Así se despachó el ex responsable de la Dirección Provincial de Antártida Alejandro Bertotto sobre la decisión de cerrar el año que viene la única escuela del mundo establecida en el continente blanco desde hace 42 años como parte de la Estrategia Antártica Argentina. Justamente Bertotto fue el impulsor de la creación de esta escuela antártica.
Río Grande.- En diálogo con el programa ‘De la Mejor Manera’ que se emite por Radio Universidad 93.5, el referente antártico Alejandro Bertotto fue consultado por el cierre de la Escuela Provincial N° 38 ‘Raúl Alfonsín’ de la Base Esperanza en el ciclo lectivo del año que viene.
“Nada agradable me generó, porque realmente la Escuela y la familia antártica es un emblema argentino en la Antártida. La Argentina es el único país del mundo que puede tener viviendo familias en forma permanente en el continente blanco y lo hace desde 1978”, destacó Bertotto.
Sobre la postura del funcionario provincial Andrés Dachary de alinear a la provincia a la decisión nacional de cerrar la escuela, basado en la decisión del Ministerio de Defensa de prevenir el COVID-19, Bertotto entendió que “hay un viejo vicio en la dirigencia argentina de ir a contrapelo de la lógica. Que una escuela que es modelo, que nunca tuvo un paro, que siempre tiene contactos internacionales con alumnos de muchas partes del mundo; que participa de proyectos científicos, educativos y es un orgullo para la Argentina toda y especialmente para Tierra del Fuego, una escuela que fue noticia porque tuvo la suerte de seguir funcionando en plena pandemia de COVID-19, ahora deciden cerrarla”.
Agregó que “la excusa que ponen para cerrar la escuela es absolutamente irrisoria, ilógica y tonta”, si bien admitió que “es cierto que muchas actividades se van a reducir porque es obvio que hay que acotar la posibilidad de riesgo de que el virus pueda entrar al continente antártico; pero no estamos solos, hay muchísimos más países y obviamente ninguno se retira, todos van a continuar con programas científicos y también”.
En este punto marcó claramente que ante versiones de la reducción es de la CAV (Campaña Antártica De Verano) “durante el verano en la base no hay niños y la escuela está de vacaciones”.
“Hay algo que parece ser que no se tuvo en cuenta y que para mí es fundamental y es el turismo antártico” y explicó que “el turismo antártico se va a reducir de una manera muy importante, pero a partir de diciembre van a haber tres buques y en la temporada van a ser una veintena de expediciones, más los que se van agregar; además, ya están establecidos los protocolos de seguridad contra el coronavirus, ya están establecidos los circuitos de cómo ir desde el aeropuerto al puerto, por ejemplo. Todo lo que tenía que preverse, ya está previsto”.
Bertotto observó que “esto no tendría que traer ningún problema, aunque lamentablemente es tanto el aislamiento que le van a imponer a los turistas que la ciudad de Ushuaia no va a poder beneficiarse de ellos”.
“Los buques de turismo antártico van a poder salir del puerto de Ushuaia, también harán lo propio los barcos que recalen en Punta Arenas, van a haber vuelos también desde la capital magallánica así que en menor medida que otras épocas, va a haber turistas en la Antártida pero no va haber familias argentinas y no va a haber escuela. Es todo un contrasentido”, consideró.
Alejandro Bertotto cargó contra la dirigencia argentina y particularmente contra la dirigencia fueguina. “Dachary, que ocupa un puesto de no se qué cosa que se creó en la gestión anterior y que antes no existía pero las cosas funcionaban, es quien tendría que haber defendido la escuela y no la defiende. Entonces tienen que salir los hijos alumnos, madres que ya estuvieron en la escuela de Base Esperanza a decir ‘no señores, no hagan esto porque el cierre es un error’ y gente que estaba muy comprometida y a la cual la provincia le debe –entre otras cosas- la gestión de la escuela”.
Una de las primeras personas que fue sorprendida por la noticia del cierre “fue el Coronel (R) Miguel Perandones, quien es un veterano de la guerra de Malvinas, quien es un antártico muy reconocido en el mundo, fue comandante antártico y fue justamente el comandante que le abrió las puertas a la escuela para que pueda establecerse en la Base Esperanza (del Ejército Argentino)”, anotó Bertotto.
Añadió que “el Gobierno fueguino no dice nada, solo salió a decir sobre el COVID, pero ¿el COVID qué? ¿Acaso no va a ir gente a la Antártida? ¿Acaso no se toman medidas de seguridad?”
Se puso él mismo como ejemplo para validar las medidas sanitarias de seguridad ya que cuando fue Jefe de la Base Antártica San Martín en 1993, fue operado de apéndice. “Ahora resulta que los turistas pueden ir y la gente que está especialmente preparada para afrontar las condiciones climáticas de la Antártida ¿no lo puede hacer? ¿No somos los argentinos capaces de planificar protocolos y la gente de Nat Geo sí?
Justamente el National Geographic irá esta temporada con dos buques, el ‘Nat Geo Endurance’ y el ‘Nat Geo Orion’, además del crucero turístico francés Le Soleal, todos ellos saldrán desde Ushuaia, sin contar otros operarán desde Punta Arenas y por supuesto, Aerovías DAP.
Aseguró que “la Antártida fue un hormiguero de gente; muchos turistas, especialmente orientales, salieron desde Ushuaia con todas las medidas de seguridad y no hubo ningún contagio en el continente blanco, por lo que si se toman las medidas que se tienen que tomar, no puede pasar nada raro”, entendió.
