La directora por los activos de la OSEF, Soledad de Fabio, expuso el malestar como representante de los trabajadores en el directorio, por la falta de respuesta en servicios básicos que deberían estar garantizados. Se suman quejas por las largas colas a la intemperie para conseguir medicamentos, a partir de la implementación de turnos y el colapso del sistema, y la ausencia de gestión compartida como institución: De Fabio aseguró que no hubo reuniones durante la pandemia, pese a que reclamaron encuentros vía zoom, y las decisiones las toma la presidente, de las cuales se enteran vía web. Afirmó que hay varias opciones para mejorar el servicio, pero pareciera que se busca que nada funcione para caer en el sector privado o abrir camino a un posible gerenciamiento, advirtió.
Río Grande.- La directora por los activos de la OSEF, Soledad de Fabio, fue consultada por FM Master’s sobre la situación de afiliados de la obra social estatal por la nueva modalidad de turnos para acceder a la farmacia, con largas colas a la intemperie para obtener respuesta. “La pandemia nos sorprende a todos y se trata de adaptar la atención. Veníamos complicados con la farmacia desde el inicio de la gestión, porque en este momento hay un solo farmacéutico atendiendo y dos auxiliares. Habíamos tenido problemas en la farmacia, porque se jubilaron farmacéuticos. Hay una previsión que no se hizo con anterioridad y es una sumatoria de cosas”, dijo.
“Las vocales manifestamos estas cuestiones y ahora se suma la situación de la salud de los afiliados y los trabajadores. Hoy el inconveniente más grande es que hay un solo farmacéutico y dos auxiliares. Uno de ellos se dedica a atender las demandas por whatsapp, el sistema de turnos está colapsado y se está dando de una semana para la otra. Muchas veces los afiliados tienen urgencia de los medicamentos para ahora y esto no se concreta. Las largas colas obedecen a que van muchos afiliados sin turno y entendemos que es una necesidad de salud. Les hemos hecho el planteo a las autoridades, y en este contexto de pandemia no hemos tenido ni siquiera reuniones. Las consultas son por teléfono o mensaje, y no hay un plan de trabajo”, cuestionó.
Respecto de la posibilidad de contratar farmacéutico, dijo que “siempre existe pero la decisión es de las autoridades. La farmacia no puede funcionar sin farmacéutico y siempre se habla de la cuestión económica. Tenemos un presupuesto reconducido y hay problemas previos a la pandemia que van a seguir existiendo en tanto no haya un horizonte concreto. La contratación de farmacéuticos no es fácil, porque no hay una gran variedad y el ámbito privado se lleva muchos, porque no es lo mismo lo que cobra un farmacéutico en la OSEF que por afuera. Hubo que hacer un reajuste de salarios, y no es fácil encontrar estos profesionales. Además sí o sí hay que abrir concursos. Hay herramientas y mecanismos, pero tiene que ver con la política a implementar y esta es nuestra crítica como trabajadores. A nosotros nos preocupa que sea una obra social de calidad, porque somos 30 mil afiliados y es la más grande de la provincia, porque le da cobertura de salud a más de 90 mil personas, teniendo en cuenta el grupo familiar. Lo que le pedimos al gobernador es la política a implementar y es quien tiene el mando por cómo está compuesto el directorio”, subrayó.
Fuera de las decisiones
La directora afirmó que tanto en su caso como en la representante del sector activo están totalmente al margen de las decisiones que toma la presidente Mariana Hruby: “Las vocales de los trabajadores no somos parte de las decisiones políticas, y todo esto lo hemos manifestado. Al comienzo fueron muchos requerimientos de información, porque necesitábamos conocer el funcionamiento. Dicen que todo pasa por una cuestión presupuestaria, pero entiendo como vocal y afiliada que hay varias cosas que no pasan por la plata sino por cuestiones administrativas, por la burocracia. En el directorio se aprobó la implementación del nuevo sistema informático, que era necesario, si bien era costoso. Todo depende de las nuevas tecnologías, de proveedores de servicios informáticos. Esto se implementa en la medida que se analiza del punto de vista presupuestario. En el sector pasivo son muchas las quejas por el uso del mail, del whatsapp, el envío de recetas electrónicas, porque cuesta acostumbrarse a las nuevas tecnologías”, señaló.
Consultada sobre la posibilidad de derivar la demanda a farmacias privadas, y si hay convenios, indicó que “la mayoría de los medicamentos se están derivando a los convenidos. Las farmacias propias, tanto en Río Grande como en Ushuaia, atienden específicamente las coberturas del 100% de los grupos de riesgo y de los que están empadronados con enfermedades crónicas. El resto prácticamente está siendo derivado íntegramente. Se maneja todo vía whatsapp o mail. Siempre se manda la sugerencia a los afiliados de que manden whatsapp a la farmacia, y les va a decir si tienen o no el medicamento, y si va derivado a otra farmacia convenida con la misma receta electrónica”.
