El ingeniero Javier Valdez participó del proyecto del tendido de fibra óptica y aseguró que falta poco para que se ponga en funcionamiento, si bien todavía no hay contacto con el gobierno para continuar con la obra. Con la pandemia se incrementó exponencialmente la demanda, y la capacidad de ancho de banda de los privados, no alcanza para brindar un servicio satisfactorio. Espera que se puedan definir las inversiones necesarias para la puesta en marcha.
Río Grande.- El ingeniero Javier Valdez dialogó con Radio Universidad 93.5, como parte integrante del proyecto del tendido de fibra óptica, actualmente paralizado. Aseguró que falta muy poco para ponerlo en marcha, pero se requiere definir las inversiones en equipamiento.
Valdez participó además de la extensión de la fibra óptica por el Estrecho de Magallanes. “Tuve la suerte de participar en el proyecto activamente. Se ejecutó un hito muy importante no sólo para el país sino para la isla, porque la idea era conectar a los isleños al mundo y contar con servicios de gran capacidad. El cruce del Estrecho, con la instalación del cable submarino, es de una longitud de 40 kilómetros aproximadamente, con una profundidad que oscila entre 80 y 100 metros. El proyecto de ARSAT implico que el cable llegara hasta Pampa del Rincón, que es un punto cercano a la estancia Cullen”, explicó.
Luego fue convocado para el proyecto de extensión de casi 400 kilómetros de fibra óptica en la provincia. “Los puntos extremos son al norte de estancia Cullen y al sur, la ciudad de Ushuaia. La etapa 1 está prácticamente terminada. La obra civil de la instalación del cable, dándole continuidad de extremo a extremo, ya está finalizada. Estaría faltando solamente un pequeño porcentaje, que es la provisión y puesta en marcha del equipamiento, para que los isleños cuenten con un gran ancho de banda. El tendido de la red y la instalación del cable está finalizado. Realmente poner en marcha esta red de 400 kilómetros de cable de fibra óptica implica un gran ancho de banda para la provincia, los usuarios, los comercios, las industrias, la educación, la medicina, y un montón de servicios que demandan ancho de banda”, señaló.
“Los operadores locales de la isla se ven limitados justamente por la incapacidad de poder salir de la isla, ya que los privados que venden Internet como mayoristas a la isla no tienen capacidad. Se crea un cuello de botella tremendo, porque no se puede entregar más ancho de banda, dado que el privado no hace las inversiones que deben hacer”, dijo.
A modo de comparación, Telefónica tiene 40 gigabites y el proyecto provincial prevé 100 gigabites inicial. “La capacidad del privado es limitada y no puede brindar más ancho de banda a nadie, ni a ellos mismos, porque el equipamiento está al máximo de su capacidad. La capacidad estaba prevista para una condición normal y hoy con un tema tan importante como la pandemia, nos toca trabajar en nuestros domicilios usando Internet, con los chicos en casa. Hay muchas cosas que empezamos a hacer y eso hizo que el uso de ancho de banda disponible se dispare exponencialmente. Se incrementó el uso y, al estar la capacidad al máximo, tenemos dificultades con la conexión a Internet”, planteó.
“Falta un porcentaje muy chico para que esta red se ponga en servicio y empiece a permitir que los isleños tengan la capacidad que necesitan. Realmente falta muy poco”, remarcó, con la expectativa de poder continuar con la obra.
“En Chile conectaron Puerto Williams hasta Puerto Montt a través del mar, con un cable submarino muy importante, y son casi 4 mil kilómetros de red que se instaló en el Pacífico”, observó, sobre una obra que se realizó en apenas dos años.
Consultado sobre las cámaras que se han instalado a lo largo de la ruta, dijo que “están destinadas al mantenimiento de la red. Ahí se accede solamente para una tarea de mantenimiento, para el reemplazo de algún tramo de cable o del tritubo que se instaló inicialmente, si hubiera alguna contingencia”.
La etapa 2 es la provisión de equipamiento y la puesta en servicio, y “con esto el proyecto estaría finalizado y funcionando para cursar información a través de esta red de gran capacidad. La red no tiene una limitación en la transmisión, lo que limita la capacidad de transporte son los equipos o la electrónica que se instale en el proyecto. Esta red tiene fibras ópticas como para hacer 24 sistemas de transmisión, si quisiera. Para que eso ocurra hay que prever la electrónica necesaria”, indicó.
“La licitación lo que requería eran cinco estaciones, con diez equipamientos. La capacidad inicial de esta licitación fueron unos 100 gigabites inicialmente, que permite funcionar tranquilamente y tener previsto que la capacidad se pueda incrementar. El proyecto está dimensionado para que pueda crecer a futuro. Ese crecimiento va a depender de la electrónica que se agregue”, apuntó.
Establecimientos rurales
Respecto de la extensión de la fibra a la zona rural, aclaró que “la licitación no habla de conectar puntos en el área rural. Esto se podría hacer porque la red lo permite, pero no está requerido en la licitación. Tranquilamente se pueden hacer algunos arreglos en el diseño para poder conectar otros puntos que demanden servicios”, aseveró.
Vasta experiencia
El ingeniero Valdez también participó “en distintos proyectos en sistemas submarinos. Hay otros proyectos que están en danza, pero por supuesto estoy disponible para continuar el proyecto de la isla. Tuve la oportunidad de trabajar con algunos colegas de la CONAE en Tolhuin para la estación terrena, y también participé con la gente del INVAP en Río Grande para la instalación del radar meteorológico”.
“Por el momento no hubo una aproximación con el gobierno. Espero que el proyecto tenga continuidad, para resolver la incapacidad de entregar los servicios correctamente. Esto requiere de una inversión y es ahí donde hay que resolver”, concluyó.