Además, recordó que es facultad del Jefe de la Base Esperanza recibir turistas o no, “tiene la potestad de decirle no a cualquier buque esgrimiendo la razón que fuera y éste no puede amarrar. Qué más protección que esta”, se preguntó.
El entrevistado observó que “tienen que permanecer las familias argentinas en la Antártida, porque si no, es romper la continuidad antártica; Argentina tiene una estrategia antártica que en algunos casos ya tiene más de cien años, otra 70 años desde que se instaló el caserío San Lorenzo y 42 años en el caso concreto de la Escuela. No hay que tomar como excusa que falta un poco de plata o hay COVID entonces cierro el establecimiento educativo; esto es arruinar una trayectoria”.
Un poco de historia de la colonización argentina en la Antártida
Desde 1904 la Argentina tiene presencia permanente en la Antártida con el izamiento del pabellón nacional en la Isla Laurie del grupo de Islas Orcadas.
Alejandro Bertotto, quien fuera jefe de la Base San Martín, recordó que “en 1954, el general (Hernán) Pujato, quien fue el que concibió la estrategia antártica argentina –muy exitosa por cierto-, había ideado, a través de la esposa de su segundo, Mabelle Mottet, una hermosa mujer pero aparte valiente para la época, se les ocurrió la colonización de la Antártida a través de un caserío que se llamaría San Lorenzo, no donde está hoy la Base Esperanza, sino en la Base Primavera a orillas del Estrecho de Gerlache. La idea era que sea permanente como cualquier poblado, para quedarse y crecer, con actividades económicas propias”.
Explicó que incluso ya estaban las casas prefabricadas en el continente cuando sobrevino la ‘Revolución Libertadora’ que derrocó al segundo gobierno de Juan Domingo Perón, “se cortó todo eso y además Pujato, quien era director del Instituto Antártico Argentino y Jefe de la Base Belgrano que era la más austral terminó dejando su lugar e incluso yéndose del país”, dijo.
Agregó que “en 1978 se retoma esta política en el continente blanco cuando se instala en el norte de la península antártica, sobre el Estrecho Antarctic (entre el Mar de Weddell y el Mar de la Flota), se instaló el Fortín Sargento Cabral donde se llevó familias dentro de lo que es la Base Antártica Esperanza. Llegó a tener diez familias e incluso nacimientos –hay 7 argentinos nacidos en la Antártida-, también hubo muchos casamientos incluso defunciones denunciadas en esa base, además de los servicios como el Correo, el RENAPER, los actos electorales y demás actividades no solo en Esperanza sino en todas las bases y la familia en todo esto es un símbolo muy importante de civilidad y evidencia que la base no es un cuartel”, remarcó.
Además, “se capacita a las mujeres que desarrollan muchas actividades, en la administración, como auxiliares de base e incluso en emisora, LRA 36 Radio Nacional Arcángel San Gabriel. Además hay una capilla y otras dependencias; es una mini ciudad, un caserío donde la Argentina despliega y ejerce su presencia”.
El nacimiento de la Escuela Provincial N° 38
Resaltó que “a partir de 1997 empezó a funcionar la escuela Manuel Belgrano que estaba desde 1978, cuando ya funcionaba un sistema de educación a distancia a través del Instituto Dámaso Centeno, que es el mismo que asiste a los hijos de los embajadores y agregados militares cuando están fuera del país”.
Recordó que “en 1996, por Ley Nacional la educación pasó a las provincias y es así que desde la Dirección Provincial de Antártida se impulsó la idea de que Tierra del Fuego tenga una escuela en el continente blanco”.
Alejandro Bertotto fue Coordinador de Antártida desde 1994 hasta 1996, año en que tomó las riendas de esta Dirección. Le propuso al entonces gobernador fueguino, José Arturo Estabillo transferir la escuela antártica Manuel Belgrano a la Provincia de Tierra del Fuego.
En ese tiempo el Ministro de Educación de la Provincia era Omar Fernández Arroyo y con su venia, Bertotto gestionó ante el Ministerio de Educación de la Nación la transferencia. “Ahí me dijeron que la escuela no tenía ese rango institucional, que no existía y que el establecimiento dependía del sistema de educación a distancia del Dámaso Centeno. Pero, al preguntarle si Tierra del Fuego podía crear una escuela provincial, no solo me dijeron que sí, sino que además me dieron la autorización y la apoyaron, eso fue en 1996.
A partir de esta autorización nacional, Bertotto gestionó dos convenios: uno tripartito entre la Provincia de Tierra del Fuego, el Ministerio de Educación de la Nación y la Dirección Nacional del Antártico para crear la escuela. Luego otro entre la Provincia de Tierra del Fuego, la misma Dirección Nacional del Antártico y el Ejército Argentino para su funcionamiento logístico.
A través de estos convenios aprobados, colaboró estrechamente con Bertotto, la profesora Nélida Juich quien le ayudó a redactar la parte educativa.
“Hicimos la preselección de dos familias –Hugo Oscar Santillán y Nora Nilda Alderete, los primeros docentes fueguinos en dar clases en la escuela antártica- y vinieron además todas las familias que invernarían en 1997 a hacer el curso de adaptación a la Convivencia Antártica en la hostería de Yehuin”, recordó.
Los profesores capacitadores eran de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, siendo el propio Bertotto el Director, dada su experiencia antártica. El gobernador Estabillo fue a visitarlos en el helicóptero Bell 222, siendo éste el último vuelo de la aeronave.