Este paso podría evitarse, pero “es una decisión política. Como vocales quisiéramos discutir cuestiones de fondo y no estar todo el tiempo poniendo parches. También hemos reclamado el tema de la permanente derivación y los costos que demandan a la obra social en lo que es farmacia. Es como un mecanismo de control, porque si no, los afiliados triplican recetas. Si no hay un sistema de control, es muy difícil administrar los recursos y evitar que los afiliados utilicen la misma receta”, explicó.
Trabajadores molestos
Asimismo, agregó que “hay malestar entre los trabajadores también y tiene que ver con el manoseo permanente. Estos cambios de las autoridades, cambios en los equipos, en las disposiciones, provocan malestar. Nuestro enojo y el de los trabajadores es que la cuarentena pareciera ser que justifica todo. Los afiliados no eligen enfermarse y estamos hablando de salud. Esto no es un negocio, no es una empresa, y tenemos que garantizar nuestro servicio. Es lamentable que nuestro rol de vocales hoy sea simplemente el de ser veedoras, porque no somos partícipes ni convidadas de las decisiones políticas. Más que las sugerencias, las manifestaciones de enojo, la agilización de algún trámite no podemos hacer. Muchos afiliados nos mandan recetas y por ahí ayudamos a jubilados que no tienen un pariente a mano para que les digitalice la receta”, dijo.
“Es necesario una solución de fondo y no lo hemos logrado. Esperemos que cuando termine la cuarentena el gobernador se digne a recibirnos, porque le hemos pedido audiencia. Ahora se va a tratar el presupuesto en la Legislatura, se va a pedir que se modifique. Se intentaron subir los aportes personales y patronales, que es algo que criticamos, porque suben los aportes pero la plata la siguen administrando ellos al igual que las decisiones”, planteó.
Guardias de atención
En cuanto a la modalidad de trabajo, dijo que “se organizaron guardias. Hay diferentes metodologías, porque Río Grande estuvo más complicado. El personal de farmacia estuvo con COVID, el farmacéutico es de alto riesgo así que trabaja atrás por fuera del mostrador, con un auxiliar que es quien tiene conexión con la gente. El personal de riesgo está en la casa, los que pueden trabajan desde la casa, y otro tanto está yendo. Hay malestar, hay rumor de cierre de las ópticas al menos en Río Grande y eso provoca malestar en los trabajadores. El área de odontología de Río Grande se cerró hace un par de años y en Ushuaia están viendo qué pasa. Tampoco los trabajadores están con la mayor predisposición”, admitió.
“La presidente está en Ushuaia, ella va a la obra social. No hemos tenido reuniones de directorio, aunque pedimos que se organizaran por zoom. De hecho se convocó a una reunión para modificar el presupuesto a la que no pudimos asistir. Yo estaba con una intervención quirúrgica y estoy varada en Río Grande. En julio se abrió el tránsito y fui a una reunión con permiso de tránsito del gobierno, luego volví y me quedé en Río Grande. Mi compañera por los pasivos tiene personas de riesgo en su grupo familiar, pero más allá de eso, cuando pedimos las reuniones por zoom o vía electrónica, nos dijeron que no está autorizada la firma electrónica y que no se podía. Hoy está firmando todo la presidencia y en algunas cosas ad referéndum del directorio para cuando nos podamos reunir. Así que nosotras nos enteramos de las decisiones a través de la web”, se resignó.
Se le preguntó si se podrían evitar las colas a la intemperie implementando un delivery o una camioneta oficial que acerque los medicamentos. “Todo se puede hacer y por eso reclamamos. Quisiéramos discutir cuestiones de fondo y no estar todo el tiempo poniendo parches. Hace un tiempo teníamos un grupo donde estábamos los cuatro integrantes del directorio, pero el vicepresidente se enojó y no nos habla más. Pareciera que quieren que esto no funcione para que nos vayamos todos al sector privado o caigamos en un gerenciamiento. Es lo que nos llevan a pensar, porque hay cosas que van más allá de la cuestión económica. Es cierto que se encareció todo, que los estatales tuvimos casi cuatro años el sueldo congelado y la obra social depende de los aportes. Asumimos con grandes deudas en farmacias y con prestadores, pero a esta altura debería haberse regularizado o por lo menos poner prioridades, tener farmacias abastecidas, ópticas abastecidas, es decir servicios propios abastecidos, y tener regularizadas el resto de las prestaciones, sin tener que depender de si el prestador nos quiere brindar el servicio o no, o si la farmacia tiene o no medicamentos. No puede ser que no tengamos medicamentos de alta rotación, que son los más económicos y accesibles. Solamente priorizamos los medicamentos de alto costo y siempre es poner un parche y estar tapando agujeros”, fustigó.
“Todo esto, sumado a los rumores de gerenciamiento y al silencio del gobernador, nos preocupa, más allá de que se enoje quien se enoje”, concluyó la directora.