Por las restricciones que impuso la pandemia a la circulación terrestre, la actividad portuaria ha sufrido un impulso y está ingresando un buque portacontenedores una vez por semana. El director provincial de Puertos, Roberto Murcia, destacó que además hubo adecuaciones de infraestructura y logística no sólo en Ushuaia sino en los puertos patagónicos, y aspira a que esta tendencia, que abarata costos, se mantenga y profundice. También podría acelerar las gestiones para la instalación de una terminal portuaria en la zona norte.
Río Grande.- El presidente de la Dirección Provincial de Puertos, Roberto Murcia, planteó un giro que se está dando en la actividad portuaria a partir de la pandemia y las restricciones al transporte terrestre, que logró acelerar definiciones respecto de la regularidad con que deben llegar los buques portacontenedores, para que la vía marítima realmente pueda ser una opción.
En las condiciones anteriores, con un buque cada 15 ó 20 días “no se podía competir con el camión”, dijo, pero ahora el escenario es otro y la pandemia también impuso cambios en materia de infraestructura y logística. La gran expectativa es que en este marco se terminen de cerrar las negociaciones para instalar una terminal portuaria en la zona norte.
Por FM La Isla, fue consultado sobre lo que se espera para la temporada alta, con la llegada de cruceros, y hasta ahora sigue la incertidumbre: “Es un año totalmente atípico y, si bien no hemos tenido confirmación de la suspensión de recaladas por parte de los buques, hay varias comunicaciones donde nos informan que están a la espera del inicio de la temporada, viendo qué resolución toma la Argentina respecto de la reapertura de sus fronteras”, dijo.
“Todo lo que es movimiento turístico, en particular el antártico, que tiene asiento en el puerto de Ushuaia, está previsto para noviembre o diciembre de este año. En cuanto a la pesca, hemos tenido actividad en el muelle pero muy retrasada en comparación con otros años. Hay que recordar que están haciendo cambio de tripulación con aislamiento preventivo de 14 días en cada uno de esos cambios. Eso ha demorado toda la operación de las navieras”, manifestó.
“El viernes embarcó una tripulación que estuvo 14 días en aislamiento y recibimos otra tripulación que comenzó los 14 días de aislamiento, pero hay algo atípico que está ocurriendo con respecto a la carga, porque se ha incrementado el movimiento de buques porta contenedores, y está viniendo un buque por semana”, dijo como aspecto positivo, dentro de todos los perjuicios que causó la pandemia.
“La razón es el COVID y las restricciones para el transporte terrestre. Esto ha incrementado el movimiento de carga por vía marítima. Esta carga es nacional e internacional. Ahora toda la carga internacional va al puerto de Buenos Aires y desde ahí se distribuye a cada una de las provincias patagónicas”, explicó.
“Hay cambios que ha producido el COVID que seguramente van a permanecer”, estimó sobre este impulso a la opción de traslado de carga por vía marítima. “Ni hablar del manejo de las instalaciones portuarias del punto de vista sanitario. Esto ha dejado una huella muy importante, incluso tuvimos el caso de un pesquero que vino con toda la tripulación positiva en COVID y todo ese pesquero está dado de alta sanitariamente. La gente ha vuelto a sus lugares de residencia, el buque fue desinfectado, se hizo la manipulación de toda la basura, y trabajamos sobre la carga que traía el buque”, indicó.
“Indiscutiblemente hubo cambios en el sistema sanitario pero también ha vuelto el transporte multimodal, se empezó a mover mucho más la carga vía marítima. En este momento hay muchas restricciones pero no se puede comparar con el transporte terrestre, porque cada barco porta contenedores es como si se movieran 400 camiones”, comparó.
En condiciones de competir
Murcia planteó que “lo que no se había logrado hasta ahora era la regularidad de la línea marítima, porque la regularidad era cada 15 ó 20 días, y en ese período de tiempo no se podía competir con el camión. Ahora se ha hecho más regular, y estaríamos en condiciones de empezar a competir con el transporte terrestre”, afirmó.
“También los puertos están cambiando la infraestructura logística, estamos teniendo mayor comunicación con los puertos patagónicos y la provincia de Buenos Aires para que nuestras cargas se manejen mucho más rápido, y la permanencia en los puertos sea menor. Justamente ahora por las restricciones que tenemos en Río Grande, estamos propiciando que el contenedor que llega a Ushuaia vaya rápidamente para la zona norte y no se pierda tiempo en diferentes movimientos logísticos locales. Esto significa un costo menor a quien trae su mercadería y que mínimamente se cumpla con el período que había acordado con la naviera”, dijo.
Un impulso al puerto de Río Grande
Como coletazo de esta vía marítima forzada por las restricciones terrestres, la coyuntura podría dar impulso a la instalación del puerto en la zona norte. “El tema está en agenda del gobernador de forma permanente cada vez que habla con los ministros del Poder Ejecutivo Nacional. Yo he tenido videoconferencias acompañando al gobernador con el Ministro de Transporte de la Nación, se le ha explicado la necesidad de contar con una terminal portuaria en la zona norte, e inclusive cuando el ministro Meoni hace el anuncio del cruce por aguas argentinas, que es un proyecto en el que está nuevamente trabajando la nación, la provincia solicitó que en esta terminal marítima se construya una terminal portuaria para recibir contenedores”, recordó.
“Nosotros lo tenemos permanentemente en agenda, porque consideramos que es muy importante por el movimiento de carga que hay entre Ushuaia y Río Grande, que se debería hacer directamente en la parte norte de la provincia y esto está más que claro”, subrayó.
Reconoció que conseguir el financiamiento no es sencillo, pero “ha habido una apertura de financiamientos de empresas del exterior, es decir que no está cerrado el tema a lo que pueda aportar la parte pública. El modelo argentino para este tipo de obras han sido los consorcios de gestión portuaria. En el momento en que se privatizó lo que era AGP Sociedad del Estado –Administración General de Puertos-, tenía todos los puertos del país bajo su órbita. Cuando el gobierno nacional decide el traspaso a las provincias, casi todas pasaron a un sistema de gestión público-privada de sus puertos. Tierra del Fuego es una excepción pero hay consorcios que han trabajado y trabajan perfectamente. Un ejemplo es Quequén, Bahía Blanca, en el Litoral casi todos los puertos son de gestión público-privada y trabajan coordinadamente ambos sectores”, destacó.
A ese modelo se apunta para la terminal de zona norte: “Nosotros seguimos teniendo reuniones y han visitado diferentes organizaciones a la provincia. Nos hemos juntado y les hemos propuesto estas alternativas. Habíamos empezado con un trabajo de promoción de este tema, nos agarró la pandemia en plena finalización de la temporada, que nos llevó a aplicar protocolos muy estrictos, porque hemos tenido buque haciendo aislamiento en Moat, en la misma rada de Ushuaia; hubo un movimiento de aviones charter para sacar los pasajeros de los cruceros. Realmente con toda esta gran actividad, lo demás fue quedando un poco más relegado”, sostuvo.
“En el caso del cruce por aguas argentinas, por los datos que hemos recabado de Nación, la propuesta es de un sector privado. Cuando vino la misión comercial rusa a visitar la provincia tuvimos un buen diálogo con empresarios, que manifestaron la buena voluntad y predisposición para charlar y estuvieron interesados. Luego surgió todo este caos de la pandemia que frenó todo. Ahora estamos terminando de controlarla y estas cosas están en agenda permanente. Seguimos planteando con el sector privado qué cosas podemos hacer juntos para mejorar”, concluyó.