El subsecretario de Producción del gobierno provincial y ex ministro de Agricultura de la gestión Bertone, Emiliano Olmedo, dialogó con Radio Universidad 93.5 sobre la tarea que viene desarrollando para apuntalar la producción agropecuaria y concretar el laboratorio de genética. “En esta temporada que recién iniciamos estamos trabajando en campos privados, la provincia todavía no tiene un área propia donde realizar las actividades pero hay una expectativa de tener un campo propio”, anunció Olmedo.
Río Grande.- El subsecretario de Producción del Gobierno provincial y ex ministro de Agricultura de la gestión Bertone, Emiliano Olmedo, dialogó con Radio Universidad 93.5sobre la tarea que viene desarrollando para apuntalar la producción agropecuaria y concretar el laboratorio de genética.
“Hemos tenido que repensar las actividades que teníamos previstas desde el inicio para ajustarse a una nueva realidad y trabajar en un contexto complejo para la producción, porque la cuarentena y el tránsito es complejo, pero lo primordial es cuidar la salud”, expresó.
Soberanía alimentaria
La producción de alimentos para consumo de los fueguinos es uno de los objetivos: “Con esta nueva gestión la intención del gobierno de la provincia fue reducir la estructura política y absorber varias áreas. Se conformó un Ministerio que en términos de producción abarca a todos los sectores, y además incluye la mirada del ambiente. Se trata de sostener un equilibrio entre lo ambiental y lo productivo. Sonia Castiglione está liderando este equipo y siempre nos pide que trabajemos de esa manera”, señaló.
Recordó “el trabajo importante que se realizó en Río Grande con las huertas, con una producción de más de 30 toneladas de lechuga. En su momento las huertas urbanas llegaron a producir más del 33% de una especie particular de lechuga, y fue muy exitoso ese programa. Arrancó con muy pocos y terminó con más de 80 pequeños productores que hoy continúan. Desde el Ministerio y la Secretaría de Desarrollo Productivo y Pymes, a la que pertenezco, se está mirando el rubro de alimentos como algo para apoyar, por cuestiones estratégicas, de soberanía alimentaria, porque entendemos que es importante dinamizar la economía. Hay varias actividades vinculadas, como el cultivo de la papa, la producción porcina y las actividades tradicionales como la ovina o la bovina, que se pretenden fortalecer”, indicó.
“Esta semana arrancamos con la temporada de siembra del plan forrajero, y pretendemos que sea un impulso a todas las producciones cárnicas que se generen en la provincia, con énfasis en las especies tradicionales. El plan es la continuidad de una idea que nació por 2014, y se empezó a gestar en la gestión de la ex gobernadora Ríos. Llegaron fondos que se pudieron invertir en la gestión de Bertone. Ahora entendimos que era necesario re-lanzarlo, con mayor claridad de objetivos, con planificación técnica y colaboración con los productores, para hacer una gestión conjunta en serio, no desde los papeles. En esto interviene desde la presidente actual del INTA y el director regional y las autoridades locales, que están involucrados, con mucha presencia, con objetivos claros para que sea una herramienta que permita desarrollar la base de la ganadería de la provincia”, planteó.
“Hoy esta actividad ofrece el 10% de lo que consumimos pero tiene un potencial enorme y hay distintos elementos para investigar, desarrollar, para que en el corto y mediano plazo se puedan conseguir alimentos, más producción y otra porción de mercados”, manifestó.
Forraje propio
Como punto de partida para el desarrollo, se refirió a la producción forrajera a nivel local para el engorde de animales sin tener que sacarlos de la provincia. “En esta temporada que recién iniciamos estamos trabajando en campos privados, la provincia todavía no tiene un área propia donde realizar las actividades pero hay una expectativa de tener un campo propio”, anunció.
“Con el plan forrajero se generan servicios en campos privados y arrancamos en Estancia Sara, seguiremos en Flamenco, Despedida, en San Pablo y distintos lugares de la provincia, tratando de encontrar la mejor alternativa productiva posible. Básicamente apostamos a incluir berreos de invierno, que han demostrado cierta productividad y se desarrollan muy bien en Chile. Esperamos poder incorporar semillas del vecino país, aunque no hemos logrado el ingreso formal a Argentina; también alfalfas, cebadas, centenos, avenas, que son las posibilidades que hay para esta zona”, detalló.
“La expectativa es que con la maquinaria que tenemos y la que estamos prontos a licitar para comprar, sean suficientes para incorporar una superficie importante de siembra de pasturas y posterior elaboración de reservas, ya sea en rollos o en fardos, que nos permitan engordar animales y tenerlos terminados”, dijo.
