El Director del Servicio Penitenciario Provincial Claudio Canovas, confirmó que se habilitaron las visitas familiares a los presos, después de varios meses de aislamiento por el COVID. “Las visitas nos ayudan a contenerlos”, dijo el funcionario
Río Grande.- El Servicio Penitenciario de la provincia logró la aprobación de los protocolos para habilitar las visitas familiares a los reclusos de Río Grande y Ushuaia, después de varios meses de haber sido prohibidas por el rebrote de COVID-19.
Desde que comenzó la pandemia, el servicio penitenciario registró 7 casos entre los internos de Ushuaia y 24 en Río Grande, además de los casos que se dieron entre el personal de la institución. El Director del Servicio Penitenciario provincial informó ayer que al día de la fecha “no hay casos en la población carcelaria. Los casos positivos que hemos tenido entre el personal están recuperados. Afortunadamente no tuvimos casos graves”
En cuanto al reencuentro de los reclusos con sus familiares, Canovas explicó que “desde hace una semana comenzamos a trabajar con el Ministerio de Gobierno para poder habilitar las visitas. Hay que recordar que los internos de Río Grande estaban sin visita desde el mes de agosto y en Ushuaia desde los primeros días de septiembre”.
Cabe recordar que este tipo de medidas son potestad del Servicio Penitenciario y una vez que se comunican a los jueces de ejecución, comienzan a aplicarse.
“Las visitas son un pilar para los internos y a nosotros nos ayuda a poder contenerlos también. Y hoy podemos decir que están con dos visitas semanales y se permite una persona por vez para evitar el aglomeración de personas”.
Para adaptarse a esta situación se tuvieron que reacomodar algunos lugares, colocar mamparas y las visitas tienen que acudir con barbijo, máscara facial, guantes y usar alcohol en gel al ingreso y egreso de la institución, explicó Canovas.
El funcionario explicó que desde que comenzó la pandemia, el servicio penitenciario tuvo que repensarse, todas las actividades se suspendieron, entonces tuvimos que pensar qué hacemos porque tener a los internos 12 horas sin hacer nada, eso los mata”.
“Organizamos con personal penitenciario que tiene títulos afines como maestro mayor de obras, u oficios como gasistas, soldadores, comenzamos a organizar cursos y comenzar a capacitarlos. Empezamos en Río Grande donde la unidad de detención es más amplia y hace una semana comenzamos con los cursos en la ciudad de Ushuaia”.