 del día siguiente, cuando por la noche fue hallada asesinada.
Si bien el acusado siempre tuvo coartada para la madrugada y la mañana del día 27, los camaristas que lo procesaron sostuvieron en su fallo que «se desconoce de manera certera qué hizo y dónde estaba Amador en la franja horaria del día en el que aconteció el evento, lapso en el cual su celular dejó de tener actividad».
También remarcaron que en la casa de Amador se hallaron recién lavados una remera y un pantalón de corderoy con una pequeña mancha de sangre en un bolsillo -cuyo análisis no arrojó resultados por lo escaso de la muestra y la mala preservación de la prueba-, y que se le secuestraron dos cuchillos que podrían ser compatibles con el arma homicida.
Como posible móvil, la Sala VI indicó que el propio Amador «reconoció que antes de romper su relación amorosa tenían discusiones fuertes, sobre todo en el último mes» y que en su último encuentro con la víctima -tres días antes del crimen-, Marianela «le contó que salía con otra persona».
Las cinco evidencias que podrían ser del asesino y nunca fueron identificadas
Al menos cinco evidencias del posible autor del crimen de Marianela Rago Zapata fueron halladas en la escena del crimen pero al ser comparadas con el imputado Francisco Amador y con otros sospechosos, siempre se obtuvo un resultado negativo.
– ADN masculino en una colilla de cigarrillo: está identificada en la causa como «1C» y no coincide con el perfil genético de ninguno de los amigos de Marianela que estuvieron en la «previa» en su casa.
– ADN masculino en un porro de marihuana: fue levantado en el piso del departamento. Tenía un perfil mezcla femenino de Marianela y de un NN masculino. Los amigos que estuvieron en la casa aclararon que fumaron marihuana pero en una pipa de madera que quedó sobre la mesa del living porque no tenían papel para armar. Para los investigadores pudo haber sido compartido por la víctima y su asesino, antes del crimen.
– Una huella dactilar en una lata de gaseosa «Paso de los Toros» sabor pomelo: los peritos encontraron en el departamento y la impronta dactilar no coincide con la de ninguno de los sospechosos ni las personas conocidas que estuvieron en la casa de Marianela. Los testigos también dijeron que nadie bebió esa lata de gaseosa durante la «previa».
– Una pisada de un zapato de trabajo: los físicos del Instituto Balseiro, de Bariloche, la descubrieron en un trozo de la alfombra del living en la escena del crimen.
Se trata de una pisada de una suela antideslizante correspondiente a un calzado de trabajo o una bota de goma y de acuerdo a la pericia sería de cuando la sangre aún estaba fresca.
– Una remera con manchas de sangre: es verde, talle XXL y marca Soho. El laboratorio no pudo obtener un perfil genético cotejable.
– Otro misterio no develado es cómo llegó a un colectivo de la línea 132 el chip de uno de los celulares robados por el asesino a Marianela. Esa línea fue reactivada en otro celular, perteneciente a un empleado de limpieza de los colectivos. Dijo que lo había encontrado tirado en el piso de uno de los micros y recuperó la libertad.