El ex Gobernador Juan Carlos Arcando compartió esta salutación a los infantes de marina: “Hoy celebramos el 73° Aniversario del Batallón de Infantería de Marina N° 5 Escuela (BIM5)”, dijo.
Río Grande.- “Les hablo como un camarada más de arma, porque pertenecí a está gloriosa Armada Argentina por más de nueve años”, expresó el ex gobernador Juan Carlos Arcando.
“La emoción que sentí hoy, fue muy grande. Llevo la fuerza en mi corazón, gracias a ella soy lo que soy. Todos los objetivos que logré, se los debo a ella”.
“Yo era marino y ustedes eran infantes de marina, los dos llevamos la patria en el corazón, por eso cantamos orgullosamente nuestra marcha. Hay 16 hombres de este batallón que están custodiando nuestras Islas Malvinas. Estoy convencido, que más temprano que tarde lograremos recuperarlas, no de la misma manera, será la vía diplomática la que nos dará la razón”.
“Insto a mantener viva la memoria de los 649 héroes que quedaron en suelo malvinense y en las aguas frías del Atlántico. Debemos seguir levantando la llama y la voz de Malvinas en cada rincón del país. Que cada argentino entienda lo que esto significa para nosotros los Fueguinos: Las Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”..
“Fue un día de muchas emociones; de reencuentro con algunos, pero quiero agradecer a todos los que vinieron de distintos puntos del país para celebrar este aniversario del Batallón. Les doy Un Fuerte Abrazo de lo más profundo de mi corazón”.
Reseña histórica:
Al momento de trasladarse el BIM5 Esc. a los cuarteles de Río Grande, cerca de novecientos efectivos irrumpieron en la vida de una pequeña comunidad, conformada por unas 2.240 personas, en su mayoría de origen chileno y con un fuerte relicto europeo perteneciente a la primera corriente de colonización.
La llegada de esta unidad de combate a un pueblo chico y desmadrado, significó la presencia soberana del pabellón nacional portado con espíritu patriótico por los hombres de la Armada. Pero lo que motivó aún más la estrecha relación que se estableció entre civiles y militares, fue la integración efectiva de ambos componentes de la sociedad ante una causa común basada en: lo inhóspito del clima, el aislamiento geográfico y la distancia que la separaba de los grandes centros urbanos.
El BIM Nº 5 fue todo o casi todo, en la vida de aquellos lugareños. Reforzó sustancialmente, con sus profesionales médicos, la precaria asistencia sanitaria que en aquel momento ofrecía el Ministerio de Salud Pública, que brindaba además atención odontológica, sala de rayos y laboratorio bioquímico, cuando se los requería.
Asistió a la comunidad en sus necesidades más elementales, como la provisión de agua potable, leña y energía eléctrica, cuando los distintos servicios de distribución domiciliaria aún no se habían concretado. Obviamente, el comercio local no poseía la envergadura suficiente como para abastecer a un cliente que representaba el 50% de la población establecida. Por lo tanto, el BIM5 tuvo que encarar la producción de alimentos para el personal y sus familias. Así tomaron cuerpo el invernáculo, la granja, el tambo y la panadería, cuyos excedentes se distribuían en el pueblo a modo de promoción asistencial.
Hasta tanto se creó el cuerpo de Bomberos (1962), esta unidad naval fue la que concurrió, con sus hombres y medios propios, a combatir los frecuentes incendios que se producían ante el delicado equilibrio que surgía de la contraposición entre la arquitectura típica de madera y las abundantes fuentes de calor que se necesitaban para contrarrestar el frío imperante en la región.
Por otro lado, el Plan de Acción Comunal formaba parte del compromiso del personal militar para con la sociedad civil. Éste implicaba su colaboración activa en obras de ingeniería vial, limpieza de terreno, trazado de calles y caminos, tareas municipales, entre otras.