“El invierno pasado en la Patagonia hubo nevadas tremendas que por suerte no afectaron con la misma magnitud en la provincia, pero esto nos impone pensar que los inviernos acá son duros y que los eventos climáticos adversos necesitan que los productores y el Estado trabajemos en alternativas para mitigar el impacto en el desarrollo de estas actividades”, expresó.
Laboratorio de genética
Consultado sobre este proyecto anunciado años atrás, dijo que la intención es concretarlo y se trabaja “en un proyecto serio”, que tenía fondos asignados pero no se utilizaron. No se concretaron las inversiones, pero la idea tiene un potencial enorme y necesita una gestión seria para ponerse en marcha. No hubo una decisión de apoyar un proyecto que era muy serio. En esta gestión, desde el silencio y sin generar tanta expectativa, ya llevamos tres reuniones con el sector ganadero, el INTA y tenemos el proyecto ejecutivo con números, con inversiones. Esperamos poder terminar de cerrar ese proyecto para ver la sostenibilidad y darle luz verde para que inicie”, aseguró.
“No tenemos el equipamiento, la realidad es que se anunció muchas veces que estaba pero no se compró nada –aclaró-. Tenemos algo de superficie física, como unos contenedores, y lo más importante que es la genética bovina y ovina, y el esfuerzo de los productores locales, además de un estatus sanitario que es envidiable. Sobre todo tenemos ganas de hacerlo y la decisión política de encararlo en esta gestión. Venimos trabajando en conjunto con el INTA y la Asociación Rural, también con SENASA y veterinarios privados que están dando servicios similares en la provincia. Estamos puliendo el lápiz para ver el dinero que nos falta, porque es una inversión importante. Esto generaría un plan de negocios de cinco, seis y hasta diez años, haciendo un camino serio”, avizoró.
“Ojalá que el centro de reproducción genética sea una realidad antes de lo que pensamos. Estamos trabajando en eso y es un anhelo hasta personal. Faltan algunos meses de trabajo y luego hay que entrar en una dimensión de negocios y de otro tipo de productos, como pueden ser carnes, lana, bioproductos, que requieren de otra madurez productiva, de negocios, contactos, para llevar la producción de Tierra del Fuego al mundo”.
“Tierra del Fuego por su condición insular y sanitaria ha trabajado para estar libre de un montón de enfermedades vinculadas con la producción, y esto abre un mercado muy interesante para la genética. Hay que poner la vara alta para proyectar la exportación, pero ir de a poco porque hay un mercado local que está ávido de material genético de calidad”, observó.
Respecto de la cantidad actual de cabezas de ganado, indicó que son 50 mil las cabezas bovinas y 300 mil las ovinas. “Entendemos que es un número que va a seguir estable. Hay un problema de depredadores que ya conocemos y es muy difícil de enfrentar. Hay leyes, fondos, trabajos desde distintas áreas que esperamos que den sus frutos. Hay gente que se está involucrando, tomando decisiones serias, conscientes, y lo importante es que se sostengan en el tiempo. La planificación pasa por mitigar estos problemas y trabajar sobre la diferenciación y sobre productos de muy alta calidad”, fijó como meta.
También se refirió a la ley ovina, que “la pusimos en funcionamiento este año después de mucho tiempo de subejecutar fondos o de no ejecutar el presupuesto provincial, y planteamos el desarrollo de actividades con agregado de valor, apoyando emprendimientos que han presentado proyectos. Hay un proyecto más institucional para encontrar alternativas a esta situación de COVID, que ha generado que el turismo disminuya de manera tajante. Eso va a afectar muchísimo el consumo de carne ovina, y estamos viendo con preocupación este tema, presentando alternativas para desarrollar cortes, recetas. Hoy están los proyectos esperando que se apruebe el financiamiento, y confiamos en que desde la ley ovina a nivel nacional se acompañe esta propuesta de la provincia”, dijo.
“La gente no está acostumbrada a consumir carne ovina masivamente, sino más bien en las fiestas, en asados, y esto no va a ser tan posible en la próxima temporada. La ley ovina se creó en 2001, tuvo diez años de vigencia y en 2012 se aprobó la prórroga por diez años. En mayo del año que viene vence el plazo y estamos discutiendo una propuesta de la provincia con la mesa ovina nacional. Esperamos que el proyecto de prórroga con cambios tome estado parlamentario cuando sea posible. Tenemos una fecha límite y, si no se renueva, la ley ovina continúa pero ya sin fondos específicos todos los años”, advirtió.
“Se apunta a que tenga mucha más presencia en la Patagonia porque es la única actividad ganadera tradicional y no hay muchas más alternativas, como en otras provincias del norte”, concluyó Olmedo.